CATÁLOGO DE REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS DE LA ÉTICA ANIMAL ESPÍRITA:
Estimada(o) lector: Uno de los objetivos de la misión educativa del Movimiento por la Ética Animal Espírita (MOVE) es facilitar el acceso del movimiento espiritista a las recomendaciones de los benefactores espirituales sobre la renovación de los hábitos que sean perjudiciales a los animales y a la naturaleza y, en consecuencia, a la humanidad. Por ese motivo ofrecemos este CATÁLOGO DE REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS DE LA ÉTICA ESPÍRITA ANIMAL con más de 185 citas pertenecientes a más de 100 obras espiritistas clásicas. Este catálogo se encuentra en constante actualización, por lo que se agregan más referencias a medida que avanzamos en la investigación. Vale la pena señalar que el Catálogo confirma el método del “Control Universal de la Enseñanza de los Espíritus” que Allan Kardec introdujo en la Codificación. Este método, de manera resumida, define que para que un mensaje se proclame como verdadero es necesario que provenga de una variedad de médiums y lugares. ¡Buena lectura!
1) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Vida feliz, capítulo 181.
“La máxima lección de la vida es el amor.
Sin él, los objetivos a alcanzar pierden su propósito, dejando a la persona a merced de sus pasiones inferiores.
El amor diluye las sombras de los sentimientos negativos, imprimiendo el sello de mansedumbre en todos los actos.
Por lo tanto, ama todo y a todos.
Ejercítate en el amor de la naturaleza, que brilla en el sol, el aire, el agua, los árboles, las flores, las frutas, los animales y los hombres.
Déjate tocar por las llamadas silenciosas que te da el Padre Creador y expande tus emociones sobre todas las cosas, endulzándote por dentro.
Cuanto más ames, menos serás golpeado por las astillas del mal, ya que tu comprensión expandida te abrirá espacios a la vida, cosechando solo los efectos de la paz”.
2) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). El hombre integral, capítulo 1 “Factores de la perturbación”.
“La libertad es un derecho que se va consolidando en la medida en que el hombre se descubre a sí mismo y toma conciencia mediante la identificación de sus propios valores, los cuales debe aplicar de manera edificante a través del respeto a la naturaleza y a todo lo que existe en ella.
La agresión ecológica, en forma de violencia cruel contra las fuerzas que sostienen la vida, demuestra que el hombre, en nombre de su libertad, destruye, mutila, mata y se mata a sí mismo, en última instancia, por no saber usarla como le gustaría.
La libertad comienza en el pensamiento como forma de aspiración de lo bueno, lo bello, lo ideal, que es todo lo que fomentan la vida y la sostiene, le da vida y la mantiene.
Cualquier comportamiento que coacciona, reprime y viola es un adversario de la libertad.
Al examinar el gran problema de la libertad, Jesús sintetizó los medios para lograrla a través de la búsqueda de la verdad, la única opción para que el hombre logre ser libre”.
3) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu), Baúl de luz, capítulo “Servicio”.
“El animal sufre en un holocausto para que el hombre se reconforte.”
4) XAVIER, F. C.; VIEIRA, W.; EMMANUEL (Espíritu); ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Estudie y viva, capítulo “No atrases el bien”.
““El animal, a través de en un sistema compulsivo, le ofrece cooperación al hombre mediante el sudor en el que se consume”.
5) XAVIER, F. C.; MEIMEI (Espíritu). Padre nuestro, capítulo “La necesidad del esfuerzo”.
“Se cuenta que, en el principio de la vida terrestre, el alimento de las criaturas era encontrado en todas partes como ofrecimiento de la Divina Providencia.
A cambio de tanta bondad, el Padre Celestial rogaba a los corazones más esfuerzo en el perfeccionamiento de la vida. El pueblo, no obstante, observando que todo le venía de gracia, comenzó a menospreciar el trabajo.
El matorral inútil creció tanto que invadía las casas, donde toda la gente se ponía a comer y a dormir. Nadie deseaba aprender a leer. El herrumbre, la basura y el moho aparecían en todos los lugares. Animales, como los perros que colaboran en la vigilancia, y aves, como los buitres que auxilian en las obras de limpieza, eran más serviciales que los hombres. Viendo que nadie quería corresponder a la confianza divina, el Padre Celestial hizo retirar las facilidades existentes, determinando así que los habitantes de la Tierra se esforzasen en la conquista de su propia manutención.
Desde ese tiempo, el aire y el agua, el sol y las flores, la claridad de las estrellas y la luna continuaron en forma gratuita para el pueblo, mas el trabajo forzado de la alimentación pasó a ser como una ley para todos, porque, luchando para sustentarse, el hombre mejora la tierra, limpia la habitación, aprende a ser sabio y garantiza el progreso.
Dios da todo. El suelo, la lluvia, el calor, el viento, el abono y la orientación constituyen dádivas de Él a la Tierra que poblamos y que debemos hermosear; mas la preparación del pan de cada día, a través de nuestro propio sudor y de nuestra propia diligencia, es obligación común para todos nosotros, a fin de que no olvidemos nuestro divino deber de servir, incesantemente, en busca de la Perfección.”
6) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. (Espíritu Emmanuel). Caminos de regreso, capítulo “Vocación de los hijos”.
“Escucha con bondad a los niños que nacieron del amor para que reconozcas su genuina vocación.
Uno habrá llegado para la organización familiar; otro necesitará el celibato para cumplir con ciertas cualidades espirituales; uno disfruta de la compañía buscando logros científicos que premien su inteligencia, en el largo esfuerzo quizás iniciado hay varias encarnaciones; el otro comparte el plan familiar por el tamaño de la tierra, comprometiendo esperanzas y sueños al servicio del campo; otro se acercó al equipo doméstico tratando de lograr realizaciones artísticas, y otro más se unió a ti en consanguinidad con el ideal de proteger la naturaleza y salvaguardar a los animales”.
7) XAVIER, F. C.; CASIMIRO CUNHA (Espíritu). Cartas del Evangelio, capítulo “Carta a los hombres del campo”.
“Hermano mío, si tu trabajo,
Es el trato amigo de la tierra,
vive la grandeza sublime
que tu misión encierra.
Nunca envidies la ciudad
tantas veces desilucionada…
El aire fresco del campo
es la santa esencia de la vida.
Busca los libros, pero mantén
tu realidad,
sabiendo que la naturaleza
es el libro de la Eternidad.
El mundo esta perdido ahora
en la oscuridad y la desolación,
en los males provenientes del exceso
de los vicios educativos.
Hay quienes en el cielo no te olvidan.
Haz crecer tu campo en flor
El mundo no viviría
sin tu parte de amor.
Conserva y ama el paisaje
donde nació tu sueño.
La tierra bondadosa y abundante
es otra madre que Dios te dio.
Borda tu campo de rutas,
siembra tu camino…
Que tu finca sea una escuela
de amor, de acero, de cariño.
Que tus obras de trabajo
sean tantos y tan grandes,
que se reflegen en el camino
de la vida de tus rebaños.
Si los animales colaboran
en las fuentes de producción,
entonces son ellos los compañeros
de tu realización.
Protégelos siempre que puedas.
Escucha y guarda lo que te pido.
Los animales, igualmente,
tienen sus leyes de progreso.
Trabaja educando a los tuyos.
Educa y vencerás.
Tu ejemplo le enseña al mundo
el santo esfuerzo de la paz.
Hoy las ciencias terrestres
a veces causan tristeza,
pero tú salvas al mundo
con las luces de la naturaleza.
Cristo no te abandona
con la paz de su corazón,
porque transformas en el camino
sus bendiciones en pan.
Hermano de la sencillez,
¡Dios te bendiga, labrador!
Tu granero está repleto
de luz, paz y amor”.
8) XAVIER, F. C.; NEIO LÚCIO (Espíritu). Alborada Cristiana, capítulo “La decisión sabia”.
“[…]
Despidiéndose, el rey se levantó, se hizo ver de todos y habló al vasallo inteligente:
– Genial matemático: la autoridad de mi corona determina que su obra de raciocinio sea premiada con cien piezas de oro que los cofres reales llevarán a su crédito, hoy mismo, en homenaje a su paciencia y habilidad. Esa remuneración, con todo, no le destaca, solamente su valor personal, sino también ciertos beneficios que su máquina viene a traer muchos hombres y mujeres de mi reino, menos afectos a las virtudes constructivas que todos debemos respetar en este mundo. En cuanto jueguen sus bolas de madera posiblemente muchos individuos, cuyos instintos criminales aún se hallan adormecidos, se desviarán del probable crimen y muchos cazadores ociosos dejarán en paz a los animales amigos de nuestra floresta.
El monarca hizo una larga pausa y la multitud comenzó a aplaudir delirante.
Se veía al inventor rodeado de abrazos, cuando el soberano continuó:
– Debo añadir, sin embargo, que la sabiduría de mi cetro ordena que el señor sea castigado con cincuenta días de prisión forzada, con el fin de que aprenda a utilizar su capacidad intelectual en beneficio de todos.
La inteligencia humana es una luz cuya claridad debe ser consagrada a la cooperación con el Supremo Señor, en la tierra. Su invento no mejora el campo, ni crea trabajo serio; no ayuda a las simientes, ni ampara a los animales; no protege las fuentes, ni conserva las calles; no colabora con la educación, ni sirve a los ideales del bien. Más allá de esto, arrastra a centenares de personas, como se verificó en este día, con nosotros, a perder un valioso tiempo en la expectativa inútil. Vuelva a sus benditos quehaceres mentales, aún en la cárcel, y dedique su inteligencia a la creación de servicios de utilidad en provecho de todos, porque, si mi poder lo recompensa, mi experiencia lo corrige.
Cuando el rey concluyó y descendió de la tribuna, el inventor se puso pálido, el pueblo no batió palmas; entretanto, toda la gente aprendió, en la sabia decisión del gran soberano, que nadie debe menospreciar los tesoros de la inteligencia y del tiempo sobre la tierra…”
9) XAVIER, F. C.; Diversos Espíritus. (Espíritu Nina), Escultores de almas, capítulo 6 “Páginas del corazón”.
“El sol, por amor, sostiene los mundos de nuestra familia planetaria, sin olvidarse de oscular el pétalo de la rosa perdida en el valle anónimo y comúnmente desamparado.
Porque saben amar, las flores, en silencio, rehacen la belleza de la Tierra, cuando nuestros infelices hermanos aniquilan la naturaleza con los instrumentos de la separación”.
10) XAVIER, F. C.; HUMBERTO DE CAMPOS (Espíritu]. Buena Nueva, capítulo 19 “Comunión con Dios”.
“¡Juan, es necesario aprender con las leyes de la naturaleza la fidelidad a Dios! Quien las acompaña, en el mundo, planta y recoge con abundancia. Observar la lealtad para con el Padre es sembrar y llegar a las más hermosas mies del alma en el infinito.
[…]
Y el agua es el símbolo más perfecto de la esencia de Dios que tanto se encuentra en los cielos como en la Tierra.
11) XAVIER, F. C.; JAIR PRESENTE (Espíritu). Tienda de alegría, capítulo “Atracción”.
Tú deseas el sentido
de esa lección segura:
– “Cada persona en la vida
encuentra lo que está buscando”.
La enseñanza viene del Evangelio
con tanta sencillez
que para ser explicado
solo hay que mirar la naturaleza.
En el hermoso mundo de las aves
la golondrina persevera,
buscando incesantemente
el lugar en la primavera.
La mosca se mueve
con diligencia desenfrenada,
tratando de refugiarse
en esta o aquella herida.
La abeja sale de la colmena
y, siempre activa y fiel,
encuentra la flor que le garantiza
las sustancias de la miel.
El buitre, serio y firme
vuela alto, pero en el fondo,
casi siempre se harta
de los excrementos del mundo.
Así somos nosotros también…
según la pregunta planteada,
solo encontramos en los demás
lo que nos gusta”.
12) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Levantarse y seguir, capítulo “Falsos profetas”.
“La naturaleza es el libro sublime de la vida.”
13)XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu), Viajor. Aprendiendo con la Naturaleza.
“La enseñanza del Maestro, en lo que concierne a la tolerancia y al amor para con el adversario, es una lección viva en los ámbitos más sencillos de la Naturaleza.”
14) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, ítem 1.1. “Ciencias fundamentales”, subitem 1.1.2. “Física”, pregunta 17.
“La naturaleza es donde la inteligencia divina se manifesta.”
15) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, ítem 1.1. “Ciencias fundamentales”, subítem 1.1.3. “Biología”, pregunta 27.
“La Naturaleza es siempre el libro divino, donde las manos de Dios escriben la historia de su sabiduría”.
16) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, ítem 1.3. “Ciencias especializadas”, pregunta 72.
“En la Tierra, sin que haya ningún sacrificio de vuestra parte, tenéis gratuitamente cielo azul, fuentes pletóricas, abundancia de oxígeno, árboles amigos, frutos y flores, color y luz, en santas posibilidades de trabajo a las que el hombre ha sido indiferente en todos los tiempos”.
17) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, ítem 1.3. “Ciencias especializadas”, pregunta 77.
”Amad los árboles y tened cuidado con el campo, donde florecen las bendiciones del cielo”.
18) XAVIER, F. C.; JUAN DE DIOS (Espíritu). Jardín de infantes, capítulo “Naturaleza”.
“El libro de la naturaleza,
lleno de esplendores
con hermosos jardines
abiertos en mil flores
es el libro sublime y vivo
en el que Dios se manifiesta,
de la raíz del bosque
a los horizontes índigo”.
19) XAVIER, F. C.; EMMANUEL [Espíritu]. Fuente viva, capítulo “Ante lo sublime”.
Existen expresiones en el Evangelio que, a la manera de flores destacan como un ramo divino, deben ser retiradas del conjunto para que nos deslumbren ante su brillo y perfume peculiar.
La voz celeste, que se dirige a Simón Pedro, en las Alturas, abarca horizontes mucho más vastos que el problema individual del apóstol.
El hombre común está rodeado de glorias en la Tierra, entre tanto, se considera en un campo de vulgaridades, incapaz de valorizar las riquezas que lo cercan.
Ciego delante el espectáculo soberbio de la vida que le encuadra el desenvolvimiento en el mundo, sin meditar en el paciente esfuerzo de los siglos que la Sabiduría Infinita utilizó en el perfeccionamiento y en la selección de los valores que lo rodean.
¿Cuántos milenios habrá exigido la formación de la roca? ¿Cuántos ingredientes se armonizan en la elaboración de unos simples rayos de Sol?
¿Cuántos óbices fueron vencidos para que la flor se materializase?
¿Cuánto esfuerzo costó la domesticación de los árboles y de los animales?
¿Cuántos siglos habrá empleado la Paciencia del Cielo en la estructuración compleja de la maquina orgánica en que el Espíritu encarnado se manifiesta?
La razón es luz gradual, ante el sublime.
No te olvides, hermano, de que el Señor te situó la experiencia terrestre en un verdadero paraíso, donde la simiente minúscula retribuida en la medida del infinito por uno y donde aguas y flores, suelo y atmósfera te convidan a producir, a favor de la multiplicación de los Tesoros Eternos.
Cada día, alaba al Señor que te agració con las oportunidades valiosas y con los dones divinos…
Piensa, estudia, trabaja y sirve.
No supongas común lo que Dios purifico y engrandeció”.
20) XAVIER, F. C; EMMANUEL (Espíritu). Palabras de vida eterna, capítulo 134 “Pan”.
“Las mesas festivas, en todos los tiempos, hacen banquetes con platos exóticos.
Especias excitantes, mezclas complicadas, repostería extravagante, una gran copia de animales sacrificados.”
21) XAVIER, F. C.; CORNÉLIO PIRES (Espíritu). Baúl de casos, capítulo “Pruebas y calamidades”.
“Medita en los animales
que sufren el día a día,
para que el plato sea
un transmisor de alegría”.
22) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. (Espíritu Cornélio Pires). Saludo de Navidad, capítulo “La cena ecológica”.
“Charlas van, charlas vienen
por detrás de temas sin lógica
Ilídio me dijo: “Mañana
vamos a la cena ecológica.
¿Vienes conmigo?
Listo, asumí la promesa.
Ilídio es un buen amigo,
Pero, ¿qué cena es esa?
“No debes ir solo”,
Él continuó,
“Antes de la cena en el camino.”
El otro dia me desperté
con los oídos fenomenales
estaba escuchando las piedras,
las plantas y los animales.
Ilídio vino a buscarme
Y, en el auto que conducía,
Noté que otra era la dirección
más allá de la periferia.
A lo largo del camino
vimos una casa grande …
El amigo aclaró:
“Es la casa del tío Adán”.
Avanzamos y nos vimos
en medio de unos campos
y notamos el ruido
de peones, coches, carruajes…
Ilídio detuvo el auto y nos bajamos,
fue un desfile esperado,
venían animales
siguiendo de nuestro lado.
Adelante venía un cabrito
gritando: “¡Que se muera el asado!…
No quiero fiesta
¡No quiero ver al verdugo!…”
En un camión cierta vaca
masticaba heno de rastrojo.
Le dijo al buey que la seguía:
“¡Viejo, estate atento!”
junto a ellos venían dos pavos,
Uno de ellos dijo: “Eso ya es demasiado”
Y el otro: “Yo también bebí,
de la cachaza de Moraes”.
En un camión, la gallina
rodeada de pollos jóvenes,
le hablaba a la fiesta sin alma…
“Ya di mis hermosos huevos”.
Una gran hembra de cerdo,
siguiendo a una frágil lechona,
rogaba: “No maltraten a mi
hija, que es tan buena…”
Dos conejos en una jaula
murmuraban entre ellos:
“Si no fuera porque nos ataron la pata,
saldríamos de aquí “.
En una meseta muy pequeña
el aroma de un anacardo;
allá lejos se los veía a todos
dominando el espacio entero.
En el patio llegó el gran jefe
Y los empezó a carnear
mientras todos asustados
comenzaron a gemir y gritar.
Al ver la sangre, me emocioné;
no lo podía ver
quería volverme a casa,
para quedarme tranquilo.
Me acerqué a Ilídio y, francamente,
no podía soportar
esa escena de dolor
quería la paz de mi hogar.
Ilídio se rió y dijo:
“Cornelius, nunca pensé
que escaparías de la fiesta
en homenaje a Jesús”.
Y luego, desorientado,
me enteré, al final,
que la cena de la ecologia
era la fiesta de Navidad”.
23) XAVIER, F. C.; JAIR PRESENTE (Espíritu). Revelación, capítulo “En defensa de los animales”.
“A finales del año pasado,
recibí una llamada ideal:
debía ayudar
al servicio deo Navidad.
Hice oraciones, pidiéndole a Dios
paz en la mente, amor y luz,
sabiendo que aquella fecha
era la fiesta de Jesús.
Empecé a trabajar
poniendo a prueba mi confianza…
Que Dios me diera más fuerza,
más apoyo en la esperanza.
Me quedé, sin embargo, disgustado,
pues en el Gran Feriado
solo se hablaba de la fiesta,
Jesús no era recordado.
Primero fue la Mansión
de mi amigo Juan Diaz.
Él estaba entusiasmado
comiendo dos higos.
Entonces fui a ver a Doña Eulalia,
Conocida por Luloca.
Ella y su marido se tragaban
lengua de vaca con turrón.
Me acerqué al pastor,
predicador “cara y corona”.
Él llevaba mucha prisa,
condimentando una lechona.
Encontré, en el gallinero,
una amplia flota de pavos.
Pobres, ninguno de ellos
quiso hablar sobre Jesús.
Me acordé de doña Germana,
famosa en hacer polenta.
Germana y su hijo estaban comiendo
lomo de cerdo y panceta.
Muy triste, busqué
la casa de Juan Chichorro.
Pero reví a mi amigo
comiéndose a su propio perro.
Fui al rancho de Doña Ana,
lugar de caridad segura.
Ella estaba degustando
farofa de hormiga pura.
Paré en la casa de Lauro
que vivía en el descanso.
Vi a Cocota, su esposa,
cortándole el pescuezo a un ganso.
Vacilando, entré a la casa
del compañero Juan Tato.
El amigo estaba en la mesa,
comiendo carne de gato.
Intenté seguir adelante,
paré en el bar de Ciloca.
Ella estaba “limpiando”
cinco kilos de lombrices.
Enseguida busqué
la finca de Adán del Embalo.
Decía que tenía hambre,
y se comía su propio caballo.
Pasé por la casa de Antonio,
el antiguo dueño de los tangos.
Juan no bailaba, comía,
se comió de una sola vez cinco pollos.
En total abatimiento,
me acordé de Hevi da Cruz…
Si viera tanta matanza
¡Qué diría Jesús!
Donde quiera que fuera
había ollas llenas de carne,
carne de ganado en el matadero,
carne de cabra y cerdo.
¿Por qué Dios mío, le pregunté,
en este día único
hay tanta muerte
en las horas de Navidad?
El hombre del día a día
mataba solo por placer …
¿El hombre no encontraría
otra cosa para comer?
Las especies de animales
reciben en sus días,
la bondad y protección
que llegaron del amor de Dios.
Ante la Navidad de Jesús,
mantengamos los principios sanos,
comer carne, no tanto,
Dios bendecirá sus manos”.
24) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. Los dos amores más grandes. (Poesía del Espíritu Milton da Cruz).
“¡Navidad! … Que alaba a Jesús
con alegrías inmortales,
suprime, olvida o reduce
la muerte de los animales”.
25) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. Los dos amores más grandes. Poesía del Espíritu Cornélio Pires.
“¡Navidad! … ¡Jesús muestra su rostro!…
El mundo canta de alegría…
¡Navidad! … Si el pavo hablara
No se sabe qué diría”.
26) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. Madre. Prefacio “El clavel blanco de Anna Jarvis” (por Wallace Leal).
“Han llegado decenas de mensajes, a través de fuentes mediúmnicas, diciéndoles a los espiritistas que es necesario dar a la Navidad su verdadero espíritu.
¡Alguien, algún día, lo hará!
Una opinión, en proceso de auténtica cristianización, diseñará las inmensidades de la Navidad pagana, resplandeciendo en sus falsos oropeles, furiosa, riendo con desprecio ante el clamor de los bolsillos vacíos. Detendrá el río de sangre de inocentes animales sacrificados, esa corriente que tiñe de escarlata a todos los personajes de un pesebre en Belén, cabras y ovejas con su calor por un recién nacido pobre y desnudo, el burro que sirvió a la inefable Madre para bajar de las duras penurias de Nazaré.
¿Quién podrá decir que, en los recintos domésticos, los espíritas, que tan cerca tienen acceso a tanta literatura de protesta, modificaron esta Navidad de falsas alegrías, garantizado por vinos confabuladores?
¿Quién podrá decir que lo intentaron?
Sin embargo, ya tienen la incipiente caracterización de la Navidad de Hombres-de-Paz-y-Buena-Voluntad, y abandonan sus hogares, ¡qué importa si solo por un día! leudando el abrigo y el pan se levanta, imposible de ser amordazado, el gemido negado del Hambre y el Olvido, la extrañeza desafinando los himnos distraídos para repetir Gloria y Hosannas.
Así, pues, ¡existen soluciones y soluciones esperando ser encontradas!”.
27) XAVIER, F. C.; MEIMEI (Espíritu). Padre Nuestro, capítulo “El ejemplo del árbol”.
“Dicen que cuando el primer árbol apareció en la Tierra, traía del Padre Celestial la recomendación de alimentar al hombre y de auxiliarlo, en nombre del Cielo, por todos los medios que le fuese posible.
[…]
El infeliz hombre comenzó a meditar acerca del ejemplo del venerable árbol, enseñado por Dios para cooperar en la distribución del alimento de cada día en la Tierra. Reconoció en él a un verdadero emisario del Cielo, que sació su hambre y le dispensó maternal protección. Entonces, el hombre abandonó el mal en el que se había sumergido y pasó a ser otro”.
28) XAVIER, F. C.; NEIO LÚCIO (Espíritu). Alborada Cristiana, capítulo “La cuenta de la vida”.
“Cuando Levindo cumplió los veintiún años, su madre le recibió a los amigos, festejó la ocasión y solemnizó el acontecimiento con gran alegría.
Con todo, en lo íntimo, la bondadosa señora estaba triste y preocupada.
El hijo, hasta la mayoría de edad, no toleraba ninguna disciplina. Vivía ociosamente, desperdiciando el tiempo y negándose al trabajo.
Aprendió las primeras letras, al precio de mucha dedicación materna, y luchaba contra todos los planes de acción digna.
Rehusaba los buenos consejos y se inclinaba, francamente, hacia el desfiladero del vicio.
En esa noche, todavía, la abnegada madre oró, más fervorosa que nunca, suplicando a Jesús que lo encaminase a la elevación moral. Lo confió al cielo, con lágrimas, convencida de que el Maestro Divino le ampararía la joven vida.
Las oraciones de la devota criatura fueron oídas, en lo alto, porque Levindo, luego que fue arrebatado por las alas del sueño, soñó que era solicitado por un mensajero espiritual, que exhibía un largo documento en la mano.
Intrigado, el joven le preguntó a qué se debía la sorpresa de semejante visita.
El emisario fijó en él los grandes ojos y respondió:
– Mi amigo, vengo a traerte la cuenta de los seres sacrificados, hasta ahora, en tu provecho.
Mientras el mozo lo miraba con asombro, el mensajero proseguía:
– Hasta hoy, para sustentarte la existencia, murieron aproximadamente 2.000 aves, 10 bovinos, 50 puercos, 20 carneros y 3.000 peces diversos.
No menos de 60.000 vidas del reino vegetal fueron consumidas por la tuya, haciendo una relación del arroz, del maíz, del fréjol, del trigo, y de variadas raíces y legumbres.
En media calculada, bebiste 3.000 litros de leche, gastaste 7.000 huevos y comiste 10.000 frutas.
Has explotado abundantemente las familias de los seres del aire y de las aguas, de los gallineros y establos, pocilgas y rediles. El precio de tus días en las huertas y frutales vale por una devastación.
Más allá de esto, no relacionamos aquí los sacrificios maternos, los recursos y donaciones de tu padre, los obsequios de los amigos y las atenciones de varios benefactores que te rodean. En cambio, ¿qué hiciste de útil? No restituiste aún a la naturaleza la mínima parte de tu inmenso débito. ¿Crees por ventura, que el centro del mundo reposa en tus necesidades individuales y que vivirás sin cuenta de los dominios de la creación? ¡Produce algo de bueno, marcando así tu paso por la tierra. Acuérdate de que hasta la propia hierba se encuentra al servicio divino. No permitas que la ociosidad te paralice el corazón y te desfigure el espíritu!…
El joven, espantado, pasó a ver el desfile de los animales que había devorado y, bajo fuerte espanto, despertó…
Amanecía.
El sol de oro como que cantaba en todas partes un himno glorioso del trabajo pacífico.
Levindo saltó de la cama, corrió hasta su progenitora y exclamó:
– ¡Madrecita! ¡Déme rápido trabajo! ¡Déme rápido trabajo!…
– ¡Oh! ¡Hijo mío! – dijo la señora en un arranque de júbilo – ¡Qué alegría! ¡Cómo estoy de contenta!… ¿Qué aconteció?
Y el joven, preocupado, informó:
En esta noche pasada, yo vi la cuenta de la vida.
De ahí en adelante, se convirtió Levindo en un hombre honrado y útil.”
29) DENIS, L. El problema del ser, del destino y del dolor, capítulo “El dolor”.
“El animal está sujeto a la lucha ardiente por la vida. Entre las hierbas del prado, las hojas y las ramas de los bosques, en el aire, en el seno de las aguas, por todas partes se desarrollan dramas ignorados. En nuestras ciudades prosigue sin cesar la hecatombe de pobres animales inofensivos, sacrificados para nuestras necesidades o entregados en los laboratorios al suplicio de la vivisección”.
30) PEREIRA, Y. A.; LÉON TOLSTOI (Espíritu); CHARLES (Espíritu). Sublimación, capítulo 3 “Destinos sublimes”, item V y VI.
“[…] ámala también incluso en el cuidado de las plantas y los animales, sin olvidar nunca que Dios es amor, y por el amor de Dios debemos amar a toda la Creación.
[…]
Con él incluso aprendí a amar y proteger a los animales y las plantas, y cuántas veces me di cuenta de que me estaba quitando el uniforme de oficial de caballería imperial rusa para llevar la blusa mujik desaliñada e ir al corral a ordeñar las vacas, dar de comer a los terneros y lavar los caballos. ¡Después, empuñar la regadera y regar las verduras!”
31) XAVIER, F. C.; CORNÉLIO PIRES. Escalones de la vida. Mensaje “Somos de Dios”.
“Palabras, mundos, sistemas,
Seres nobles y plebeyos,
Animales, insectos, plantas…
Todos somos de Dios”.
32) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. (Espíritu Emmanuel). Doctrina – escuela, capítulo “Jesús y estudio (I)”.
“Ciertamente, el Señor mostró, desde temprana edad, un amor apasionado por las criaturas.
En la intimidad de su casa, en Nazaré, muchas veces habría llevado el cariño maternal a este o aquel hambriento del camino o a uno u otro animal enfermo…”
33) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. (Espíritu Emmanuel). Esperanza y luz, capítulo “Perdón siempre”.
“Si queremos la paz con los animales, respetémoslos como aspiramos a ser respetados por ellos”.
34) XAVIER, F. C.; MARIA DOLORES (Espíritu). Dádivas de amor, capítulo “Tiempo de Navidad”.
“Que el mundo reciba de Ti las bendiciones naturales,
donando más amor a los animales,
que nunca desampares los árboles amigos
no envenenes los aires
ni tiznes las fuentes, ni contamines los mares.
Que el odio sea, en fin, olvidado de todo,
que la guerra sea puesta en los museos,
que en todos nosotros impere el inmenso amor de Dios.
Que tu Navidad se extienda al mundo entero
y que, pensando em Tu amor,
De cada amanecer
Que todos resolvamos hacer
Un día nuevo de Navidad…
Y que, encontrando a alguien,
podamos repetir, tocados de alegría,
de paz, amor y luz:
– Compañero, buen día,
Hoy también es día de Jesús.”
35) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Alma y luz, capítulo “El principal mandamiento”.
“Y amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente y con todas tus fuerzas. Este es el principal mandamiento”, proclamó el Señor. Sin embargo, te preguntarás, Entretanto, preguntarás, ¿cómo amaré a Dios que está lejos de mí?
Sin embargo, calla tus preguntas y recuerda que si los padres y madres del mundo vibran en la experiencia de sus hijos, si el artista es invisible en sus obras, Dios también permanece en sus criaturas.
Recuerda que si debes esperar a Dios donde te encuentras, Dios también te espera desde todos los ángulos del camino.
Él es el Todo en el que nos movemos y existimos.
Escucha la Sublime Ley del Bien y lo verás sufrir en el hermano enfermo, esperando tus manos; necesitado, en el corazón ignorante que te pide un rayo de luz; afligido, en el niño sin hogar que te tiende sus brazos suplicantes, pidiendo cobijo y consuelo; ansioso, en el compañero agonizante que te suplica la bendición de una oración que lo tranquilice para el enorme viaje; inquieto, en el corazón de las madres que te piden protección para sus desdichados y expectante, en las páginas vivas de la Naturaleza, esperando tu piedad por los árboles desalojados, por las fuentes contaminadas, por los pájaros sin nido o por los animales indefensos y enfermos.
Amemos a nuestro prójimo con toda nuestra alma y con todo nuestro corazón y estaremos amando al Señor con las fuerzas más nobles de nuestra vida.
Siempre comprende y ayuda …
Sirve y pasa…
Quien se hace útil, ayuda a la construcción del Reino Divino en la Tierra y quien realmente ama a Dios, se sacrifica por el prójimo, perfeccionando y abrillantando la vida.
36) XAVIER, F. C.; JAIR PRESENTE (Espíritu). Agencia de noticias, capítulo “Día del niño”.
“El día del niño,
es tiempo de esperanza.
Niño que juega y rueda
no te olvides de la escuela.
En donde sea,
respeta a tus padres
y no estropees ni lastimes
las plantas y los animales.”
37) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Canales de la vida, capítulo “Ante el llamado cristiano”.
“Podrás ser el amigo de los animales y los árboles, el conservador de las fuentes y el defensor de las semillas que sostendrán el granero del mañana”.
38) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Dinero, capítulo “Estudiando el dinero”.
“El oro con Jesús es un bálsamo para la úlcera del enfermo, es una gota de leche para el niño indigente, es un remedio para los enfermos, es ropa de abrigo para los que tiemblan de frío, es ayuda en el hogar acosado por la desgracia, es ayuda para los brazos que exigen una actividad digna, es protección para los animales y protección para la naturaleza”.
39) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Confía y sigue, capítulo “Fuente oculta”.
“La paz, por tanto, tan ardientemente anhelada, es comparable a una cobertura, entretejida con fragmentos de alegría, tales como: el regreso de una persona amada, largamente ausente; el reajuste del equilibrio orgánico; la satisfacción de las deudas pagadas; el abrazo de un amigo; una carta, mensajera de consuelo; algunos momentos de convivencia con la Naturaleza; La visión del azul en el cielo; la presencia de un niño; la sonrisa de alguien; el cariño de un animal que comparte nuestro entorno; los momentos de oración.
La paz que nunca se compra es una luz interior que nos allana el camino para encontrar lo mejor que Dios tiene reservado para nosotros; sin embargo, estemos convencidos de que en las bases de la conciencia tranquila, en la que la paz encuentra su fuente, se encuentra la fuente oculta de la paciencia”.
40) XAVIER, F. C.; AUGUSTO CEZAR NETTO (Espíritu). Augusto vive, capítulo “Hijo adoptivo”.
“La señora aceptó la decisión del marido, pero sigue postergando la adopción definitiva.
Y gracias a ello la querida hermana, desde hace dos años, tiene en su hogar un chico difícil, complicado y rebelde.
Además de las vicisitudes que le impone, parece ser un flagelo para los vecinos.
Molesta a los niños, golpea a los animales, destruye plantas y le tira piedras a los vidrios. Se expresa con malas palabras que arruinan sus horas y le horroriza bañarse, persistiendo en mantener su cabello como si fuera un laberinto. El esposo, dedicado al trabajo en su oficina, no lo acompaña en los momentos difíciles cuando la señora le expone sus cuidados, incluso paciencia y tolerancia”.
41) XAVIER, F. C.; MEIMEI (Espíritu). Dios espera, capítulo “Dios espera”.
“El Hermano de la experiencia comunitaria te reclama simpatía, los necesitados están esperando la ayuda que te sea posible; el animal te suplica protección, la planta te pide respeto, la fuente espera que la preserves y la defiendas, el medio en el que vives cuenta contigo para que ejecutes tus propios deberes, para que la paz felicite la vida de todos … si estás despierto pensando, ante los principios del Bien Eterno, comprenderás, en todas las situaciones y en todos los lugares, que Dios necesita tu colaboración y te espera”.
42) XAVIER, F. C.; MEIMEI (Espíritu). Dios espera, capítulo “Dios es amor”.
“Entonces el orientador le preguntó al acusado si no recordaba, por sí mismo, algún bien que había hecho. ¿No habría auxiliado a favor de un niño perdido o amparado a esta o aquella viuda sin nadie? ¿Nunca se había acercado a un mendigo enfermo, intentando reducir sus necesidades? ¿Acaso no había socorrido a algún animal apedreado o protegido una fuente?”
43) XAVIER, F. C.; MARIA DOLORES (Espíritu). Caminos del amor, capítulo “El amigo fiel”.
“Hablamos de cariño y conexiones humanas,
destacando uniones bellas e ideales,
tanto como escribiendo actitudes insanas
que, muchas veces, resuenan
casos pasionales.
Fue cuando un amigo afable y triste,
que nos seguía en el estudio,
nos exclamó convincentemente:
– Todo lo que decís es verdad indiscutible
sobre los seres queridos que recordáis.
Sin embargo, igualmente,
si hablamos de amor, necesitamos atestiguar
el amor a los animales,
es como si estuviera ahí, al lado,
el pasado reciente.
Por eso dijo emocionado:
– En mis funciones de ingeniero,
una vez me llamaron
para que efectuara servicios fronterizos.
Mi compañera fue conmigo,
nuestro hijito, un niño de un año
y nuestro viejo perro policía
que había recibido, en nuestra compañía,
el nombre de Fiel.
En el incesante trabajo en el que me veía,
sea cual sea el entorno,
contaba siempre con la valentía de Fiel,
que custodiaba la casa a diario;
y a quien le enseñé a cuidar a nuestro pequeño.
Y el perro se dedicó de tal manera,
que mantuvo la atención toda la semana
entre la puerta del dormitorio y la cuna del niño.
Vivíamos, entonces, en el agreste bravío…
algunas fieras no estaban lejos;
eran los lobos y, además, era el jaguar,
merodeando cabañas y taperas…
Sin embargo, era necesario dedicarse y trabajar,
orientando la agrimensura,
siempre había dos hombres vigilando
en defensa del hogar.
Junto con un ama de llaves servicial,
mi esposa salía
a veces a hacer compras,
usando nuestro jeep reforzado
para llegar a un pequeño poblado…
El narrador hizo una pausa y luego
se expresó con una voz más conmovida:
– Un día de acción, con mayor retraso
llegué a casa más tarde… noche oscura…
Mi esposa y el ama de llaves se ausentaron
y atendían, allá afuera,
a varios familiares
que sin duda la estaban buscando…
Los vigilantes caminaban por el bosque
buscando para nosotros
algunos manojos de leña…
Acompañado de un amigo,
ansioso, escuché la voz
de mi hijito asustado…
En ese grito de pavor
él presentía el peligro
Francamente, me helaba…
En vano traté de dar alguna alarma;
el compañero me seguía,
mientras, en mi inquietud,
solo escuchaba los gritos
de mi hijito que me cortaba el corazón…
Le di un empujón a la puerta abierta
de la habitación que vi claramente desierta…
Fue entonces cuando tembloroso y desorientado,
vi al perro corriendo hacia nosotros;
Fiel estaba ensangrentado…
Cojeando, se quejaba,
no sé si de locura o agonía…
Mi compañero me dijo:
– El perro está rabioso, mátalo,
es necesario alejarse, sin demora,
debe haber atacado al niño indefenso.
Aterrorizado, le disparé al perro,
y, escondido entre los rincones de la habitación,
vi a mi niño sano y salvo, acurrucado en la cama,
sin ningún sufrimiento.
Pero un jaguar yacía allí, en el suelo,
seguramente derribado por Fiel.
El perro, seguro y eficiente,
la había liquidado, finalmente,
a la bestia peligrosa
que había entrado en nuestra casa.
Con mi hijo en los brazos
volví a la presencia de mi perro;
anhelaba mostrarle nuestra gratitud,
pero Leal me envió una última mirada…
Atormentado por el dolor, no pude hablar.
En el momento de su muerte, en el terrible revés,
Fiel todavía se arrastró con cuidado
¡para besarme los pies!…
El narrador se quedó callado,
bajo el cruel peso del propio dolor.
Y luego exclamó llorando:
– En este Espacio Infinito donde vivimos,
debe haber algún lugar
que acoja a los animales,
amigos casi humanos,
en plena evolución, en busca de otros planos…
“Siempre he aceptado a los perros como nuestros cirineos,
los animales también son criaturas de Dios…
Esta historia viva,
que oímos allí, atentos de ánimo,
fue el punto final de nuestro entendimiento.
Sin embargo, el compañero
que nos habló de Fiel
miraba el Azul Inmenso,
la Patria Universal,
y, como si le transmitiera un mensaje sublime
a su propio corazón,
clamaba consternado:
– Dios no me negará una respuesta a mi constante oración…
¡Voy a encontrar a mi perro!… ¡Voy a encontrarlo!…”
44) XAVIER, F. C.; Espíritus Diversos. (Emmanuel). Marcas del camino, capítulo “La gran cuenta”.
“Extiende tu memoria más allá del minuto en que apareciste en la Tierra y reconocerás que las concesiones del Señor cubren todos tus pasos y marcan todos los pasos del camino.
No tenías nada más que la desnudez de tu propia alma y solo trajiste la propia herencia que el pasado te había impreso en el ser…
No obstante ello, dominaste el tuesto orgánico que te vestiría con una nueva forma de carne…
Mamaste la leche materna…
Ocupaste los paños de la cuna…
Necesitaste atención permanente …
Reclamaste alimento y medicinas…
Le pediste apoyo a otra persona para retirarte de la infancia…
Absorbiste el tiempo escolar…
Solicitaste el apoyo de la naturaleza…
Encarcelaste animales, criaturas también de Dios, para que te ofrezcan sudor y sangre…
En cada momento, te equilibraste en la Tierra, en verdad, gracias al sacrificio de millones de brazos que se entrelazan para servirte, levantándote tu nido doméstico, tejiendo tu ropa, garantizándote la higiene, asegurándote el bienestar y condimentándote el pan…
Eres el depositante favorito de la gran multitud en cada camino que recorres, en cada edificio que cruzas, en cada vehículo que te da la bienvenida, en cada comida que te reajusta…
A menudo crees que el dinero, también retirado de tus manos como prenda de un préstamo de la Divina Providencia, te rescata la conducta en la Ley, ante la cual todos por el momento somos deudores insolventes…
Sin embargo, no desdeñes extender el amor infatigable, renunciando a tu propia comodidad, ayudando y sirviendo, hoy, ahora y mañana, porque la muerte vendrá por un merino seguro, mostrándote la Gran Cuenta, para que te informes de que naciste en el mundo solo para llevar a cabo el bien, y que solo ese bien puede elevarte, en santa plenitud de pago con la vida, hacia la gloria de la luz sublimada e infinita”.
45) XAVIER, F. C.; MARIA DOLORES (Espíritu). Corazón y Vida, capítulo “Historia de un perro”.
“Hablamos de amor, heroísmo y ternura,
En los caminos de la tierra, en luchas naturales,
cuando un amigo recordó: “No hay que olvidar
el amor por los animales”.
Y contó emocionado:
– En la Tierra, un pobre perro mestizo
que nunca supe de donde venía
se convirtió en mi compañero
en la tapera aislada que yo mantenía.
Era un perro vagabundo, uno de esos perros,
cuyo miedo al baño desconsuela,
al ver su enorme boca y sus mejillas caídas,
los niños lo llamaban Labiudo.
Sarnoso y perezoso, muchas veces
traté de desterrarlo,
pero Labiudo volvía y me seguía
aunque yo estuviera a pie o al trote a caballo.
Ya no sabía qué hacer con el perro
que ya me había acostumbrado a soportar
en una mezcla de amistad y aversión.
Cierta mañana de sábado, yo debía
ir del campo a la ciudad,
para pagar una antigua cuenta
cuyo plazo vencía.
Monté en mi poni muy temprano
con una robusta merienda en la bolsa,
y me largué a andar feliz el camino
acompañado de Labiudo.
Desmonté a las diez para almorzar,
me largué cuesta abajo con la comida
y fui al pie del viejo puente que cubría
un pequeño arroyo…
Comí hasta no poder más y le di al perro
todo lo que sobró de la comida…
Monté de nuevo
le di unos azotes al animal
para andar rápido,
y pagar la deuda que vencía ese día,
pero de pronto empezó una escena extraña.
Labiudo, normalmente de carácter pachorro,
trataba de correr de 1 lado a otro
en aullidos y ladridos…
Después corrió adelante
como si quisiera pararlo al poni asustado.
El perro se colgaba de las bridas
mientras le gritaba nombres horribles;
le dí unos latigazos, pero en vano…
Y cansado de verlo saltar, enloquecido
sin pensar mucho llegué a la conclusión,
que la rabia había atacado a mi perro…
y sin miedo, rápido y seguro,
le di un tiro para eliminarlo,
para defenderme y librar a mi caballo.
Labiudo dejó escapar un doloroso gemido,
caminó hacia atrás, claramente herido,
mientras yo seguía adelante…
Pero al ir al banco y buscar al gerente
para retirar toda mi cuenta,
de balde busqué mi billetera…
Asombrado y asustado,
noté que me faltaba una gran suma…
Ciertamente había perdido dinero en el camino
había salido de la finca con él…
Decidí volver al lugar donde comí,
le pedí al jefe amigo principal
que esperara un poco más
y afligido, casi loco,
volví a montar el caballo y comencé a correr…
rumbeaba hacia el lugar donde había estado …
Y el amigo concluyó, emocionado:
– Solo entonces me di cuenta que yo era muy ingrato…
¿Saben lo que encontré?
Después de andar un poco nomás
todo manchado de sangre, marca por marca,
encontré a Labiudo ya sin vida…
Y al arrastrarlo a una esquina,
vi, debajo de su cuerpo, estremecido de asombro,
la billetera perdida…
¡Ah! Cómo me dolió el corazón
¡De miedo y emoción!
No puedo decir todo lo que siento
por mucho que les diga
mi pobre perro mestizo,
cuyo recuerdo está siempre conmigo,
se arrastró herido y, tras llegar al puente,
murió fiel y amigo,
protegiendo mi dinero.”
46) XAVIER, F. C.; HERMANO X. Estante de la vida, capítulo “La leyenda de la guerra”.
– Sin embargo, –continuó el Misericordioso–, ¿y la Naturaleza que los rodea? ¡¿Quizás le hable a la claridad del sol, la bendición del aire, la bondad del agua, la caricia del viento, la cooperación de los animales, la protección de los árboles, el aroma de las flores, la sabiduría de la semilla y el don de la frutas?!…
– Desgraciadamente -aclaró el anciano- deambulan como ciegos y sordos ante el armonioso concierto de vuestras gracias y oprimen a la Naturaleza simbolizando genios del mal, destructores y despóticos.
47) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. (Espíritu Hermano X). A la luz de la oración, capítulo “Oración ante el pesebre”.
“[…]
Los hombres, no contentos con el poder de matar con cañones y ametralladoras, gas y hambre, descubrieron la desintegración atómica, de modo que no solo los hermanos de la especie son exterminados, sino también los animales y los árboles, los nidos y los gusanos, los elementos vitalizadores del aire, del agua y del suelo.
E invocan tu presencia antes de la batalla, bendicen las armas en tu nombre, se declaran tus protegidos, activando maquinarias devastadoras”.
48) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. (Espíritu Neio Lúcio). Jesús en el hogar, capítulo “Culto cristiano en el hogar”.
“[…]
– Pedro, encendamos aquí, en torno a los que nos solicitan la asistencia fraternal, una claridad nueva. La mesa de tu casa es el hogar de tu pan. En ella recibes del Señor el alimento para cada día. ¿Por qué no instalar, a su alrededor, la simiente de la felicidad y de la paz, en la conversación y en el pensamiento? El Padre, que nos da el trigo para nuestra despensa, a través del suelo, nos envía la luz a través del Cielo. Si la claridad es la expansión de los rayos que la constituyen, la abundancia comienza en el grano. Por esta razón el Evangelio no se inició sobre las multitudes, y sí en el sencillo domicilio de los pastores y de los animales.
Simón Pedro fijó sus ojos, humildes y lúcidos, en El Maestro y, como no encontraba palabras adecuadas para explicarse, murmuró tímidamente:
– Maestro, se hará como deseas.
Entonces Jesús, convidando a los familiares del apóstol a la conversación edificante y a la meditación elevada, desenrolló los escritos de la sabiduría y comenzó, en la Tierra, el primer culto cristiano en el hogar.
49) XAVIER, F. C.; VIEIRA, W.; EMMANUEL (Espíritu); ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Opinión espírita, capítulo “Al compañero espírita”.
“Para nacer, se auxilió de la hospitalidad de los animales.”
50) XAVIER, F. C.; MEIMEI (Espíritu). Padre Nuestro, capítulo “Recuerdos”.
“La naturaleza diariamente glorifica la Bondad Divina, en la luz del sol, en la suavidad del viento, en el canto de las aves y en el perfume de las flores.
Quien ayuda a los animales y cuida de las plantas, demuestra respeto y cariño a la Creación de Nuestro Padre Celestial.
[…]
En el canto de las aves,
en el campo, en el mar, en la flor,
la vida está repitiendo:
– ¡Alabado sea el Señor!…
51) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. (Espíritu Batuíra). Escultores de almas, capítulo “Cooperación encadenada”.
“Comprendan y amen siempre, transmitiendo sus recursos de amor a todos los seres de la Creación”.
52) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. (Espíritu Emmanuel). Escultores de almas, capítulo “Caridad”.
“La caridad será tolerar pacientemente al familiar necesitado, respetar las dificultades del vecino sin comentarlas, apoyar al niño de la calle abandonado o socorrer a un animal enfermo.”
53) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Paciencia, capítulo “Indicaciones de la Paz”.
“Frente a la Sabiduría Eterna, todos estamos interconectados, –las piedras y las flores, los animales y los hombres, los ángeles y las estrellas– en una cadena de amor infinito.”
54) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”.
“Es justo que procuren colocar a los seres inferiores de la vida planetaria bajo su cuidado amigo.”
[…]
“Los reinos de la Naturaleza, además, son el campo de operación y trabajo de los hombres, siendo razonable considerarlos, más bajo su responsabilidad directa que propiamente de los Espíritus, razón por la cual responderán delante de las leyes divinas por lo que hicieran, en conciencia, con los patrimonios de la naturaleza terrestre.”
55) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, ítem 1.3. “Ciencias especializadas”, pregunta 79.
“Considerando que ellos igualmente poseen, delante del tiempo, un porvenir de fecundas realizaciones, a través de numerosas experiencias llegarán, un día, al llamado reino hominal.
[…]
Busquemos una figura que nos convoque al sentimiento de solidaridad y de amor que debe imperar en todos los sectores de la naturaleza visible e invisible.
[…]
Busquemos reconocer la infinidad de lazos que nos unen en los valores graduales de la evolución y levantemos en nuestra intmidad el santuario eterno de la fraternidad universal”.
56) XAVIER, F. C.; Espíritus Diversos. (Espíritu Humberto de Campos). Palabras del infinito, capítulo “La orden del Maestro”.
“- Juan – le dijo el Maestro – ¿Te acuerdas de mi aparición en la Tierra?
– Lo recuerdo, señor. Fue en el año 749 de la época romana, a pesar de la arbitrariedad de Frei Dionísios, que colocó mal tu natalicio en 754.
– No, mi Juan –respondió dulcemente el Señor– no es la cuestión cronológica lo que me interesa al preguntarte sobre el pasado. ¡Es que en estas suaves celebraciones me llega el dulce murmullo de los recuerdos! …
– ¡Ah! Sí, Maestro Amado –respondió apresuradamente el discípulo– te comprendo. Hablas del significado moral del evento. ¡Oh, si recuerdo…! El pesebre, la estrella que guía a los poderosos al humilde establo, el canto armonioso de los pastores, la alegría rotunda de los inocentes, nos parecía que los animales te entendían más que los hombres, a quienes has ofrecido la lección de humildad con el tesoro de la fe y de la esperanza.”
57) XAVIER, F. C.; Espíritus Diversos. (Espíritu Hermano X). Cartas del corazón, capítulo “El don divino”.
“[…]
– ¡Eterno Benefactor, perdóname la pobreza! ¡Nada tengo para expresarte mi cariño! … Mis virtudes no son más que vajillas despreciables.
Jesús saludó las disculpas expuestas, sonrió y habló serenamente:
– De hecho, las cualidades edificantes que el reino del Todopoderoso espera de nosotros se revelan en construcción, en el campo de tu alma. Es fundamental que el tiempo te mejore los talentos inmortales. Sin embargo, traes contigo el don divino escondido en todas las criaturas. Es por él que la Obra de Dios se perfecciona en la Tierra usándolo para poder colaborar conmigo en todas partes, santificándote, cada vez más, para la gloria del paraíso.
Y debido a que el discípulo preguntó, entre afligido y gozoso, el Maestro añadió:
– Es el don de servir, sin distinciones.
Ayúdame a velar por los hombres, la vida, la naturaleza … Ayúdame con los ignorantes y los enfermos, el viejo y el niño pequeño, el animal y la tierna hierba. A cualquier criatura o cualquier cosa que ofrezcas el bien, es a mi mismo a quien lo haces… ”
58) XAVIER, F. C.; NEIO LÚCIO (Espíritu). Mensaje de un pequeño muerto, capítulo “Conciencia”.
“He aprendido aquí muchas lecciones inesperadas.
Jamás pensé que un niño perezoso pudiese hacer tanto mal.
Desde que reconocí eso, hermano mío, he llorado mucho.
¿Te acuerdas de Bichanino, el gato de doña Susana, que yo maté a pedradas?
Oh!… ¡Cómo me cuesta contártelo todo!…
Aquí, en las aulas del Parque, a medida que fui recibiendo las enseñanzas de nuestro profesor de derechos humanos, fui recordando mi falta más nítidamente. El conocimiento de nosotros mismos delante del Universo y de la Vida, a lo que me parece, enciende una luz muy fuerte en las zonas más íntimas de nuestro ser. Con esa claridad misteriosa, mis recuerdos de los días que se fueron surgen completos y con movimiento en mi imaginación. Es así que, penetrando en el fondo de mí mismo, he vuelto a ver a mi víctima, oyendo, de nuevo, sus gemidos angustiosos. Inundada por la luz de la verdadera comprensión, mi visión interior permanecía como alterada. Comencé a ver a Bichanino en todas partes. Lo llevaba conmigo en los estudios y en el recreo, en el servicio y en el descanso.
Llegó un momento en que no pude más. Grité con todas mis fuerzas. Pedí socorro al profesor y a los colegas. Nuestro instructor hablaba, justamente en ese instante, sobre el amor y la gratitud que debemos a los animales y, dentro de mi consciencia, en ese instante inolvidable, los ojos afligidos del gatito parecían buscar los míos, suplicando piedad.
Vencido, me arrodillé llorando, confesé mi grave falta en voz alta y supliqué al orientador de las lecciones que me apartase de aquél cuadro tan terrible.
Los compañeros se volvieron hacia mí, asustados, cuando caí, gritando.
El instructor, aun así, sonrió, benévolo como siempre, se aproximó, abrazándome paternalmente, y dijo:
– ¡Ya sé lo que te ocurre, hijo mío! Ten calma y paciencia. Tú estás mejorando, porque ya descubriste las propias faltas por ti mismo.
Vi que él estaba igualmente conmovido. Mostraba los ojos rasgados de lágrimas.
Después de una larga pausa, me acarició la cabeza y explicó:
– Porque mataste a ese gato trabajador e inocente, sin necesidad, la imagen de la víctima está profundamente asociada a tus recuerdos. Comprendiendo que el profesor descubría todo lo que se hallaba oculto en mis recuerdos, me abracé a él y supliqué:
– ¡Mi protector, amigo mío, ayúdeme, por piedad!
Escuchó con emoción mi súplica y se compadeció efectivamente de mí, porque impuso sus manos acogedoras sobre mi cabeza y oró con un sentimiento tan sublime, a favor de mi tranquilidad, que sentí una repentina renovación. Aquellas manos cariñosas irradiaban una intensa luz que inundó todo mi ser, y aquel baño de energías nuevas, aliado al alivio de la confesión delante de todos, me apaciguó el espíritu.”
59) XAVIER, F. C.; NEIO LÚCIO (Espíritu). Mensaje de un pequeño muerto, capítulo “Reparación”.
“Terminada la oración, recompuse la fisonomía, pidiendo al profesor que me enseñase el mejor recurso para rescatar el error cometido por mí en otro tiempo.
Entonces, me recomendó, con una lección que sirviese para todos los alumnos de la clase, que aprovechara la enseñanza y la experiencia, dando el posible cariño a los animales, que son igualmente criaturas de Dios en marcha progresiva para el perfeccionamiento, como todos nosotros, y me exhortó a renovar los recuerdos de aquella hora, con oraciones fervorosas y sinceros propósitos de no destruir nunca más la vida de los seres frágiles e inofensivos de la Creación Divina.
A continuación, comentó las consecuencias desastrosas de nuestros gestos impensados o criminales, que esparcen desarmonías y perturbaciones.
Explicó que había visto a muchos niños con los cuales se verificó lo que me ocurría, aunque fuesen otros los hechos lamentables recordados. Recordó a muchos niños de gran porte, con bastante entendimiento, que pasan largas horas destrozando nidos, capturando aves o matándolas sin consideración, persiguiendo perros trabajadores o apedreando, por perverso placer, animales útiles y dóciles.
Esclareció que todos los jóvenes de esa especie experimentan aquí pruebas muy amargas, siendo obligados a reparar las faltas que llevaban a efecto en el mundo, con absoluto menosprecio de las respetables determinaciones de los padres o de los buenos consejos de las personas más mayores.
Desde entonces, me acuerdo de Bichanino, sintiendo, aún, su imagen dentro de mí; entretanto, con el poder de la oración, mi pensamiento se tranquilizó, volviendo al pasado en actitud de sincero arrepentimiento, pidiendo perdón.
Humillé a mis sentimientos caprichosos, de los cuales siempre ocultaba el lado malo, y, por eso, he mejorado.
Ya no tengo más entretenimientos ni horas desaprovechadas.
En todos los instantes dedicados a recreos y diversiones, encuentro árboles para cuidar y animalitos de aquí, a los cuales puedo auxiliar con eficiencia y provecho.
Yo, que tanto me alegraba viendo a las aves perseguidas por los niños fuertes, hoy me dedico a ayudar a pequeños pájaros en la construcción de nidos.
Y observo que, ante mi actitud interior transformada, todas las personas que me rodean son como si se hubieran transformado para mí. Recibo miradas afectuosas y agradecidas por todas partes. Los profesores y colegas me parecen más simpáticos, más amigos.
Viendo mi sincero esfuerzo para corregirme, nadie me habló del gato apedreado.
El triste episodio fue olvidado bondadosamente por todos.
Se lo debo a los árboles y a los pajaritos, a los cuales he dedicado en los últimos tiempos, las alegrías que me llenan el corazón.
Tengo casi la seguridad de que Bichanino perdonó mi maldad. Siento que hice la paz conmigo mismo y creo que, si yo volviese ahora a casa, sería mejor hijo y mejor hermano.
¡Oh! ¡Dirceo, nunca atormentes ni mates a los animales útiles e inofensivos! He llorado mucho para reparar el error que cometí.”
60) XAVIER, F. C.; NEIO LÚCIO (Espíritu). Mensaje de un pequeño muerto, capítulo “Conclusiones”.
“No maltrates ni persigas a los animales útiles o inofensivos. Es muy lamentable la actitud de todos aquellos que convierten la vida terrena en un instrumento de perturbación y destrucción para los más débiles.”
61) XAVIER, F. C.; VENERANDA (Espíritu). Los Hijos del Gran Rey, capítulo “Auxiliares”.
“Observando que los servicios básicos de la escuela estaban ya listos, el gran señor llamó a los consejeros y les habló con bondad:
– Deseo confiar a mis hijos algunos vegetales preciosos de mis graneros para que suavicen la lucha de ganar el pan en los días futuros.
Y, enseguida, los árboles fructíferos fueron cultivados en los grandes patrimonios de la escuela, junto a tiernas y sustanciosas legumbres. Se extendieron robustos troncos de tonos verdes, cargados de flores y frutos; arbustos delicados derramaron preciosos granos, y las frágiles hierbas ofrecían sabrosas hojas. Para que produjesen armoniosamente, determinó el rey que las lluvias fuesen divididas y controladas.
Cuando se mezclaban, exuberantes y triunfantes, los jardines y los manzanos, el soberano convocó nuevamente a los cooperadores y les dijo:
– Pretendo entregar a mis hijitos auxiliares amigos que los ayuden, gratuitamente, en el aprendizaje. Para eso, confiaremos a la escuela algunos seres aún pobres en inteligencia, que puedan ayudarlos, recibiendo de ellos, al mismo tiempo, cariño y educación.
Desde ese momento, se trajeron numerosos animales a la maravillosa escuela. Aves hermosas y amigas poblaron los aires, loando al Gran Señor y purificando la atmósfera. Bueyes, perros, mulos y ovejas, al lado de muchas otras útiles criaturas, pasaron a cooperar, a favor de los pequeños príncipes, para que las luchas fuesen menos ásperas.”
62) XAVIER, F. C.; VENERANDA (Espíritu). Los Hijos del Gran Rey, capítulo “Primeros tiempos”.
“Los primeros tiempos de recepción de los príncipes se señalaron por grandes y dilatados trabajos de todo orden.
Muchos no se adaptaban a los uniformes y volvían de la escuela, miedosos y avergonzados. Otros se acobardaban delante de la extensión de la aguas y de los bosques y no se animaban a emprender el trabajo, abandonando el vestuario, precipitadamente. Otros, aún, se declaraban enfermos, después de los primeros días de lecciones y servicios.
El Poderoso Rey, todavía, no se agobió, ni se cansó. Cuidando de los pequeños herederos con extrema ternura, determinó que los abnegados cooperadores de su obra solucionasen las dificultades de la escuela. Y los mensajeros del Gran Señor vinieron en gran número, a fin de estudiar los problemas y resolverlos.
Con enorme dedicación, mejoraron la atmósfera, para que el aire fuese más agradable a los pequeños; organizaron un desagüe mejor para las aguas; ayudaron a los principitos a descubrir los frutos más dulces y sabrosos; les enseñaron a traer el uniforme bien limpio; les dieron lecciones valiosas en el trato con los animales; les prestaron esclarecimientos sobre el fuego y el agua; se acercaron, unos a otros, para que aprendiesen a cultivar la fraternidad y la protección mutua; les pusieron la oración en el corazón y en los labios, y les ayudaron a mirar a lo alto, llenos de confianza en el Poder del Padre Amoroso y Supremo Gobernador.
Desde entonces, con el socorro eficiente de los emisarios generosos, los pequeños herederos pasaron a desarrollarse con tranquilidad y seguridad.”
63) XAVIER, F. C.; VENERANDA (Espíritu). Los Hijos del Gran Rey, capítulo “Después de crecidos”.
“En breve, los hijos del Gran Rey, olvidaron los deberes que les cabían desempeñar, comenzaron a humillar, derrumbar y perseguir. Destruían arboles venerables sin plantar otros que los sustituyesen, organizaban cacerías a los pacíficos animales, matándolos sin necesidad; aprisionaron los pájaros y pasaron a hacer lo más doloroso, combatían unos contra otros, en guerras sangrientas, dejando miseria y ruinas tras sus pasos. Para adquirir supremacía y poder, honras y autoridad, asesinaron mujeres y niños, viejos y enfermos incapaces de hacer el mal.”
64) XAVIER, F. C.; VENERANDA (Espíritu). El camino oculto, capítulo “Ave herida”.
El niño seguía el camino, de vuelta a casa, y, después de algunos pasos, lejos del corral, encontró un ave herida, incapaz de volar.
Un perverso cazador le acertó en el cuerpo frágil con un perdigón.
La pobre infeliz se arrastraba penosamente, provocando piedad. Las suaves plumas de las alas mostraban señales de sangre.
Dirigió a Leonardo una mirada de aflicción y desaliento, en una muda llamada de asistencia y cariño.
Parecía decir:
“¡Tengo el nido lleno de hijitos que me esperan! Salí, muy temprano, buscando alimento, pero recibí un disparo de un hombre malo, que me alcanzó sin razón! … ¡Muchacho bueno! ¡Ayúdame, en nombre de nuestro Padre Celestial! ¡Ayúdame a regresar! ¡Tengo miedo, mucho miedo! ¡Recuerda a tu madre que no deseaba separarse de tí y compadécete de mi corazón angustiado de madre herida! ¡Mis hijitos bendecirán tu nombre, cantaremos en tu ventana con alegría y gratitud!”
El jovencito, sin embargo, insensible ante aquella rogativa sin palabras, observó rudamente:
— ¡Es una ocasión perfecta para practicar el tiro al blanco!
Sin ninguna otra reflexión, cogió una piedra, al azar, y, después de mirar atentamente la cabeza atemorizada del infeliz ave, la mató sin compasión.”
65) XAVIER, F. C.; CASIMIRO CUNHA (Espíritu). Historia de Maricota, capítulo “Malvada”.
“Atacaba a los perros amigos
A vocerío y golpes;
Trataba a cualquier gatito
A brasa viva o pedradas.
Si avistaba la paja seca
De la casa de los pajaritos,
No lo pensaba ni un minuto:
Golpeaba con saña a los nidos.
Mataba a los recién nacidos
Con grosería sin nombre;
Encarcelaba a las aves cantoras,
Exterminándolas de hambre.
Si pasaba por el patio,
Las gallinas escapaban,
Sabiendo que Maricota
era puro golpe con mucha saña.”
66) XAVIER, F. C.; Diversos Espíritus. (Espíritu André Luiz) Ideal espírita, capítulo “Oyendo a la Naturaleza”.
“En todos los ángulos de la Vida Universal, encontramos, patentes, los recursos infinitos de la Sabiduría Divina.
La interdependencia y la función, la disciplina y el valor son algunos aspectos simples de la vida de los seres y las cosas.
Interdependencia: la vida vegetal vibra con reciprocidad con la vida animal. El naranjo le brinda oxígeno al caballo y el caballo le brinda dióxido de carbono al naranjo.
Función: el futuro es el resultado principal de la existencia de la planta. El naranjo, aunque tiene diferentes aplicaciones, tiene como principal finalidad dar vida en forma de naranja.
Disciplina: cada vegetal produce solo una fruta específica. Hay infinitas cualidades de frutos, sin embargo, el naranjo solo distribuye naranjas.
Valor: cada fruta varía según sus propias cualidades. La naranja puede ser agridulce, voluminosa o diminuta, seca o jugosa.
Antes de que el hombre apareciera en la superficie del planeta, hacía mucho tiempo que el vegetal ya seguía las leyes existentes.
Como usufructuarios del Universo, sepamos, por tanto, que cualquier acción humana contraria a la Naturaleza constituye un camino hacia el sufrimiento.
Saquemos de los escenarios naturales las lecciones esenciales para nuestra vida.
Somos interdependientes.
No vivimos en paz sin construir la paz de los demás.
Tenemos funciones específicas.
Existimos para colaborar en el progreso de la Creación, construyendo el bien para todas las criaturas.
Carecemos de disciplina.
Sin método en nuestras acciones, no exigiremos que la luz vaya adelante.
Somos valorados por las leyes divinas.
Valemos el precio de nuestras acciones, en cualquier actividad, dondequiera que estemos”.
67) XAVIER, F. C.; HERMANO X (Espíritu). Lázaro Redivivo, capítulo “El diablo”.
“-Todos sabemos que toda la creación es obra infinita de Dios y no podemos ignorar que todos los seres del Universo, desde las notas más bajas hasta los cantos más altos de la Naturaleza, en el campo ilimitado de la vida, son portadores de la Chispa Inmortal de la Divinidad. En todos los innumerables departamentos de los innumerables mundos palpita el amor, hay orden, permanece el signo de la prodigiosa herencia de la vida. Por eso mismo, hermanos, toda expresión diabólica es una perversión de la bendición divina. Dondequiera que se encuentre la perturbación de la armonía universal, allí está el adversario del Señor”.
68) XAVIER, F. C.; JOÃO DE DEUS (Espíritu). Jardín de infantes, capítulo “Primavera”.
“La primavera en el prado
Toda vestida de flores
Trajo sábanas multicolores
Que brillan en el sol dorado.
Parece una fiesta de colores
En el camino fragante,
Para la alegría del arado
Y la paz de los trabajadores.
Pequeños pajaritos
Cantan, en los altos nidos,
Canciones de amor e inocencia…”
69) XAVIER, F. C.; JOÃO DE DEUS (Espíritu). Jardín de infantes, capítulo “Conversando”.
“Pequeña y buena manecilla
No arrojes piedras a los pájaros,
No tortures a los animales…
La vida es luz que Dios perfecciona,
En hogares, en establos, en nidos,
Como el mejor de los padres.
Escucha, mi pequeño tierno y puro,
La mano frágil que mata o desgarra,
Enemiga del bien,
En los caminos distantes del futuro
Puede convertirse en la garra de una bestia
Y matar a hombres también…”
70) XAVIER, F. C.; HERMANO X (Espíritu). Luz arriba, capítulo “El hombre y el buey”.
“Un ángel de un sistema lejano, interesado en conocer los variados aspectos y grados de la razón en la inteligencia Universal, se detuvo en un campo terrestre y, sorprendido por el paisaje, se encontró con un hombre y un buey. Admiró las flores silvestres, fijó los coloridos horizontes del sol y se regocijó con el paso del suave viento, dando gracias al Supremo Señor. Sin embargo, como no disponía de demasiado tiempo, comenzó a observar directamente a los seres que poblaban el suelo, evaluando el progreso del entendimiento en el orbe que visitaba.
Examinó las pupilas del hombre y descubrió la inquietud de la maldad.
Sondeó los ojos del buey y encontró calma y paz.
Utilizando su criterio que le era particular, concluyó consigo mismo que el buey era superior al hombre. Consolidó su impresión cuando, para experimentar, pidió mentalmente a los dos que trabajaran en silencio. El animal respondió a la perfección, moviéndose humilde, pero el compañero bípedo gritó, espectacularmente, pronunciando horribles nombres que harían sonrojar a una piedra.
Algo alarmado, el ángel recomendó paciencia.
El culto bisnieto de la selva siguió trabajando, imperturbable y tolerante.
Sin embargo, el inquieto descendiente de Adán hizo resonar un látigo, hiriendo las ancas del colaborador de cuatro patas.
Desolado, ante la triste escena, el sublime embajador pidió actitudes de sacrificio.
El siervo bovino obedeció, sin ningún desgano, revelando un indiscutible interés por ser útil, distraído de sus propias heridas.
No obstante ello, el administrador humano redobló su crueldad, recurriendo al aguijón para desgarrar aún más la carne ensangrentada…
Sensibilizado, el inspector celeste anotó lo que creyó conveniente para los fines que lo trajeron y se alejó preocupado.
Sin ir demasiado lejos encontró una vaca enlazada fuertemente y otro hombre que la ordeñaba.
Bajo una impresión indefinible, hizo un llamado a la renuncia.
La madre bovina respondió con heroica resignación, prosiguiendo firme en la posición de los que sabían sacrificarse, pero el ordeñador, ante el emisario de arriba los examinara de cerca, porque una mosca le incomodaba en la nariz, golpeó la ubre de la vaca para desahogarse… El trabajador de los altos cielos, compadecido, acarició a la víctima, que se movió unos centímetros, gratamente sensibilizada. El hombre, sin embargo, gritó salvajemente, difamándola…
Quieres volverme loco, ¿no? Gritó, diabólico.
Se puso de pie, dio unos pasos, sacó un bastón rústico y le quebró los cuernos.
Emocionado, el ángel avivó las energías de la vaca, aplicando su divino magnetismo, suplicó las bendiciones del Altísimo, utilizó fuerzas de coacción en el agresor, provocándole un sano dolor de cabeza, apuntó lo que deseaba y se retiró.
A punto de emprender el vuelo por el firmamento encontró un genio sublime de la jerarquía terrenal.
Se saludaron fraternalmente y el divino inspector comentó la belleza del paisaje.
En tanto, no ocultó su profunda sorpresa.
Enumeró los objetivos que lo obligaron a detenerse por unos minutos en la Tierra y concluyó con su hermano en pureza y virtud:
Estoy satisfecho con la elevación sentimental de las criaturas superiores del Planeta.
Cultivan la generosidad, renuncian en el momento oportuno, trabajan sin remordimientos y, sobre todo, ayudan, con inusitada serenidad, a los inferiores.
El ángel del orden terrestre guardó silencio, asombrado de escuchar tal alabanza de los hombres. El otro, de todos modos, continuó:
Tuve ocasión de presenciar testimonios conmovedores. Lamento confesarlo, sin embargo: no puedo estar de acuerdo con la posición de los seres más nobles de la tierra, que todavía se mueven sobre cuatro patas, cuando un animal feroz que los acompaña, agresivo, ya tiene la ligereza de los bípedos. Naturalmente, el Altísimo conoce la razón por la que individualidades tan diferentes aquí se encuentran, unidas por la evolución en común…
De todos modos, pretendo presentar un informe detallado a las autoridades divinas, a fin de modificar la situación imperante.
Señalando los conceptos, el compañero le pidió explicaciones más claras. El ángel extranjero lo invitó a realizar observaciones directas.
El protector de la Tierra, desilusionado, explicó, a su vez, que la situación era diferente: el bípedo es en la corteza planetaria el Rey de la inteligencia, llevando consigo los laureles del entendimiento, mientras que el buey era un simple candidato al razonamiento, absolutamente entregado al libre albedrío del controlador de suelos. Remarcó que, a pesar de ser trabajador y humilde, el cooperador bovino se pasó la vida sirviendo para el bien, y terminaba cediendo sus costados en el matadero, para que los hombres le comieran las tripas…
El forastero de los cielos más altos, sin ocultar su asombro, consideró:
Entonces, el problema es mucho peor…
Pensó, pensó y adujo:
Nunca encontré un planeta donde la razón estuviera tan degradada.
Se despidió de su colega, preparó el alejamiento definitivo sin más preámbulos y concluyó:
Presentaré un informe diferente.
Pero aún no se sabe si el ángel fue a pedirle al Trono Eterno medidas para que los bueyes levantaran sus patas delanteras, con el fin de copiar el paso de un héroe humano, o fue a rezar a los Poderes Celestiales para que los hombres bajaran sus manos y anden a cuatro patas, como los bueyes…”.
71) XAVIER, F. C.; HERMANO X (Espíritu). Luz arriba, capítulo “Manos oxidadas”.
“[…]
– ¿Amparaste a los enfermos en nombre de Cristo?
– La tierra tiene numerosas enfermeras.
– ¿Ayudaste a los niños abandonados?
– Hay guarderías por todas partes.
– ¿Escribiste una página consoladora?
– ¿Para qué? El mundo está lleno de libros y escritores.
– ¿Usaste el martillo o el pincel?
– Absolutamente.
– ¿Ayudaste a los animales desprotegidos?
– No.
– ¿Te gustaba cultivar la tierra?
– Nunca.
– ¿Plantaste árboles beneficiosos?
– Tampoco.
– ¿Te dedicaste al servicio de conducción de las aguas, protegiendo paisajes empobrecidos?
Sucupira hizo un gesto de desdén y dijo:
– Nunca pensé en eso.
El instructor le preguntó sobre todas las actividades dignas conocidas en el Planeta. Al final del interrogatorio, dio su opinión sin demora:
– Tu caso está explicado: tienes las manos oxidadas ”.
72) XAVIER, F. C.; NEIO LÚCIO (Espíritu). Alborada Cristiana, capítulo “El aprendiz desilusionado”.
“Un niño que deseaba ardientemente residir en el cielo, en una bonita mañana, cuando se encontraba en el campo, en compañía de su burro, recibió la visita de ángel.
Reconoció, rápidamente, al emisario de lo alto, por la sonrisa bondadosa y por el vestido resplandeciente.
Alucinado de júbilo, el muchacho gritó:
–¡Mensajero de Jesús, quiero el paraíso! ¿Qué debo hacer para llegar allá?
El ángel respondió con gentileza:
–El primer camino para el cielo es la obediencia, y el segundo, el trabajo.
El pequeño, que no parecía muy diligente, quedó pensativo.
El enviado de Dios entonces le dijo:
–Vengo a este campo, con el fin de auxiliar a la naturaleza que tanto nos da.
Fijó su mirada más dulcemente en el niño y le rogó:
–¿Quieres ayudarme a limpiar el suelo, cargando estas piedras para una fosa vecina?
–No puedo. Sin embargo, cuando el emisario celeste se dirigió al burro, éste se apresuró a transportar las piedras, pacientemente, dejando la tierra libre y agradable.
Enseguida, el ángel pasó a dar órdenes de servicio en voz alta, pero el niño se rehusaba a contribuir, mientras que el burro iba obedeciendo.
En el instante de mover el arado, el niñito se deshizo en palabras feas, huyendo de la colaboración.
El mular disciplinado, con todo, ayudó cuanto pudo, en silencio.
En el momento de preparar la sementera, se verificó el mismo cuadro: el pequeño reposaba y el burro trabajaba.
En todas las medidas iniciales del labrado, el pesado animal actuaba cuidadoso, colaborando eficientemente con el labrador celeste; entretanto, el joven, lleno de salud y ligereza, permaneció abrumado, a un lado, lloroso sin saber por qué y acusando no se sabe a quien.
Al finalizar el día, el campo estaba lindo.
Los canteros bien diseñados surgían al centro, rodeados de hilos de agua benefactora.
Lo árboles, alrededor, parecían orgullosos de protegerlos. El viento se deslizaba tan manso que más se parecía a un soplo divino cantando en las campanitas del matorral.
La luna apareció esparciendo una intensa claridad. El ángel abrazó al obediente animal, agradeciéndole su contribución. Viendo el niño que el mensajero se iba de vuelta, gritó, ansioso:
–¡Ángel querido, quiero seguir contigo, quiero ir para el cielo!…
Pero el emisario divino le respondió:
–El paraíso no fue hecho para gente perezosa. Si deseas encontrarlo, aprende primeramente a obedecer como el burro que supo recibir las bendiciones de la disciplina y el valor de la educación.
Y así esclareciéndolo subió hacia las estrellas dejando al muchacho desilusionado, pero dispuesto a cambiar de vida.”
73) XAVIER, F. C.; NEIO LÚCIO (Espíritu). Alborada Cristiana, capítulo “La falsa mendiga”.
“[…]
Todos los vecinos y conocidos juzgaron que el alma de Zezélia fuera directamente para el cielo; sin embargo, no fue así.
Ella despertó en medio de un campo muy oscuro y frío. Se hallaba sin nadie y gritó, afligida, por el socorro de Dios.
Después de mucho tiempo, un ángel apareció y le dijo bondadoso:
–¿Zezélia, que desea usted?
–¡Ah! – observó vanidosa – ¿Ya soy conocida en la casa celestial?
–Hace mucho tiempo – informó el emisario, compadecido.
La vieja comenzó a llorar y rogó en llanto:
–¡He sufrido mucho!… ¡Quiero amparo de lo alto!…
–¡Pero oiga! – Esclareció el mensajero – El auxilio divino es para quien trabaja.
Quien no planta, nada tiene que recoger. Usted no cavó la tierra, no cuidó las plantas, no ayudó a los animales, no hiló el algodón, no tejió hilos, no cosió paños, no amparó niños, no hizo pan, no lavó ropa, no barrió la casa, no cuidó flores, no trató ni siquiera de cuidar su salud y su cuerpo…
¿Cómo pretende recibir las bendiciones de lo alto?
La infeliz observó, entonces:
–Nada podía hacer… yo era mendiga…
–¡No, Zezélia! – Usted no era mendiga. Usted fue simplemente perezosa.
Cuando aprenda a trabajar, llame por nosotros y recibirá el socorro celeste.
Se le cerraron a los ojos los horizontes de luz y, a oscuras, Zezélia volvió para la tierra, con el fin de renovarse”.
74) XAVIER, F. C.; NEIO LÚCIO (Espíritu). Alborada Cristiana, capítulo “De los animales a los niños”.
Mi pequeño amigo.
Oiga.
No nos haga daño, ni nos suponga sus adversarios.
Somos la inmensa clase de servidores de la naturaleza e igualmente criaturas de Dios.
Cuidamos de la siembra para que no le falte el pan, aunque muchos de nuestra familia, por ignorancia, ataquen a los brotes tiernos de la verdura y de los árboles, devorando gérmenes y flores. Somos nosotros, sin embargo, que, en la mayoría de las veces, garantizamos el abono a las plantaciones y las defendemos contra los compañeros dañinos.
Si usted nos persigue, sin consideración por nuestras flaquezas, ¿Quién le suplirá el hogar de leche y huevos?
No tenemos paz en nuestras cuevas y nidos, obligados como estamos a socorrer las necesidades de los hombres.
¿Usted ya notó el pastor, orientándonos cuidadosamente? Lo juzgábamos, en otro tiempo, un protector incondicional que nos salvaba del peligro por amor, y le lamíamos las manos, con agradecimiento. Descubrimos, al final, que siempre nos guiaba, transcurrido algún tiempo, hasta el matadero, entregándonos a los verdugos sin piedad. A veces, conseguíamos escapar por momentos, volviendo hasta él, suplicando ayuda, y veíamos, desilusionados, que él mismo auxiliaba al verdugo a enterrarnos el cuchillo dentro de la garganta.
Al principio, nos desesperamos. Comprendimos, después, que los hombres exigían nuestra carne y nos resignamos, esperando en el Supremo Creador que todo lo ve.
Las dueñas de casas que normalmente nos llaman, gentiles, a través de corrales, pocilgas y gallineros, nos conquistan con la amistad y la confianza, para después, decretar nuestra muerte, arrastrándonos espantados y semivivos aún, al agua hirviente.
No nos rebelamos. Sabemos que hay un Padre bondadoso y justo, observándonos, por cierto, los padecimientos y humillaciones, apreciando nuestros sacrificios.
De cualquier modo, todavía, estamos inseguros en todas partes. Ignoramos si hoy mismo seremos obligados a abandonar nuestros hijitos en lágrimas o a separarnos de nuestros queridos padres, con el fin de que sirvamos de comida para alguien.
¿Por qué motivo, entonces, se acordará usted de apedrearnos sin piedad?
No nos maltrate, buen amigo.
Ayúdenos a producir para el bien.
Usted aún es pequeño y, por esto mismo, aún no puede haber adquirido el gusto de matar.
¿No es justo, que nos coloquemos, así, con las manos unidas, ante su mirada bondadosa, esperando de su corazón aquel amor sublime que Jesús nos enseñó?”.
75) XAVIER, F. C.; Diversos Espíritus. (Espíritu Emmanuel) Antología del niño, capítulo “Oración del niño”.
“[…]
Enséñame a descubrir el bien, esté donde esté.
No te apartes de Dios y ayúdame a conservar el amor y el respeto que le debo a las personas, los animales y las cosas que me rodean”.
76) XAVIER, F. C.; Diversos Espíritus. (Espíritu Rodrigues de Abreu). Nuestro libro, capítulo “Encuentro divino”.
“[…] Deslumbrando,
Sintió en las flores, estrellas silenciosas,
En las fuentes, bendiciones del cielo exiliadas en el suelo,
Y en las humildes voces de la naturaleza
El canto de la vida
La Bondad Inmortal”.
77) XAVIER, F. C.; Diversos Espíritus. (Espíritu Meimei). Instrucciones psicofónicas, capítulo “Buena voluntad”.
“El amor y el servicio luchan sin estridencias, construyendo el progreso y ensalzando la vida.
Con la buena voluntad aprendemos a encontrar al hermano que llora, al compañero en dificultad, al enfermo infeliz, al niño indefenso, al animal herido, al árbol desprotegido y a la tierra seca, brindándoles cooperación desinteresada, y es por ella que podemos ejercitar el don de servir, a través de las pequeñas obligaciones de cada día, tendiendo la mano fraternal, silenciando la acusación irrazonable, frenando la agresividad y callando la palabra imprudente.
Pongámoslo al inicio de todas nuestras actividades, para que nuestras iniciativas y deseos, conversaciones y entendimientos no se desvíen de la luz.
Recordemos que la paz y la buena voluntad deben brillar en nuestros logros mayores o menores con nuestro Divino Maestro.
Por eso el Evangelio en la cuna de Jesús comienza con la inolvidable exaltación de las milicias celestiales:
– «Gloria a Dios en las alturas, paz en la tierra y buena voluntad para con los hombres»”.
78) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu]. Fuente viva, capítulo “Unión fraternal”.
“[…] No nos olvidemos de que la unidad espiritual es servicio básico de paz.
¿Observas al hermano que se dedica a las criaturas?
¿Reparas en el compañero que se dispone a ayudar a los enfermos?
¿Identificas el cuidado de aquel que se hizo el amigo de los viejos y de los jóvenes?
¿Señalas el esfuerzo de quien se consagró al mejoramiento del suelo o a la educación de los animales?
¿Aprecias el servicio de aquel que se convirtió en adoctrinador en la extensión del bien?
Honra a cada uno de ellos, con tu gesto de comprensión y serenidad, convencido de que solo por las raíces del entendimiento puede sustentarse el árbol de la unión fraterna, que todos ambicionamos robusta y harta.
No admitas que los otros estén observando la vida a través de tus ojos.
La evolución es escalera infinita. Cada cual divisa el paisaje de acuerdo con el escalón donde se coloca.
Aproxímate a cada servidor del bien, ofreciéndole lo mejor que pudieras, y él te responderá con su mejor parte.”
79)XAVIER, F. C.; MEIMEI (Espíritu). Cartilla del bien, capítulo “Mis hijos”.
“Y encontramos brazos que hieren y maldicen, que cometen delitos, que humillan a los pobres y a los pequeños, que ejercen su crueldad y que violan la Naturaleza, aniquilando plantas y animales útiles”.
80) PASTORINO, C. T. Minutos de Sabiduría.
“¡No maltrates a los animales!
Son también criaturas de Dios y hermanos nuestros menores, que no poseen la facultad del razonamiento abstracto.
Pero son amigos que necesitan de nuestro cariño y de nuestra ayuda.
No les impongas cargas excesivas. Aliméntalos bien. Cúralos de sus enfermedades.
Haz con estas criaturas de Dios que dependen de ti, lo mismo que deseas que hicieran contigo los Ángeles del Cielo.”
81) XAVIER, F. C.; Espíritus Diversos. (Espíritu Nina). Escultores de almas, capítulo “Cooperación encadenada”.
“El sol, por amor, sostiene los mundos de nuestra familia planetaria, sin olvidarse oscular el pétalo de la rosa perdida en el valle anónimo y comúnmente desamparado.
Porque saben amar, las flores, en silencio, rehacen la belleza de la Tierra, cuando nuestros infortunados hermanos aniquilan la naturaleza con los instrumentos de la separación ”.
82) XAVIER, F. C.; HUMBERTO DE CAMPOS (Espíritu). Buena Nueva, capítulo 19 “Comunión con Dios”.
“¡Es necesario aprender con las Leyes de la Naturaleza la fidelidad a Dios! Quien las acompaña en el mundo, planta y cosecha en abundancia. Observar la lealtad al Padre es sembrar y llegar a las más hermosas mies del alma en el Infinito.
Y el agua es el símbolo más perfecto de la esencia de Dios que tanto se encuentra en los cielos como en la Tierra.
83) XAVIER, F. C.; JAIR PRESENTE (Espíritu). Tienda de alegría, capítulo “Atracción”.
“Tú quieres el significado
De aquella lección segura:
-“Cada persona en la vida
Encuentra lo que busca.”
La enseñanza proviene del Evangelio
Con tanta sencillez
Que para ser explicado
Es solo mirar en la Naturaleza.
En el hermoso mundo de las aves,
La golondrina persevera,
Buscando sin cesar
El lugar en la Primavera.
La mosca se mueve
Con diligencia desenfreada,
Tratando de refugiarse,
En esta o aquella herida.
La abeja deja la colmena
Y, siempre activa y fiel,
Encuentra la flor que le garantiza
Las substancias de la miel.
El buitre, serio y firme
Vuela, alto, pero, en el fondo,
Casi siempre, solo se llena,
En los excrementos del mundo.
Así somos nosotros también…
Según la pregunta planteada,
Solo encontramos en los otros
Lo que a nosotros nos gusta.”
84) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Viajor. Aprendiendo con la Naturaleza.
“La enseñanza del Maestro, en términos de tolerancia y amor por el adversario, es una lección viva en las esferas más simples de la Naturaleza”.
85) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, item 1.1. “Ciencias fundamentales”, subítem 1.1.2. “Física”, pregunta 17.
“La naturaleza es donde la inteligencia divina se manifiesta.”
86) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, item 1.1. “Ciencias fundamentales”, subítem 1.1.3. “Biología”, pregunta 27.
“La Naturaleza es siempre el libro divino, donde las manos de Dios escriben la historia de su sabiduría.”
87) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, item 1.1. “Ciencias fundamentales”, item 1.1. “Ciencias fundamentales”, subítem 1.1.3. “Biología”, pregunta 28.
“En todos los reinos de la naturaleza palpita la vibración de Dios, como el verbo Divino de la Creación Infinita; y, en el cuadro sin fin del trabajo de la experiencia, todos los principios, como todos los individuos, catalogan sus valores y adquisiciones sagradas para la vida inmortal.”
88) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, item 1.3. “Ciencias especializadas”, pregunta 72.
“En la Tierra, sin que haya ningún sacrificio de vuestra parte, tenéis gratuitamente cielo azul, fuentes pletóricas, abundancia de oxígeno, árboles amigos, frutos y flores, color y luz, en santas posibilidades de trabajo a las que el hombre ha sido indiferente en todos los tiempos.”
89) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, item 1.3. “Ciencias especializadas”, pregunta 77.
“Amad los árboles y tened cuidado con el campo, donde florecen las bendiciones del cielo.”
90)XAVIER, F. C.; CASIMIRO CUNHA (Espíritu). Cartas del Evangelio, capítulo “Carta a los científicos”.
“Trata de ver en el taller
Que llamas “naturaleza”
La providencia Divina
Irradiando la belleza.”
91) XAVIER, F. C.; VENERANDA (Espíritu). Los Hijos del Gran Rey, capítulo “Los príncipes”.
“Crecemos entre dádivas sublimes de la Naturaleza, con todas las facilidades que el Poderoso Señor nos concedió. A pesar de eso, aunque la belleza y la gloria de la escuela a que somos conducidos por la Bondad Celestial, por algún tiempo, con el fin de que podamos adquirir conocimiento y virtud, perdemos casi todo el tiempo en la pereza y, orgullosos, nos creemos señores de la Creación… Casi siempre comenzamos de pequeñitos a huir de nuestros deberes, a despreciar el trabajo, a olvidar los estudios que nos tornan más sabios y mejores, a oprimir la Naturaleza, a olvidar los derechos del prójimo y, por eso, tropezamos en la ceguera de la descreencia, en la heridas del mal, en el frío del desánimo o en las destrucciones de la guerra…”
92) XAVIER, F. C.; JUAN DE DIOS (Espíritu). Jardín de infancia, capítulo “Naturaleza”.
“El libro de la Naturaleza,
Lleno de esplendores,
Con jardines encantadores
Abiertos en mil flores
Es el libro sublime y vivo
En el que Dios se manifiesta,
Desde la raíz del bosque
A los horizontes índigos”.
93) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Camino, Verdad y Vida, capítulo “Por amor”.
“Los planes más humildes de la naturaleza revelan la Providencia Divina en una expresión soberana de cuidado y amor.
Los lirios no tejen, los pájaros no guardan provisiones y misteriosa fuerza les proporciona lo necesario.
La observación de la vida de los animales demuestra los extremos de ternura con que el Padre vela por la Creación desde el principio: aquí, un ala; más allá, un diente más; allá, desconocido poder de defensa.
La gran revelación del amor se afirma en todo”.
94) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Guion, capítulo “Mediumnidad”.
“Desde los círculos más bajos hasta los más altos de la vida, existen entidades angelicales, humanas y subhumanas que actúan a través de la inteligencia encarnada, estimulan el progreso o divinizan experiencias, perfeccionan los caracteres o sostienen reparaciones benditas, protegen la naturaleza y garantizan las leyes que nos gobiernan”.
95) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Encuentro con la Paz y la Salud, cap. 1.
“Automáticamente, después de Jesús, los holocaustos humanos o animales dejaron de ser necesarios, aunque prevalecieron en muchos pueblos, unos primitivos, otros civilizados con variaciones de métodos, para llegar, en la actualidad, a la conclusión de que el sacrificio más agradable a Dios es el de la transformación moral del individuo.
(…)
Como la evolución de la inteligencia y el logro de los valores éticos y morales son muy lentos, el egoísmo sigue impulsando las conquistas de la ciencia y de la tecnología, que sin respeto a la vida, la amenazan de extinción, a través del abuso de algunos pueblos, a través de la contaminación de la atmósfera –a través de gases venenosos y metales pesados– de los mares, de los ríos, de los lagos, de la destrucción de bosques y de muchas vidas de plantas y animales, por agresión a su medio ambiente”.
96) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Encuentro con la Paz y la Salud, cap. 9.
“La individualidad se libera del ego y se convierte en hermana de la Naturaleza y de todas las criaturas que existen, manteniendo una relación vibrante con las energías universales y los seres que habitan otras dimensiones vibratorias”.
97) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Encuentro con la Paz y la Salud, cap. 10.
“Es a través de tu vibración de generosidad que se despliegan los sentimientos de benevolencia hacia todos, de simpatía y afecto por todas las formas de vida, aunque no sean sensibles: montañas, piedras y diferentes metales, valles, ríos y mares, bosques y jardines…
(…)
El individuo que se apiada del sufrimiento de su prójimo -vegetal, animal o humano- deseando ayudarle, se ilumina fácilmente, frente al conocimiento que tiene sobre el sentido existencial de la vida en la Tierra. Este fenómeno es el resultado de las tendencias universales resultantes del proceso de evolución moral, manifestándose en este expresivo sentimiento de compasión, uno de los más elevados que puede expresar la psique humana.
(…)
También los seres humanos deben sacrificarse con amor y compasión en beneficio de todas las demás vidas, contribuyendo así a que todo exprese su realidad colectiva, sin ninguna pérdida de individualidad.
(…)
Nuevamente, el aspecto de la compasión cobra sentido, ya que la búsqueda de la Naturaleza y sus diversas expresiones, como fases de la evolución de la vida, debe ser considerada esencial para lograr el sentimiento de humanidad.
No se puede amar y sentir compasión sólo por los seres pensantes, sin una correspondencia con los demás que constituyen el orden universal, particularmente en el planeta madre, que es la Tierra”.
98) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). El despertar del Espíritu, cap. 7.
“Se observa, en este contexto, que los santos y misioneros del amor en todos los campos del saber, para llevar a cabo las tareas que se les han impuesto o que todavía se proponen, que suelen ser extenuantes y agotadoras, son invariablemente tomados de gran compasión por las demás criaturas vegetales, animales y humanas
99) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). El despertar del Espíritu, cap. 4.
La relación social comienza cuando el ser humano comprende la estructura de todo lo que le rodea y se deja involucrar por el entorno en el que vive, convirtiéndose en parte activa del mismo. Luego se relaciona con los minerales, desarrolla sentimientos de respeto y admiración por los vegetales, amplía la capacidad de amparar a los animales, trabajando por la preservación de todas las formas de vida y, finalmente, se irradia hacia otras personas como miembros reales de su familia, partes integrantes que son de su vida.
En los reinos inferiores, la relación la vive solo quien piensa y siente racionalmente, porque en ellos aún no hay una conciencia que pueda responder por los sentimientos que se les dirigen, la donación es unilateral, con una sutil consecuencia para quien la brinda; el placer de estar vivo y compartir todas las formas de vida.
En plantas y animales, sin embargo, esta experiencia sucede en dos direcciones, pues existe la sensibilidad y, en los últimos, la presencia de una percepción más desarrollada, que les permite la captación y retribución de todo lo que se les dirige”.
100) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). El despertar del Espíritu, cap. 8.
“Reflexión en torno a los paisajes vívidos y coloridos de la Naturaleza, convivencia con animales y criaturas, actividades de apoyo y complacencia vegetal, todo lo que contribuye a hacer el mundo mejor y más bello, aureola de vibraciones de paz y oración, transforman los impulsos crueles en sentimientos de amor y comprensión del milagro que es la vida en sus múltiples manifestaciones”.
101) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Amor, insuperable amor, cap. 5.
“Opinamos que el sentido, el objetivo, lo esencial, es la autosuperación de las pasiones, la autoiluminación para discernir con claridad lo que se debe y se puede hacer, para armonizarse en uno mismo, en relación con el prójimo y el entorno social grupal en el que uno se encuentra, así como con la Vida, con la Naturaleza, con Dios…”
102) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Amor, insuperable amor, cap. 13.
“A medida que penetra la sonda del conocimiento en lo que yacía ignorado, se descubre la armonía en todo lo presente, identificando un factor causal común, predominante en la Naturaleza, que puede decodificarse como el soplo del Amor, del que surgieron los elementos constitutivos del Cosmos.
La identificación de esta fuerza poderosa, que es el amor, permite su uso consciente a favor de sí mismo y de todas las formas vivientes.
Las plantas absorben las emanaciones del amor o sienten su ausencia, o sufren el efecto de los rayos desintegradores del odio, que es el amor enloquecido y destructivo. Los animales se vuelven tiernos, se domestican, cuando se someten al dinamismo del amor que educa y crea hábitos, vitalizándose con la ternura o perdiendo sus carencias, o extinguiéndose con las actitudes que se les oponen”.
103) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Leyes morales de la vida, parte II, cap. 1.
“Sin embargo, si quieres comprender la necesidad de amar a Dios, acompaña la floración de una rosa, devolviendo el perfume a la vida, que extrae de la tierra en humus y abono … Mira a un niño, detente en un anciano…
Ama, por lo tanto, en el camino, tanto como puedas: plantas, animales, hombres, y finalmente te descubrirás a ti mismo amando a Dios de manera superior”.
104) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). El hombre integral, cap. 1.
“Resolviendo tomar la decisión de dedicarse a los ideales del engrandecimiento humano, contribuyendo a la hora vacía a favor de los enfermos y ancianos, niños abandonados y animales, su vida cobraría color y utilidad, enriqueciéndose de un compañerismo digno, en cuyo interés se ampliaría el alcance de los objetivos que motivan las experiencias vivenciales e inoculan el coraje para enfrentarse, aceptando los desafíos naturales ”.
105) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Plenitud, cap. 5.
“En una extensión de la afectividad, la consideración por la Madre Naturaleza enfatiza que es de fundamental importancia para el equilibrio ecológico, en consecuencia, de todos aquellos que contribuyen a su armonía.
Ver, por tanto, en todos los seres vivos la proyección maternal positiva y placentera proporciona fuerza para la conservación o restauración de la salud, para la liberación del sufrimiento y el bienestar, que son condiciones esenciales para la felicidad.
(…)
Incluso los animales salvajes, bajo domesticación, se hacen amigos, y recibiendo la vibración del amor alternan la constitución del instinto agresivo, cambiando su comportamiento, lo que da fe de la presencia de la Psique Divina en germen, en todo y en todos.
Es una conquista de sabiduría poder penetrar en la bondad latente de los seres, buscando sintonizarnos con este estado de vida, en lugar de estar ligados solo a manifestaciones externas, a sus reacciones defensivas-agresivas, que son portadoras de vibraciones mórbidas, por tanto, desencadenando muchos males que dan cuenta de los sufrimientos.
De la experiencia de identificar la bondad en los seres en general, surge el extraordinario logro de descubrir la Presencia de Dios en todas partes, en todas las criaturas, estableciendo vínculos emocionales de intercambio consciente, ya que, inconscientemente, el individuo experimenta una interdependencia de la que nadie está exento. Hacer lúcido el fenómeno automático del intercambio es una empresa válida que facilita el progreso de los hombres, desarrollando habilidades más elocuentes y expresivas”.
106) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Exploración de amor, cap. 2.
“El amor que se le debe ofrecer a los demás es una consecuencia natural del amor que se reserva a uno mismo, sin cuya presencia será muy difícil la plena realización del propósito de la afectividad.
Sólo cuando la persona se ama a sí misma puede incrementar el sentimiento noble, distribuyéndoselo a los demás seres vivos y a la Madre Naturaleza.
(…)
Cuando comienza a amarse a sí mismo, descubre que son las pequeñas cosas, las aparentemente de poca importancia, las que constituyen significados alentadores.
Son los momentos de soledad para el autoanálisis y la reflexión, momentos de oración silenciosa, rehacerse a través de la música, paseos tranquilos, caricias a niños o animales, cuidado de plantas, flores y ornamentos vivos, sintiendo la vida fluir de todas partes”.
107) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Exploración de amor, cap. 13.
“A través de la lucidez del amor, (…) Las industrias respetarán los derechos del ciudadano, mediante jornadas laborales justas y espacios de descanso, esparcimiento y estudio, pero también preservarán la Naturaleza.
El ser humano no fue creado para tener sus fuerzas agotadas, como si fuera un animal desafortunado, en el mismo momento en que los amigos de los animales se levantan para derrochar contra el abuso y la impiedad con que muchos los tratan.
La agricultura recibirá un mayor respeto, convirtiéndose en un instrumento milagroso de provisión para las multitudes, que ya no sufrirán hambre ni escasez de alimentos”.
108) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Exploración de amor, cap. 18.
“Los ejemplos nobles y desapegados de algunos pueden estimularle a ir al campo de acción, aumentando el número de los que trabajan por el bien y están interesados en cambiar el entorno social, para que el mundo se vuelva más benévolo, el aire más puro, las aguas, los bosques y los animales sean preservados en su hábitat, un derecho que les concede el Supremo Creador.
El amor también expresa los objetivos esenciales de la Creación, que es el resultado de un acto derivado de ella.
Quien perturba el orden y se complace en enriquecerse mientras ataca a la Naturaleza, no ama, ni ama a nadie.
Los usureros, los déspotas, los devastadores de la flora y los destructores de la fauna han perdido el rumbo de su vida y se han enredado en el patrón de ambición irracional, autodestructiva, siempre que invierten contra las manifestaciones sensibles que existen ”.
109) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Exploración de amor, cap. 18.
“Tómate unos minutos para escuchar música relajante, refrescante y renovadora.
Piensa en su mensaje delicado y penetrante, en el poder que tiene para sacar al individuo de la melancolía y elevarlo a la alegría, al bienestar.
Contempla el paisaje silencioso y sumérgete de su color llamativo en el tinte de luces de colores y sombras delicadas.
Alimenta a un pájaro, a un animal, planta un árbol y sigue su desarrollo, sin importarte la cosecha de sus frutos, que alguien recibirá gracias a tu dedicación y tu amor.
Así es el amor, indefinible, pero expresable”.
110) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Exploración de amor, cap. 19.
“El autoamor es la forma más prometedora de expandir la capacidad del afecto, dirigiéndolo a otras formas de vida, a otras personas”.
111) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Granero de bendiciones, cap. 15.
“La victoria del Bien es inexorable. Todo son tránsitos en la pauta de la realidad superior de la vida.
No tengas miedo. Educa al animal, educa al niño, edúcate y educa tus pensamientos para que la disciplina de las acciones te favorezca con la sistemática de la victoria sobre ti mismo, a través de los rumbos definidos del Evangelio”.
112) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Triunfo personal, cap. 1.
“Fue durante este período que una organización cerebral se separó discretamente de la otra, dando lugar a sus pródromos y estableciendo la conciencia.
Esta incuestionable conquista de la vida aún no ha cesado, porque al hombre primitivo le ha sucedido el sapiens, a este se le superpone el technologicus, lo que dará lugar al campo del de noeticus, que penetrará más fácilmente en los arcanos del Universo para que los seres humanos comprendan el papel importante que se le asigna en el ámbito de la evolución.
De esta forma, comprenderás la gran misión de ser cocreador con Dios, en lugar de convertirte en un instrumento de alucinación y desdén derivado de la soberbia egoísta, que se atreve a matar las portentosas expresiones de la vida vegetal, animal y humana, en esta terrible conspiración contra el ecosistema. y las victorias ya obtenidas de la Cultura, la Ética y la Civilización”.
113) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Triunfo personal, cap. 1.
“Entre los animales, estos sentimientos se manifiestan sin la presencia del discernimiento ni de la razón, sino a través de impulsos, que son producto de la emoción que, de esta forma, los llevan a la afectividad por quienes los cuidan y mantienen, agudizándoles la percepción de valores que, aunque no descifrados por la conciencia aún embrionaria, los impulsan a innumerables expresiones que traducen la sensibilidad en desarrollo”.
114) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Constelación familiar, cap. 11.
“La educación debe, por tanto, brindar alegría y bienestar, nunca caracterizarse como coacción o intercambio de intereses, generando desencanto y depresión en los aprendices para que, a través de la lealtad y la comprensión, sean estimulados a adquirir conocimientos y adecuación social en estándares de armonía y respeto por todos, incluida la naturaleza y todo lo que existe”.
115) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Constelación familiar, cap. 12.
“Desprovistos de sentimientos superiores, los animales muestran amistad y confianza en quienes los cuidan y conservan, convirtiéndose en amigos excepcionales que se sacrifican, cuando es necesario, por instinto, en una inteligencia casi embrionaria, para salvar a sus protectores.
Al evolucionar del reino animal al humano, la amistad es el primer paso hacia la construcción del sublime sentimiento de amor”.
116) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Constelación familiar, cap. 16.
“La vida es el resultado del amor, y este trabaja a favor de la solidaridad con todas las formas existentes: minerales, vegetales y animales”.
117) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Conflictos existenciales, cap. 9.
“Naturalmente, este comportamiento cruel tuvo manifestaciones en la niñez, cuando hizo sufrir a aves y a otros animales, a niños a los que maltrató, desarrollando una indiferencia hacia todo y por todos, que lo inmunizó a la emoción y la piedad”.
118) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Conflictos existenciales, cap. 10.
“Cuando no puede desforzarse en los que considera adversarios, maltrata a los animales, a las plantas, destruye objetos que pertenecen a los que considera sus desafectos, de una manera que produzca malestar o se entrega a un verdadero vandalismo, que puede llevar a comportamientos lamentables de terrorismo cobarde, tal como está ocurriendo hoy..”
119) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Conflictos existenciales, cap. 19.
“El amor es de esencia divina, porque nace en la excelsa paternidad de Dios.
Emanación sublime, es inherente al aliento de la vida, cuando la psique en forma primitiva se sumerge en la aglutinación molecular, iniciando el grandioso proceso de evolución.
En su expresión más primaria, se manifiesta como la fuerza encargada de unir partículas por medio de la composición de las estructuras minerales, transfiriéndose, a lo largo de miles de millones de años, a organizaciones vegetales, en las que el embrionario sistema nervioso se desarrolla en la savia que mantiene la vida a través del surgimiento de la sensibilidad.
Un nuevo proceso, que se despliega durante un período multimilenario, trabaja sobre la estructura vibratoria de la energía psíquica que la constituye, proporcionándole el despliegue de sensaciones hasta el momento en que aparece el instinto en las formas animales. Es en esta fase que se configurará el futuro de la constitución del ego, mientras que el principio inteligente, aunque latente, comienza la elaboración de la individualización del Yo.
La bestia, que lame a la cría y la guarda, ejercita el sentimiento de caricia que un día se convertirá en besos de la madre enternecida por el hijo”.
120) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Psicología de la gratitud, cap. 1.
“El santo seráfico de Asís, al alcanzar el estado numinoso, enseguida exaltó en su descarga de gratitud, ya dulce, ya suave, el himno a favor de todas las criaturas: hermano Sol, hermana Luna, hermana lluvia, vegetales, animales y todo lo que vibra y glorifica la creación.
Cuanto más elogiaba lo que a muchos les parece insignificante o sin valor, su gratificante riqueza supo dignificar, ensalzando sus cualidades”.
121) FRANCO, D. P.; MANOEL P. MIRANDA (Espíritu). Transición planetaria.
“Los dolores alcanzan niveles casi insoportables y la locura que se apodera de los campamentos terrestres tiene un carácter pandémico, junto con trastornos depresivos, drogadicción, sexo salvaje, fugas psicológicas espectaculares, crímenes terroríficos, irrespeto a las leyes y la ética, desprecio por lo humano, animal y derechos de la naturaleza… Se llega al máximo desequilibrio de tal forma que se establece la interferencia divina a fin de lograr la gran transformación que todos necesitamos con urgencia”.
122) FRANCO, D. P.; MANOEL P. MIRANDA (Espíritu). Entre los dos mundos, cap. 1.
“En estas ocasiones, tomadas por evocaciones espontáneas, siempre pienso en la posibilidad de pedir y suplicar a los navegantes del cuerpo físico que amen a la Tierra, descubriendo sus potencialidades de belleza inimaginable, empezando a amarse más a sí mismos, a través de la superación moral, así que les es posible amar también al prójimo y, en consecuencia, a Dios, reflejado en el cosmos de cada ser tanto como en lo universal.
La Tierra es un planeta ricamente dotado de valores incuestionables para la felicidad personal y grupal. La escuela bendita es un nido de esperanza y un taller para el crecimiento interior, así como un hospital para las almas enfermas, necesitadas por el momento del arma del sufrimiento para comprender mejor el propósito de la existencia.
Construida por el inefable amor del Padre, forma parte de las infinitas moradas esparcidas en su casa, y que nos es otorgada como regazo de madre, para que conozcamos la vida y la conquistamos a través del esfuerzo a través del trabajo y las reflexiones internas, mientras al mismo tiempo que lo ayuda en el crecimiento y la transformación que le están destinados.
Sus amaneceres y atardeceres de sombra y luz, cuando aparecen las primeras estrellas, son invitaciones a la meditación y la alegría que brindan felicidad y espiritualización.
Sus paisajes, cargados de fascinantes estesias, son musicalizados por las onomatopeyas de la naturaleza siempre en celebración.
El majestuoso poema de vivir la vida en todas partes es una invitación permanente a la meditación sobre la realidad, que no puede permanecer desconocida o empañada por nubes de ignorancia.
(…)
El ser humano, aunque tiene la inteligencia que lo lleva a conquistas fabulosas, no se permitió la realización interior ni la comprensión de las causas que lo generaron, acomodándose al concepto espurio de azar infundado, mediante el cual evade las responsabilidades hacia él mismo, el prójimo y la Naturaleza.
Su flora, fauna, minerales extraordinarios, todo en la Tierra constituye un conjunto de perfecto equilibrio y programación superior, obedeciendo a un orden preestablecido, que es soberano. Al ser molestado, interrumpido o vilipendiado, abre la puerta a efectos similares que se vuelven en dirección a quienes actuaron incorrectamente.
Es necesario, por tanto, que haya un despertar moral en la criatura humana, para que al menos la Tierra sea respetada, cuando no se la ama, lo que constituye un deber ineludible”.
123) FRANCO, D. P.; MANOEL P. MIRANDA (Espíritu). Sexo y obsesión, cap. 11.
“En ese momento, vimos llegar a dos jóvenes Espíritus, cada uno de ellos conduciendo un mastín de expresivo tamaño, pero bien entrenados y mansos.
Fue la primera vez que, participando en una excursión espiritual, estaba integrada por las almas de animales desencarnados.
La cuestión de las almas de los animales siempre me había interesado, incluso cuando estaba en la Tierra. Después de todo, ¿cuál es el destino reservado para nuestros hermanos en la llamada escala zoológica, algunos de ellos revelando una percepción del instinto tan aguda que se expresaba como una inteligencia embrionaria? A pesar de la información proporcionada por los nobles Espíritus de la Codificación sobre el período en el que permanecen en el mundo espiritual, pero no en un estado de erraticidad, regresando al mundo físico casi de inmediato, ahora encontraba esos mastines que serían utilizados por los trabajadores del bien, demostrando que habían sido seleccionado para ayudarnos en tareas relevantes, en las que podrían ser de gran utilidad.
Los jóvenes que los dirigieron parecían ser excelentes instructores, quienes los iniciaron en la identificación de fluidos nocivos y vibraciones deletéreas en las regiones espirituales inferiores, pues estaban exaltados ante la posibilidad de contribuir al éxito de la empresa en cuestión”.
124) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Emmanuel, capítulo 17 “Sobre los animales”.
“Si bien hay en el propio círculo de los estudiosos de los espacios, el grupo de los opositores de las grandes ideas sobre el evolucionismo del principio espiritual a través de las especies, soy de los que lo estudian, atento y cariñosamente.
Eminentes naturalistas del mundo, como Charles Darwin vislumbran grandiosas verdades, llevando a efecto preciosos estudios, los cuales, además, se perjudicarán por el excesivo apego a la ciencia terrena, que se modifica y se transforma, con los propios hombres; y, dentro de mis experiencias, puedo afirmar, sin muestras de dogmatismo, que procedente de la flora microbiana, en siglos remotísimos, no podremos precisar donde se encuentra la punta de las especies o de la escala de los seres, en el pentagrama universal. Y, como el objetivo de esta charla es la del estudio de los animales, nuestros hermanos inferiores, me siento con la necesidad de declarar que todos nosotros ya nos debatimos en su estrecho círculo evolutivo. Son ellos nuestros parientes cercanos, a pesar de la obstinación de cuantos persisten en no reconocerlo.
Se considera, a veces, como una afrenta al género humano la aceptación de esas verdades. Y se pregunta cómo podríamos admitir un principio espiritual en las arremetidas furiosas de las fieras salvajes, o cómo podríamos creer en la existencia de un rio de luz divino en la serpiente venenosa o en la astucia traicionera de los carnívoros. Semejantes averiguaciones, con todo, son hijas de entendimiento poco esmerado. Actualmente, precisamos modificar todos nuestros conceptos acerca de Dios, dado que no tenemos autoridad para definirlo o individualizarlo.
(…)
Los animales tienen su lenguaje, sus afectos, su inteligencia rudimentaria, con atributos innumerables. Son ellos los hermanos más cercanos del hombre, mereciendo, por eso, su protección y amparo. (…)
El hombre está para el animal, simplemente como un superior jerárquico. En los irracionales se desarrolla igualmente las facultades intelectuales. El sentimiento de curiosidad es, en la mayoría de ellos, altamente avanzado y muchas especies nos demuestran sus elevadas cualidades, ejemplificando el amor conyugal, el sentimiento de la paternidad, el amparo al prójimo, las facultades de imitación, el gusto de la belleza. Para verificar la existencia de esos fenómenos, basta que se ponga un sentimiento acurado de observación y de análisis..
(…)
Recibid como obligación sagrada el deber de amparar a los animales en la escala progresiva de sus posiciones variadas en el planeta. Extended hasta vuestra concepción de solidaridad y vuestro corazón comprenderá, más profundamente, los grandes secretos de la evolución, entendiendo los maravillosos y dulces misterios de la vida.”
125) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Alborada del Reino, capítulo 15 “En la senda de la ascensión”.
“El animal avanza hacia la condición del hombre, tanto como el hombre evoluciona en la búsqueda del ángel.
En el reino animal, la conciencia, como una crisálida, se mueve en todos los matices del instinto en la dirección de la inteligencia.
En el reino hominal, la conciencia nata avanza en todos los aspectos de la inteligencia, apuntando a la conquista de la razón sublimada por el discernimiento.
Y en el reino angelical esa misma conciencia, en múltiples expresiones de sabiduría y amor, avanza victoriosa hacia la perfecta santificación, compartiendo la Perfecta Felicidad del Padre Celestial.
En el campo de las formas efímeras, cada ser, por tanto, puede residir, por separado, en la elaboración de sus propios valores que lo elevarán a los niveles más altos de vida, sin embargo, en el mundo de las esencias, se unirá con el Todo de la Creación, creciendo hacia la Unidad Cósmica -puerto divino que nos espera sin distinción- para invertir, un día, en la posesión de la herencia celestial que nos está reservada.
De esta manera, si pides protección y apoyo a los que te precedieron en la vanguardia del progreso y esperas la asistencia de los bienhechores que, desde lo Alto, observan tus esperanzas, también compadécete de las humildes criaturas que se agitan laboriosamente en la retaguardia, peregrinando hacia tu encuentro.
Si es justo esperar el amor que se derrama sublime, desde el Cielo, para tu beneficio, es necesario verter ese mismo amor en los hornos de la tierra, a los que son bienvenidas las conciencias fragmentarias, contando contigo para que se eduquen y perfeccionen.
Para el hombre, el ángel es el genio que representa la Divina Providencia, y para el animal, el hombre es la fuerza que representa la Divina Bondad.
Recuerda los lazos sagrados que nos unen en el camino evolutivo y colabora en la extinción de la crueldad con la que hasta hoy hemos guiado las relaciones con nuestros hermanos menores.
Recuerda la miel que te da medicación, la lana que te ofrece el abrigo, la tracción que te garantiza una cosecha abundante y el establo que te asegura comodidad. Seamos más humanos para con quienes aspiran a nuestra posición dentro de la humanidad.
Ayuda a quienes te siguen los pasos y mantén la certeza de que recibirás como pago de paz y luz el concurso de quienes te precedieron en acceder a las culminaciones de la Vida Mayor.
La fe nos da consuelo, pero nos brinda una responsabilidad de la que no podemos escapar”.
126) XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Nuestro hogar. Cap. 33.
Distinguí la caravana que avanzaba en nuestra dirección bajo la suave claridad del cielo. De repente oí ladrar perros a gran distancia.
–¿Qué es eso? –interrogué asombrado.
–Los perros –dijo Narcisa– son auxiliares preciosos en las regiones obscuras del Umbral, donde se encuentran no solamente los hombres desencarnados, sino también verdaderos monstruos que no corresponde ahora describir.
La enfermera con voz activa, llamó a los servidores que se hallaban a distancia, enviando uno de ellos al interior, transmitiendo avisos.
Miré atentamente aquel grupo extraño que se acercaba despacio.
Seis grandes carretas, formato diligencia, precedidas de cuadrillas de perros alegres y alborotadores, eran tiradas por animales que, de lejos, me parecían iguales a los mulos terrestres. Pero la nota más interesante era la de las grandes bandadas de aves de cuerpo voluminoso que volaban a corta distancia, por encima de las carretas, produciendo singulares ruidos.
Sin contenerme me dirigí a Narcisa preguntando:
–¿Dónde está el aerobús? ¿No sería posible utilizarlo en el Umbral?
Al decirme que no, indagué las razones.
Siempre atenta la enfermera me explicó:
–Es cuestión de densidad de la materia. Usted puede hacerse un ejemplo con el agua y el aire. El avión que atraviesa la atmósfera del planeta no puede hacer lo mismo en la masa líquida. Podríamos construir determinadas máquinas como el submarino, pero por espíritu de compasión hacia los que sufren, los núcleos espirituales superiores prefieren aplicar aparatos de transición. Además, en muchos casos, no se puede prescindir de la colaboración de los animales.
–¿Cómo puede ser eso? –pregunté sorprendido.
–Los perros facilitan el trabajo, los mulos soportan las cargas con paciencia y suministran calor en zonas donde es necesario, y aquellas aves –agregó indicándolas en el espacio– que denominamos ibis viajeras, son excelentes auxiliares de los Samaritanos, pues devoran las formas mentales odiosas y perversas, entrando en lucha franca con las tinieblas del Umbral.
La caravana venía acercándose.
Narcisa me miró con bondadosa atención y concluyó:
–Por ahora no se permiten informaciones minuciosas. Podrá recibir valiosas lecciones sobre los animales, pero no aquí sino en el Ministerio de Esclarecimiento, donde están situados los parques de estudio y de experimentación.
127) XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Los mensajeros. cap. 41.
“Y como dirigiese una mirada a Aniceto, deseando su aprobación, nuestro orientador afirmó:
–Auxiliemos al hombre, en todo cuanto esté en nuestras manos, cumplamos nuestro deber con el bien, pero no despreciemos las lecciones: Este trabajador imprudente fue castigado por sí mismo. La cólera es castigada por sus consecuencias. Al mal, sigue el mal. Si los seres inferiores, nuestros hermanos en el gran hogar de la vida, nos suministran los valores del servicio, debemos darles, por nuestra parte, los valores de la educación. Ahora bien, nadie puede educar odiando, ni edificar algo útil con la furia y la brutalidad.
E, indicando al grupo que conducía al herido a una casa próxima, concluyó, imperturbable:
–Como hombre común, nuestro pobre amigo sufrirá muchos días, tirado en el lecho; entre las aflicciones de los familiares, se demorará un tanto en restablecer el equilibrio orgánico; pero, como Espíritu eterno, recibió ahora una lección útil y necesaria.
Altamente sorprendido, contemplé la gran serenidad de nuestro orientador y comencé a comprender que nadie le falta el respeto a la Naturaleza sin que reciba el doloroso choque de retorno, en todo momento”.
128) XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Acción y reacción. Cap. 4.
“El compañero nos informó que las entidades próximas a llegar, integraban un equipo de diecinueve personas acompañadas por diez trabajadores de la casa, que les servían de orientación en el viaje, ya que se trataba de hermanos recientemente desencarnados que sufrían desequilibrio mental, pero que eran acreedores a una inmediata asistencia, ya que no se hallaban en estado de desesperación, ni se habían comprometido totalmente con las fuerzas dominantes en las tinieblas. Añadió que la caravana estaba constituida por trabajadores especializados, bajo la jefatura de un intendente, y que hacían el viaje sencillamente, sin vehículos, conduciendo apenas el material indispensable para el transporte en el pesado ambiente de las sombras y auxiliados por algunos perros inteligentes y serviciales”.
129) XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Acción y reacción. Cap. 5.
“Nuestra conversación fue interrumpida, delante de una pequeña casa que se confundía con la neblina reinante de cuyo interior brotaba un reconfortante chorro de luz.
Unos enormes perros, que podíamos divisar desde lejos, a la claridad oscilante, ladraban de un extraño modo al sentir nuestra presencia.
De pronto, un compañero de alto porte y rudo aspecto, apareció y nos saludó desde la diminuta cancela que nos separaba de la entrada, abriéndonos el paso.
Silas nos presentó.
Era Orzil, uno de los guardianes de la Mansión, de servicio en las zonas tenebrosas.
A los pocos instantes, nos hallábamos en la intimidad de aquel puesto templado.
A las palabras del guardián, dos de los seis grandes perros se acomodaron junto a nosotros, echándose a nuestros pies”.
130) XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Mecanismos de la mediumnidad. Cap. 26.
“Desde la llegada del excelso Benefactor al planeta se observado su pensamiento sublime penetrando en el pensamiento de la Humanidad.
Se podría decir que en el establo se reúnen piedras y arbustos, animales y criaturas humanas, representando los diferentes reinos de la evolución terrestre, para recibir el primer toque mental de superación y belleza”.
131) XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Señal verde. Cap. 48 “Imprevistos durante visitas”.
“Nunca prorrumpir en gritos o exclamaciones si un insecto o algún pequeño animal surge a la vista”.
132) XAVIER, F. C.; CASIMIRO CUNHA (Espíritu). Cartilla de la Naturaleza. Cap. “Los animales”.
“En la casa de la Naturaleza, el Padre esparció artísticamente las bendiciones de luz de la vida que brillan por todas partes.
Estas generosas bendiciones, tan ricas, tan naturales, son notas de amor divino en el reino de los animales.
No te olvides: en el camino, practicando el bien que amas, busca ver en todos ellos a nuestros hermanos menores.
La Providencia de los Cielos nunca se olvida de nadie; Dios, que es el Padre de los hombres sabios es también el Padre de los animales.
La única diferencia, en nuestra situación, es que el animal no alcanzó las victorias de la Razón.
Sin embargo, en toda su existencia observamos los principios sacrosantos del amor y la inteligencia.
Veamos la abeja amiga en la gran tienda de la miel, la gallina cariñosa, el esfuerzo del perro fiel.
El buey tan útil para todos es la bondad y la templanza; la fuerza hercúlea muar obedece a un niño.
Ampáralos, siempre que puedas, en las horas de tu trabajo.
El animal de tu casa tiene vínculos con tu vida.
La ley es un conjunto eterno de deberes fraternales: los ángeles cuidan a los hombres, los hombres a los animales”.
133) PEREIRA, Y; BOTELHO, C. (Espíritu). Memorias de un suicida, 1ª parte, cap. 1.
“Las camillas, transportadas cuidadosamente, eran resguardadas por el cordón de aislamiento ya citado y situadas en el interior de grandes vehículos o convoyes, que acompañaban la expedición.
Esos convoyes, sin embargo, tenían un detalle interesante, digno de relatar.
En vez de tener los vagones comunes de los trenes, como los que conocíamos parecían un medio de transporte primitivo, pues se componían de pequeñas diligencias atadas unas a las otras y rodeadas de persianas muy opacas, lo que impedía al pasajero ver los lugares por donde deberían transitar.
Blancos, leves, como hechos con materias específicas hábilmente laqueadas, eran tirados por hermosas parejas de caballos también blancos, nobles animales cuya extraordinaria belleza y elegancia poco común habrían despertado nuestra atención si estuviésemos en condiciones de notar algo más allá de las desgracias que nos mantenían absortos dentro de nuestro ámbito personal.
Parecían ejemplares de la más alta raza normanda, vigorosos e inteligentes, las bellas crines ondulantes y graciosas adornando sus altivos pescuezos como blancos mantos de seda. En los carros se podía distinguir el mismo emblema azul-celeste y la leyenda respetable.”
134) PEREIRA, Y; BOTELHO, C. (Espíritu). Memorias de un suicida, 1ª parte, cap. 3.
“Al rato, entregados a nuevos servidores, cuyas tareas se desarrollaban dentro de los muros de la institución, nos hicieron ingresar en nuevos medios de transporte, que todo indicaba eran para uso en los perímetros internos, por cuanto debíamos continuar lo iniciado desde el Valle.
Nuestros vehículos ahora eran leves y graciosos, como trineos ligeros y confortables, tirados por las mismas admirables parejas de caballos normandos, y con capacidad para diez pasajeros cada uno.
(…)
Para quién, como nosotros, angustiados y miserables, veníamos de aquellas regiones, semejante lugar, aunque insulso, gracias a su inalterable blancura, aparecía como la suprema esperanza de redención Y no faltaban, adornando el parque, estanques con labrados artísticos borboteando agua límpida y cristalina, cayendo en silencio, en cascadas, graciosas gotas como perlas, mientras mansas aves, como un bando de palomas graciosas sobrevolaban ligeras entre azucenas.”
135) DENIS, L., El gran enigma, 1ª parte, cap. 3.
“En esta laboriosa y penosa evolución que arrastra a los seres hacia la luz, hay un hecho consolador sobre el cual es bueno insistir: que en todos los grados de su ascensión el alma es atraída, ayudada y socorrida por las Entidades superiores. Todos los Espíritus en marcha son ayudados por sus hermanos más avanzados, y deben, a su vez, ayudar a aquellos que están por debajo de ellos.
(…)
En las almas evolucionadas el sentimiento de la solidaridad llega a ser tan intenso, que se trueca en una comunión perpetua con todos los seres y con Dios.
El alma pura comulga con la Naturaleza entera; se embriaga con los esplendores de esta obra infinita. Todo, los astros del cielo, las flores de la pradera, el murmullo del agua en los arroyuelos, la variedad de los paisajes terrestres, los horizontes esfumados del mar, la serenidad de los espacios, todo le habla un armonioso lenguaje.
En todas estas cosas visibles el alma atenta descubre una manifestación del pensamiento invisible que anima al Cosmos. Éste reviste para ella un aspecto seductor; es el teatro de la vida y de la comunión universal, comunión de los seres entre sí y de éstos con Dios, su Padre”.
136) SCHUTEL, Cairbar. Génesis del alma. Cap. “Llamado a favor de los animales”.
“Ustedes, que ven luces en estas letras, que trazan el camino de la Evolución Espiritual, y no se sientes más esclavizados por el “genio del mundo”, la hierba que seduce, las flores que encantan, ¡tengan compasión de los pobres animales, no los golpeen, no los maltraten, no los repudien!
Recuerden, amigos míos, que el Padre, en su infinita misericordia, los rodea de cariño, y, previendo la carencia de sus Espíritus infantiles, les da cosechas abundantes sin la condición de que siembren o planten: prados cubiertos de hierbas y flores aromáticas, bosques oscuros, llanuras y mesetas, donde abundan los frutos de la vida; ríos, lagos y mares, donde fluyen los rayos del Sol, la luz de la Luna, el brillo de las Estrellas.
¡Sean buenos con sus hermanos inferiores, como ustedes desean que el Padre celestial los rodee de afecto y amor!
¡No enjaulen a los pájaros que Dios creó para poblar los aires, ni pongan trampas a los animales que habitan en los bosques y campos!
¡Renuncien a la caza, vil diversión de las almas bajas, que se regocijan con las angustias de los dolores ajenos, sin pensar que también pueden pasar por dolores angustiantes, y que, en esos momentos, en lugar de risas y alegrías, necesitarán bálsamo y misericordia!
¡Hombres! ¡Traten bien a sus animales, límpienlos, cúrenlos, denles de comer abundantemente, denles descanso, descanso en el servicio, porque ellos son los que te ayudan en la vida, son los que les ayudan en el mantenimiento de sus familias, en la creación de sus hijos!
Señores ¡Acaricien a sus jinetes, a sus perros, denles remedios cuando están enfermos, tratamiento, libertad y descanso en la vejez!
¡Carreteros! ¡No sobrecarguen a sus asnos ni a sus caballos como hacen los escribas y fariseos con los hombres imponiéndoles cargas pesadas que ellos ni siquiera quieren tocar con la punta de los dedos!
Recuerden que los animales son seres vivos, que sienten, que se cansan, que tienen fuerzas limitadas, y finalmente, que piensan, y que, en lenguaje limitado, acusan su impotencia, su fatiga irreparable a los golpes del látigo y de las bastonadas con que ustedes los oprimen!
Sean benevolentes, porque también en comparación con los Espíritus Divinos, a los que ustedes imploran luz y benevolencia, ¡ustedes son asnos sujetos a la acción reflexiva del bien y del mal!
¡Señores y matronas! ¡Muchachos, muchachas y niños! ¡Los animales domésticos son sus compañeros de existencia terrestre; como ustedes, ellos vinieron a progresar, estudiar, aprender!
¡Sean sus ángeles de la guarda, y no ángeles diabólicos y malvados para rodearlos de tormentos e infligirles sufrimientos!
¡Sean benevolentes con los seres inferiores, así como es benevolente con todos nuestro Padre que está en los Cielos!”
137) DELANNE, Gabriel. La evolución anímica. Cap. 1.
“(…) No vemos entre los animales y el hombre más que una diferencia de grado, no de naturaleza”.
138) Revista Espírita de marzo de 1858, “Júpiter y algunos otros mundos” Allan Kardec:
“Para los animales (de Júpiter), el hombre es una divinidad, pero una divinidad tutelar que no abusa de su poder para oprimirlos”.
139) KARDEC, Allan. Revista Espírita de agosto de 1858, “Las viviendas del planeta Júpiter”.
“(…) Así, de cualquier lado que se lo mire, la armonía del Universo se resume siempre en una sola ley: el progreso por todas partes y para todos, para el animal como para la planta, para la planta como para el mineral; al principio, un progreso puramente material en las moléculas insensibles del metal o de la piedra, y cada vez más inteligente a medida que nos remontamos a la escala de los seres y al paso que la individualidad tiende a liberarse de la masa, a afirmarse, a conocerse. –Pensamiento elevado y consolador como jamás lo hubo, porque prueba que nada se sacrifica, que la recompensa es siempre proporcional al progreso realizado: por ejemplo, que la devoción del perro que muere por su dueño no es estéril para su Espíritu, porque tendrá su justo salario más allá de este mundo.
(…)
Esas simpatías, que allá en lo alto forman familias de Espíritus, también agrupan alrededor de las familias todo un cortejo de animales consagrados”.
140) KARDEC, Allan. La Génesis. Cap. 7, ítem 32.
“El orgullo ha hecho decir al hombre que todos los animales han sido creados para su servicio y para sus necesidades. Pero, ¿qué es el número de los que le sirven inmediatamente y que ha podido domesticar, comparado con los infinitos con que no ha tenido ni tendrá la menor relación? ¿Cómo sostener semejante tesis en vista de esas innumerables especies que han poblado la tierra durante miles y millones de años antes de que él existiese, y que ya han desaparecido? ¿Podrá decir que han sido creadas para su provecho? Y sin embargo, esas especies tuvieron su razón de ser y su utilidad; Dios no las creó por un capricho de su voluntad, y para proporcionarse luego el gusto de destruirlas: porque todas tenían vida, instintos, y el sentimiento del dolor y del bienestar. ¿Con qué objeto las hizo? Este objeto debió ser soberanamente sabio por más que aún no lo comprendamos. Tal vez algún día sea dado al hombre conocerlo, para humillar su orgullo; entre tanto, ¡como las ideas se agrandan en presencia de estos nuevos horizontes, en los cuales le es dado hacer investigaciones, y que despliegan ante él, el espectáculo grandioso de la creación, tan majestuoso en su lentitud, tan admirable en su previsión, tan puntual, tan preciso y tan seguro en sus resultados!
141) KARDEC, Allan. El Libro de los Espíritus, pregunta 735.
735: ¿Qué ha de pensarse de la destrucción que traspasa los límites de las necesidades y de la seguridad, de la caza, por ejemplo, cuando no tiene otro objeto que el placer de destruir sin utilidad?
R: “Predominio de la bestialidad sobre la naturaleza espiritual. Toda destrucción que traspasa los límites de la necesidad es una violación de la ley de Dios. Los animales no destruyen más que para satisfacer sus necesidades; pero el hombre, que tiene libre albedrío, destruye sin necesidad, y dará cuenta del abuso de la libertad que se le ha dado, porque cede entonces a los malos instintos”.
142) KARDEC, Allan. El Libro de los Espíritus, pregunta 888.
888: ¿Censuráis la limosna?
R: (…)
“Amaos unos a otros. Esta es toda ley, ley divina por medio de la cual Dios gobierna los mundos. El amor es la ley de atracción para los seres vivientes y organizados; la atracción es la ley de amor para la materia inorgánica.» «No olvidéis nunca que el espíritu, cualesquiera que sean su grado de talento y su situación en la reencarnación o en la erraticidad, está siempre entre un superior que le guía y perfecciona, y un inferior respecto del cual ha de cumplir idénticos deberes. Sed, pues, caritativos, no solo con esa caridad que os induce a sacar de vuestro bolsillo el óbolo que dais con frialdad al que se atreve a pedíroslo, sino que debéis salir al encuentro de las miserias ocultas. Sed indulgentes con las extravagancias de vuestros semejantes, en vez de despreciar la ignorancia y el vicio, instruid y moralizad; sed afables y benévolos con todos los que os son inferiores, practicad lo mismo respecto de los seres más ínfimos de la creación, y habréis obedecido a la ley de Dios”.
143) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Cincuenta años después. Cap. VI “En el huerto de Celia”.
– Pero ¿qué secreto habrá en estos parajes -exclamó Helvidio respirando profundamente-, para que la tierra se muestre tan dadivosa y exuberante?
– No sé -dijo el hermano de los pobres con sencillez-, aquí tan sólo amamos mucho la tierra. Nuestros árboles frutales nunca son cortados para que recibamos sus dádivas y sus flores. Los corderos nos dan la preciosa lana, las cabras y las burras, la nutritiva leche, pero nunca permitimos que se los maten. Los naranjos y los olivos son nuestros mejores amigos. A veces, en los días de reposo, es a su sombra que hacemos nuestras plegarias. Aquí somos una gran familia. Y nuestros lazos de afecto se extienden a la naturaleza.
– Un día, -explicó con una sonrisa infantil- observamos que a los cabritos más grandes les gustaba perseguir a los mansos corderitos más pequeños. Entonces, los niños de la escuela, recordando que Jesús obtenía todo por la ternura de sus enseñanzas, resolvieron ayudarme en la cría de las ovejas y de las cabras, haciendo para eso un solo redil…
Todavía pequeños, unos y otros, hijos de diferentes madres, estaban juntos en todos los lugares y, bajo la vigilancia de los chicos, eran llevados cuando hacíamos oración y a las clases al aire libre. Los niños siempre habían creído que las lecciones de Jesús debían sensibilizar a los propios animales y yo les he permitido alimentar esa convicción encantadora y dulce. El resultado fue que los cabritos peleadores desaparecieron. Desde entonces el redil fue un nido de armonía. ¡Creciendo juntos, comiendo el mismo pasto y estando siempre en compañía, unos y otros eliminaron las instintivas aversiones!… ¡Y yo, observando estas lecciones de cada instante, me pongo a pensar cómo será de feliz la humanidad cuando todos los hombres comprendan y practiquen el Evangelio!…”
144) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). A Camino de la Luz, capítulo 3 “Las razas adámicas”.
“Casi todos los mundos dependientes de ella (del Sistema de Capela), ya se purificaron física y moralmente, en relación a las condiciones de atraso moral de la Tierra, donde el hombre se alimenta con las vísceras de sus hermanos inferiores y, como en las épocas prehistóricas, marchan unos contra otros a los sones de himnos guerreros, desconociendo los más elementales principios de fraternidad y trabajando poco por la extinción de su egoísmo, vanidad e infeliz orgullo”.
145) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 1 “Ciencia”, pregunta 62.
62: – El “no matarás”, ¿alcanza al cazador que mata por diversión y al verdugo que extermina por obligación?
R: A medida que evolucionéis en el sentimiento evangélico, comprenderéis que todos los matadores se encuentran en oposición al texto sagrado.
En el grado de vuestros conocimientos actuales, entendéis que solamente los asesinos que matan por perversidad están contra la ley divina. Cuando avancéis más en el camino, perfeccionando la organización social, no toleraréis al verdugo, y, cuando estuviereis más espiritualizados, contemplando en los animales a los hermanos inferiores de vuestra vida, la clase de los cazadores no tendrá razón de ser.
Leyendo nuestros conceptos, recordareis a los animales dañinos y, en lo íntimo, habéis de ponderar sobre la necesidad de su exterminio. Es posible, sin embargo, que no os acordéis de los hombres dañinos y feroces. ¿El calumniador no envenena más que el toque de una serpiente? El armamentista, o el político ambicioso, que montan con frialdad la maquinaria de la guerra incomprensible, ¿no son más impiadosos que el león salvaje?…
Ponderemos esas verdades y reconoceremos que el hombre espiritual del futuro, con la luz del Evangelio en la inteligencia y en el corazón, habrá modificado su ambiente de luchas, auxiliando igualmente los esfuerzos evolutivos de sus compañeros de plano inferior, en la vida terrestre”.
146) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 2, pregunta 128.
128: ¿La vida del irracional está revestida igualmente de las características misioneras?
R: “La vida del irracional no es propiamente misión, presentando, sin embargo, una finalidad superior que constituye la de su perfeccionamiento propio a través de las experiencias bienhechoras del trabajo y de la adquisición, en largos y pacientes esfuerzos, de los principios sagrados de la inteligencia.”
147) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 2, pregunta 129.
129: – ¿Es un error del hombre alimentarse con la carne de los seres irracionales?
R: La ingestión de las vísceras de las animales es un error de enormes consecuencias, del cual derivan numerosos vicios de la nutrición humana. Es una lástima semejante situación, así mismo porque, si el estado de materialidad de la criatura exige la cooperación de determinadas vitaminas, esos valores nutritivos pueden ser encontrados en los productos de origen vegetal, sin la necesidad absoluta de mataderos y frigoríficos.
Hemos de considerar, sin embargo, la máquina económica del interés y de la armonía colectiva, en la cual tantos operarios fabrican su pan cotidiano. Sus piezas no pueden ser destruidas de un día para otro, sin peligros graves. Consolémonos con la visión del porvenir, siendo justo trabajar, dedicadamente, por el advenimiento de los tiempos nuevos en que los hombres terrestres podrán dispensar de la alimentación los despojos sangrientos de sus hermanos inferiores.
148) XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador, capítulo 2, pregunta 136.
136: ¿Existen seres actuando en la Tierra bajo determinación absoluta?
R: Los animales y los hombres casi salvajes nos dan una idea de los seres que actúan en el planeta bajo determinación absoluta. Y esas criaturas sirven para establecer la realidad triste de la mentalidad del mundo, aún distante de la fórmula del amor, con que el hombre debe ser el legítimo cooperador de Dios, ordenando con su sabiduría paternal.
Sin saber amar a los irracionales y a los hermanos más ignorantes colocados bajo su inmediata protección, los hombres más educados de la Tierra exterminan a los primeros, para su alimentación, y esclavizan a los segundos como objetos de explotaciones groseras, con excepciones, de modo que los movilizan al servicio de su egoísmo y de su ambición.”
149) XAVIER, F. C.; Espíritos diversos. Antología Mediúmnica de Navidad, capítulo 44 “Los animales ante la Navidad” (Espíritu Hermano X).
Sosteníamos animada conversación respecto de los abusos en la mesa en las fiestas de navidad, con el parecer del grave Jonathan Ben Asser, que aseveraba la conveniencia de atenerse el hombre al sacrificio de animales solamente a lo estrictamente necesario, cuando el anciano Ebenezer Ben Aquim, orientador de grupos hebraicos en el Mundo Espiritual, tomó la palabra y se expresó conciso:
– Tal vez no sepan ustedes cuánto les debemos a los bichos en la manifestación del Evangelio …
Y ante nuestra curiosidad, contó conmovido:
– Hace muchos años oí del Rabí Eliude, que se encuentra ahora en las esferas superiores, interesantes pormenores concernientes al nacimiento de Jesús. Nos contó este antiguo mentor de israelitas desencarnados que encontrar a José de Galilea y a su compañera en los alrededores de Belén de Judá no fue fácil.
El matrimonio, que se componía de la joven María, tocada de singular hermosura, y del patriarca que la recibiera por esposa, en la madurez adelantada, entró en la ciudad cuando las calles y las hospederías estaban repletas.
Los descendientes del tronco de David se reunían en gran número para atender el nuevo censado determinado por el gobierno de Augusto.
Bronceados camelleros del desierto confraternizaban con viñateros de Gaza, negociantes domiciliados en Jericó se entendían con mercaderes residentes en Egipto.
Acompañados por benemérita legión de Espíritus sabios y magnánimos, a cuyo frente se destacaba el abnegado Gabriel, quien había anunciado a María la venida del Señor.
José y su consorte llamaron primeramente a las puertas de hospedaje de Abías, hijo de Sadoc, que enseguida los rechazó, aun cuando puso sus ojos malevolentes en la joven desposada e hizo una gracia irreverente, lo que motivó que José, aprensivo, apurara el paso y siguiera adelante.
Recurrieron enseguida al auxilio de Jorao, usuario que alquilaba aposentos a los forasteros. Este hombre opulento consideró, de inmediato, la imposibilidad de acogerlos, pero, al examinar la belleza de la muchacha nazarena, llamó aparte al arrugado carpintero y le preguntó si la joven era hija de esclavos que se pudiese obtener a cualquier precio.
José, más afligido, siguió camino hasta llegar a la pensión de Jacob, hijo de Josías, antiguo hospedero, que declaró su imposibilidad de alojar a los viajeros; no obstante, al fijarse en la recién llegada, preguntó imprudentemente cómo era que un varón así de viejo tenía el coraje de exhibir una joven de aquella rara belleza en la plaza pública. Deprimido, el anciano resolvió ir a una posada próxima, aun así, las palabras de Jacob atrajeron a curiosos y vagos que cercaron al matrimonio y lo llenaron de injurias.
Los recién llegados de Nazareth, sintiéndose blanco de burlas y sarcasmos, tropezaban humillados… Gabriel, mientras tanto, recurrió a la oración, rogando el Amparo Divino, y diversos emisarios del Cielo se manifestaron en nombre de Dios, deliberando que la única seguridad para el nacimiento de Jesús se encontraba en el establo, por lo que condujeron a José y María hacia la casa rústica de los carneros y los bueyes…
Ebenezer, a continuación, comentó bien humorado:
– Si no fuera por los anfitriones del establo tal vez la Buena Nueva habría llegado más tarde…
Y terminó preguntando:
– ¿No será ese un motivo suficiente para que los animales en la Tierra sean salvados del exterminio por lo menos el día de NAVIDAD?
150) XAVIER, F. C.; Espíritos diversos. Antología Mediúmnica de Navidad, capítulo 71 “El pavo predicador” (Espíritu Neio Lúcio).
Un bello pavo, después de convivir largo tiempo en la intimidad de una familia que disponía de vastos conocimientos evangélicos, aprendió a trasmitir las enseñanzas de Jesús, esperando también sus divinas promesas. Tan versado quedó en las letras sagradas, que pasó a propagarlas entre las otras aves. De cuando en cuando, era visto hablando en su extraño lenguaje “gla–gle–gli–glo–glu”. Naturalmente, no era comprendido por los hombres. Pero los otros pavos y otras aves, lo entendían perfectamente.
Comenzaba el comentario de las lecciones del Evangelio y el patio se llenaba rápidamente. Hasta los pollitos se tranquilizaban bajo las alas maternas, a fin de oírlo.
El pavo, muy confiado, aseguraba que Jesucristo, era el salvador del mundo, que vino a alumbrar el camino de todos y que, como base de su doctrina, colocara el amor de las criaturas unas para con las otras, garantizando la formula de la verdadera felicidad en la Tierra. Decía que todos los seres, para que vivieran tranquilos y contentos, deberían perdonar a los enemigos, disculpar a los desviados y socorrerlos.
Las aves comenzaron a venerar el Evangelio; sin embargo, cuando llegó la navidad del Maestro Divino, fue que algunos hombres vinieron a los lagos, gallineros, corrales y, después que se refirieron excesivamente al amor que dedicaban a Jesús, enlazaron pollos, patitos y pavos, matándolos, allí mismo, ante el asombro general.
Hubo muchos gritos y lamentaciones, pero los perseguidores, alegando la fiesta de Cristo, distribuyeron golpes y porrazos a voluntad. Hasta la misma esposa del pavo predicador, fue muerta también.
Cuando el silencio se hizo en el patio, al caer la noche, había en todas partes una enorme tristeza e irremediable angustia en el corazón.
Las aves afligidas rodearon al adoctrinador y lo acribillaron con preguntas dolorosas. ¿Cómo adorar a un Señor que aceptaba tantas manifestaciones de sangre en la fiesta de su natalicio? ¿Cómo explicar tanta maldad por parte de los hombres que se declaraban cristianos y operaban tanta matanza? ¿No cantaban ellos himnos de homenaje al Cristo? ¿No se decían discípulos de Él? ¿Necesitaban, entonces, de tantas muertes y lágrimas, para reverenciar al Señor?
El pastor con alas, muy contrariado, prometió responder al día siguiente. Se hallaba igualmente, cansado y oprimido. En la mañana del otro día, ante el sol rutilante de la navidad, esclareció a los compañeros que la orden de matar, no venía de Jesús, que prefirió la muerte en el madero a tener que ajusticiar; que debían todos ellos continuar, por eso mismo, amando al Señor y sirviéndolo, añadiendo que les correspondía perdonar setenta veces siete. Explicó, por fin, que los hombres degolladores estaban anunciados en el versículo quince, del capítulo siete, del apóstol Mateo, que esclarece:
– “Tened cautela, sin embargo, de los falsos profetas, que vienen hasta vosotros vestidos como ovejas, pero interiormente son lobos devoradores.”
Enseguida, el pavo recitó el capítulo cinco del mismo evangelista, comentando las bienaventuranzas prometidas por el Divino Amigo, a los que lloran y padecen en el mundo. Se verificó, entonces, un inmenso bienestar en la comunidad atormentada y afligida, porque las aves se acordaron que el propio Señor, para alcanzar la gloriosa resurrección, aceptó la muerte con sacrificio, igual al de ellas”.
151) XAVIER, F. C.; Espíritos diversos. Antología Mediúmnica de Navidad, capítulo 78 “Pensamientos de Navidad” (Espíritu Emmanuel).
“En la celebración de la Navidad reduce al máximo la matanza de animales, nuestros compañeros en el proceso evolutivo. No olvidemos que el Señor encontró su primer hogar con ellos, en la inseguridad del establo”.
152) XAVIER, F. C.; Hermano X (Espíritu). Cartas y crónicas. Cap. 4.
Primero, admito que debo referirme a nuestros viejos malos hábitos. Su cristalización aquí es una plaga tiranizante.
“Comienza la renovación de tus costumbres con el plato de cada día. Disminuye gradualmente el deseo de comer carne de animales. El cementerio en el vientre es un tormento después de la gran transición. El lomo de cerdo o el bife de ternera, aliñados con sal y pimienta, no nos colocan muy lejos de nuestros antepasados, los tamoios y los caiapós, que se devoraban unos a otros.”
153) XAVIER, F. C.; Hermano X (Espíritu). Cuentos y apólogos. Cap. 15.
“Larga serie de “porqués” nos prendían la imaginación, cuando Menes, un anciano de nuestro grupo, muy optimista, a la manera de un cariñoso abuelo, hablo de buen humor:
– A propósito del asunto, les contare a ustedes un apólogo que nos puede conferir alguna idea acerca de nuestro inmenso atraso moral.
Y, tranquilo, narró:
-En épocas remotas, en una ciudad que los siglos ya consumieron, los bueyes sintieron que también eran criaturas hechas por nuestro Padre Celestial, no obstante ser inferiores a los hombres. Sintiendo esa verdad, comenzaron a observar la crueldad con que eran tratados. El hombre que, por la corona de inteligencia, debía de protegerlos y educarlos, se valía de ellos para ingratos servicios de tracción, bajo sucesivos golpes de aguijones y látigos. No contentándose con esa forma de explotación, les esclavizaba a las compañeras, hurtándoles la leche de sus propios hijos, reservando a la familia y a ellos mismos horrible destino en el matadero. Si algunos de ellos titubeaban en el trabajo común, sufriendo con la tuberculosis o con la hepatitis, eran, de inmediato, encaminados a la muerte y nadie les respetaba el martirio final. Muchas personas compraban sus vísceras cadavéricas aun calientes, tostándolas al fuego para churrascos alegres, mientras otros les sumergían los pedazos sangrientos en calderos con agua caliente, convirtiéndolos en sabrosos guisos para las bocas hambrientas. No conseguían ni siquiera el derecho a la paz del túmulo, porque eran sepultados, aquí y allí, en estómagos malolientes e insaciables. A pesar de trabajar exhaustivamente para el hombre, no conseguían la mínima recompensa, pues, luego de ser abatidos, eran despojados de sus cuernos y hasta de sus propios huesos, para el fortalecimiento de la industria… Tristes y afligidos, comenzaron a reclamar; pero, los hombres, aunque portadores de bellas virtudes potenciales, recelaban vivir sin el cautiverio de los bueyes. ¿Cómo enfrentarían, solos, las duras tareas del arado? ¿Cómo sustentarían la casa sin la leche? ¿Cómo garantizarían la tranquilidad del cuerpo sin la carne confortadora de los seres bovinos? El pedido era simpático, pero los animales se mostraban tan brillantes y tan tentadores que nadie se arriesgaba a la solución del problema. Después de numerosas suplicas sin respuestas, las víctimas de la voracidad humana recurrieron a los jueces; entretanto, los magistrados cultivaban igualmente la pasión por el bistec y por el chorizo y no sabían servir a la Justicia, sin las utilidades de la leche y del cuero de los animales. Así, el impase permaneció sin alteraciones y cualquier toro más arrojado que se refiriese al asunto, al destacarse de la servidumbre en que se mantenía el rebaño, era apedreado, agredido y conducido, irremediablemente, al matadero…
El venerable amigo hizo una larga pausa y añadió:
– Esa es la lucha de muchos siglos entre encarnados y desencarnados que se consagran en el vampirismo. Sin ninguna habilitación para la vida normal, fuera del cuerpo físico, temen la grandeza del Universo y retroceden llenos de pavor, ante la gloria del Espacio Infinito, procurando la intimidad con los hermanos envueltos aun en la carne, cuyas energías constituyen preciso alimento a su ilusión. Es de ese modo que las enfermedades del cuerpo y del alma se esparcen en los más diversos climas. Los hombres, que se juzgan distantes de la armonía orgánica sin sacrificio de los animales, son confrontados por genios invisibles que se creen incapaces de vivir sin el concurso de ellos. El enigma de la obsesión, en el fondo, es un problema educativo. Cuando el hombre cumpla en si mismo las leyes superiores de bondad a las que teóricamente se aficiona, dejara de ser un flagelo para la Naturaleza, convirtiéndose en un ejemplo de sublimación para las entidades inferiores que tú buscan… Entonces, la conciencia particular se inflamara en la luz de la conciencia cósmica y los tristes espectáculos de obsesión reciproca desaparecerían de a Tierra… Hasta allá concluyó, sonriendo, reclamar contra la actuación de los Espíritus delincuentes, conservando en si mismo cualidades tal vez peores que las de ellos, es arriesgarse, como los bueyes, a la desilusión, y al apaleamiento. El imam que atrae al hierro no atrae la Luz. Quien devora a los animales, incorporándoles las propiedades a su patrimonio orgánico, debe ser apetitosa presa de los seres que se animalizan. Los semejantes procuran a los semejantes. Esta es la Ley”.
154) XAVIER, F. C.; Hermano X (Espíritu). Puntos y cuentos. Cap. 33 “La disertación no terminada”.
“Cada uno de ellos habló, a su vez, comentando la angustia del problema social en la poderosa ciudad de donde provenían y, luego de aumentar la necesidad de cambios políticos en el escenario mundial, esperaron, curiosamente, la palabra de Cristo, quien amablemente dijo:
(…)
La ley del pasado dice: – No matarás; yo, sin embargo, les digo que no debemos matar bajo ninguna circunstancia y que es fundamental velar por nuestros impulsos de oprimir a los seres inferiores de la Naturaleza, porque, un día, responderemos a la Justicia del Creador Supremo por las vidas que consumimos”.
155) XAVIER, F. C.; CAMPOS, Humberto de (Espíritu), Nuevos mensajes, cap. 6.
“Na atmosfera, ao longe, vagavam nuvens imensas, levemente azuladas, que nos reclamaram a atenção, explicando-nos o mentor da caravana fraterna que se tratava de espessas aglomerações de vapor d’água, criadas por máquinas poderosas da ciência marciana, afim de que sejam supridas as deficiências do líquido nas regiões mais pobres e mais afastadas do largo sistema de canais, que ali coloca os grandes oceanos polares em contínua comunicação, uns com os outros.
Tais providências, explica o Espíritu superior e benevolente, destinam-se a proteger a vida dos reinos mais fracos da Natureza planetária, porque, em Marte, o problema da alimentação essencial, através das forças atmosféricas, já foi resolvido, sendo dispensável aos seus habitantes felizes a ingestão das vísceras cadavéricas dos seus irmãos inferiores, como acontece na Terra, superlotada de frigoríficos e de matadouros.”
156) XAVIER, F. C.; MARIA JOÃO DE DEUS (Espíritu), Cartas de una muerta. Cap. 56.
“No viven (habitantes de Saturno), como en la Tierra, una existencia saturada de vicios y malos hábitos, ni se alimentan sacrificando vidas, sino según la naturaleza, aprovechando lo que les brinda de forma espontánea y natural, alimentándose con frugalidad”.
157) XAVIER, F. C.; MARIA JOÃO DE DEUS (Espíritu), Cartas de una muerta. Cap. 117.
“Me aseguró el desvelado mentor espiritual que la humanidad de Marte evolucionó más rápidamente que la de la Tierra y que desde los pródromos de la formación de sus núcleos sociales, nunca necesitó destruir para vivir, lejos de las concepciones de los hombres terrenales cuya vida no prosigue sin la muerte y cuyos estómagos están siempre llenos de vísceras y vituallas de otros seres de la creación”.
158) VIEIRA, W.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Conducta espírita, cap. 33.
“Evitar todo tipo de tiranía sobre la vida animal, no procediendo con exigencias desmesuradas para satisfacción de caprichos del paladar, como tampoco con refinamientos condenables en investigaciones de laboratorio, limitándose solamente a las necesidades de la vida y a los imperativos justos del bien”.
159) VIEIRA, W.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Conducta espírita, cap. 34.
“Controlar el alimentarse con exceso y evitar la ingestión sistemática de condimentos y excitantes, procurando tomar las refacciones con calma y prudencia.
Gran número de personas deja prematuramente el plano terrestre por los errores de su alimentación”.
160) XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Nuestro hogar, cap. 9.
“Envalentonados por la rebeldía de los cooperadores del Ministerio de Esclarecimiento, los Espíritus menos elevados que allí se albergaban se entregaron a condenables manifestaciones. Todo eso provocó cismas en los órganos colectivos de Nuestro Hogar, dando oportunidad a peligrosos asaltos de obscuras multitudes del Umbral que intentaban invadir la ciudad, aprovechándose de brechas abiertas en los servicios de Regeneración, donde gran número de colaboradores sostenían cierto intercambio clandestino, como consecuencia de los vicios de alimentación”.
161) XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu), Los mensajeros, cap. 42.
“Desde hace milenios, la Naturaleza espera la comprensión de los hombres. No se ha alimentado tan sólo de esperanza, mas vive en ardiente expectativa, aguardando el entendimiento y el auxilio de los Espíritus encarnados en la Tierra, más particularmente considerados hijos de Dios. Entretanto, las fuerzas naturales continúan sufriendo la opresión de todas las vanidades humanas. Pero, esto ocurre, mis amigos, porque también el Señor tiene esperanza en la liberación de los seres esclavizados en la Tierra, para que se verifique igualmente la libertad en la gloria del hombre. ¡Conozco de cerca vuestros sacrificios, abnegados trabajadores espirituales del suelo terrestre! Muchos de vosotros permanecéis aquí, como en múltiples regiones del planeta, ayudando a compañeros encarnados, encadenados a las ilusiones de la ganancia de orden material. ¿Cuántas veces, vuestro auxilio es convertido en bajas explotaciones en el campo de los negocios terrestres? La mayoría de los cultivadores de la tierra todo lo exige sin ofrecer nada: Mientras veláis, cuidadosamente, por el mantenimiento de las bases de la vida, habéis visto a la civilización funcionando cual vigorosa máquina de triturar, convirtiéndose los hombres, nuestros hermanos, en pequeños moloques de pan, carne y vino, absolutamente sumergidos en los vicios de los sentimientos y en los excesos de la alimentación, despreocupados de la inmensa deuda contraída con la Naturaleza, amorosa y generosa. Ellos oprimen a las criaturas inferiores, hieren las fuerzas benefactoras de la vida, son ingratos con las fuentes del bien, atienden a las industrias rurales, pero más por la vanidad y ambición de ganar (…)
Ayudémoslo a comprender, para que se organice en una nueva era. ¡Auxiliémosle a amar a la tierra, antes de explotarla en el sentido inferior, valiéndose de la cooperación de los animales, sin promover el exterminio! En ese momento, el matadero será convertido en un lugar de cooperación, donde el hombre atenderá a los seres inferiores y donde éstos atenderán a las necesidades del hombre (…)
¡Observamos con el Evangelio, que la Creación aguarda ansiosamente la manifestación de los hijos de Dios encarnados! ¡Concordamos que las criaturas inferiores han soportado el peso de inmensas iniquidades! Continuemos auxiliándolas, pero no nos perdamos en vanas contiendas. ¡Los hombres esperan también por nuestra manifestación espiritual! De ese modo, ayudemos a todos, en el capítulo del gran entendimiento.”
162) XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Misioneros de la Luz, capítulo 4.
“Entre abusos del sexo y de la alimentación, desde los años más tiernos, no hacíamos otra cosa que desarrollar las tendencias inferiores, manteniendo hábitos malignos. ¿Serían, pues, de admirar, tantas molestias del cuerpo y tantas degeneraciones psíquicas? El Plano Superior jamás niega recursos a los necesitados de todo orden y valiéndose de las pequeñas oportunidades, auxilia a los hermanos de la humanidad en la restauración de sus patrimonios, ya sea cooperando con la Naturaleza o inspirando el descubrimiento de nuevas fuentes medicinales y reparadoras”.
(…)
– ¿Por qué tanta extrañeza? –preguntó el cuidadoso orientador–, ¿qué hacíamos nosotros cuando nos hallábamos en la esfera de la carne? ¿No se mantenían nuestras mesas a costa de carne y vísceras de bovinos y de aves? Con el propósito de buscar recursos proteicos, exterminábamos incontables pollos y carneros, lechones y cabritos. Chupábamos los tejidos musculares, roíamos los huesos. No satisfechos con matar a los pobres seres que nos pedían rutas de progresos y valores educativos para mejorar la Obra del Padre, aumentábamos el refinamiento de la explotación milenaria y a muchos de ellos les infligíamos determinadas molestias, para que nos sirvieran al paladar con la máxima eficiencia. Poníamos al cerdo común en régimen de ceba, y el pobre animal, muchas veces a costa de residuos, debía crear ciertas reservas de gordura, hasta que se postrase totalmente al peso de las grasas enfermas y abundantes. Colocábamos gansos en determinadas condiciones para hacerlos engordar, para que hipertrofiasen el hígado, con el fin de obtener sustanciosas pastas destinadas a manjares que se hicieron famosos, despreocupándonos de las faltas cometidas, pero con la supuesta ventaja, de enriquecer la calidad culinaria. Para que nuestras ollas olieran agradablemente, en nada nos dolía el cuadro conmovedor de las vacas madres en dirección al matadero. Exagerábamos, con toda la responsabilidad de la Ciencia, la necesidad de proteínas y grasas diversas, pero olvidábamos que nuestra inteligencia, tan fértil para el descubrimiento de comodidades y confort, hallaría recursos, sin recurrir a la industria de la muerte, para encontrar nuevos elementos y nuevos medios para conseguir suministros proteicos al organismo. Olvidábamos que el auge de lacticinios para el enriquecimiento de la nutrición es una elevada tarea, pues vendrán tiempos para la Humanidad terrestre en que el establo, como el hogar, será también sagrado.
(…)
–Querido André, –dijo Alejandro con benevolencia–, debemos afirmar la verdad aunque resulte en contra de nosotros mismos. En todos los sectores de la Creación, Dios, nuestro Padre, colocó a los superiores y a los inferiores para el trabajo de evolución a través de la colaboración y del amor, de la administración y de la obediencia. ¿Acaso nos atreveríamos a declarar que hemos sido buenos para con los seres que nos son inferiores? ¿No les hemos arrebatado la vida, personificándonos como diabólicas figuras en sus caminos?
(…)
Los seres inferiores y necesitados que se hallan en el Planeta, no nos encaran como superiores generosos e inteligentes y sí como verdugos crueles. Confían en la tempestad furiosa que perturba las fuerzas de la Naturaleza, pero huyen, desesperados, ante la aproximación del hombre de cualquier condición; con la excepción de los animales domésticos que, por confiar en nuestras palabras y actitudes, aceptan el cuchillo en el matadero, casi siempre con lágrimas de aflicción, incapaces de discernir con el raciocinio aún embrionario, donde comienza nuestra perversidad y donde termina nuestra comprensión. Si no protegemos ni educamos a aquellos que el Padre nos confió, como frágiles gérmenes de racionalidad todavía en los pesados vasos del instinto, si abusamos largamente de su incapacidad de defensa y de conservación, ¿cómo exigir el amparo de superiores benévolos y sabios, cuyas más sencillas instrucciones son para nosotros difíciles de soportar, por nuestra lamentable condición de infractores de la ley de auxilios mutuos?
(…)
–Los problemas son nuestros –aclaró el generoso amigo, tranquilamente–, no nos corresponde condenar a nadie. Abandonando las fajas de nuestro primitivismo, debemos despertar nuestra propia conciencia para alcanzar la responsabilidad colectiva. La misión del superior es amparar al inferior y educarlo. Y nuestros abusos para con la Naturaleza están profundamente enraizados en todos los países, desde hace muchos siglos. No podemos renovar los sistemas económicos de los pueblos, de un momento para otro, ni sustituir, de manera repentina, los hábitos arraigados y viciosos de alimentación impropia. Reflejan ellos, igualmente, nuestros errores multimilenarios. Pero, en nuestra calidad de hijos endeudados para con Dios y para con la Naturaleza, debemos proseguir en el trabajo educativo, despertando a los compañeros encarnados más experimentados y más esclarecidos, en beneficio de la nueva era en la que los hombres cultivarán el suelo de la Tierra por amor y se valdrán de los animales con espíritu de respeto, educación y entendimiento.
(…)
–Semejante realización, es de importancia esencial en la vida humana, porque, sin amor para con nuestros inferiores, no podremos esperar la protección de los superiores; sin respeto para con los otros, no debemos esperar el respeto ajeno. Si hemos sido vampiros insaciables de los seres frágiles que, entre las formas terrenas, nos rodean, abusando de nuestro poder racional ante la debilidad de la inteligencia de ellos, no está demás que, por fuerza de la animalidad que la mayoría de las criaturas humanas aún conserva, vengan a caer desveladamente, en situaciones enfermizas a causa del vampirismo de las entidades que le son afines en la esfera invisible.
Las aclaratorias de Alejandro, suministradas sin presunción y sin crítica, penetraban en mí profundamente. Algo nuevo se despertaba en mi ser. Era el espíritu de veneración hacia todas las cosas, y el reconocimiento efectivo del Paternal Poder del Señor del Universo”.
163) XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Misioneros de la Luz, capítulo 11.
“Por las vibraciones del ambiente, reconocí que el lugar era de los más desagradables, que, hasta entonces, en mi nueva fase de esfuerzo espiritual, había conocido. Siguiendo a Alejandro muy de cerca, veía a numerosos grupos de entidades francamente inferiores que se alojaban aquí y allí. Ante el local en que se procesaba la matanza de los bovinos, pude percibir un cuadro aterrador. Gran número de desencarnados, en lastimosas condiciones, se tiraban sobre los borbotones de sangre viva, como si procurasen beber el líquido con sed devoradora…”
(…)
¿No hemos visitado ambos, en la esfera de la Tierra, los más diversos mataderos? Recuerdo que en mi antiguo hogar terrestre, había siempre una gran alegría familiar por la matanza de los cerdos. La abundancia de carne y de grasa, significaba provisión para la cocina y bienestar para el estómago. Con el mismo derecho, los desencarnados, tan inferiores hoy como lo fuimos nosotros en el ayer, se acercan a los animales muertos cuya sangre humeante les ofrece vigorosos elementos vitales”.
164) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Días gloriosos, capítulo 9.
“Veamos, por ejemplo, qué ha estado sucediendo en el ecosistema. La falta de respeto a la Naturaleza, debido al desconocimiento inicial y los intereses mezquinos y plateros del momento, ha producido varios efectos graves para la propia existencia humana. La destrucción de la capa de ozono ha ido aumentando el número de personas con cáncer de piel de una forma aterradora; el abuso de fertilizantes químicos en el suelo ha generado lamentables problemas orgánicos; LA APLICACIÓN DE HORMONAS EN AVES Y ANIMALES DE MATANZA HA ESTADO PROVOCANDO ENFERMEDADES DESCONOCIDAS EN EL SER HUMANO; la disminución del volumen de agua amenaza regiones donde la vida comienza a perecer; la presencia de mercurio en los ríos genera intoxicaciones, destruyendo la flora y fauna, así como las poblaciones ribereñas; el aumento de las áreas desérticas y el derretimiento de los polos son amenazas que preocupan a algunos gobiernos y naciones del Planeta que temen por el futuro, momentáneamente ensombrecido por la angustia.
La vida es trabajada por un principio de ÉTICA DIVINA, que no puede ser manipulado al placer de la locura, SIN ESAS CONSECUENCIAS IMPREVISIBLES INVISIBLES PARA SUS INFRACTORES”.
165) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Días gloriosos, capítulo 10.
“En vista de las transformaciones naturales ocurridas en la estructura de la Tierra y la ingesta innecesaria de carnes crudas; de excesos grasos animales; de abusos en la actividad de la máquina física, como consecuencia de menos demandas emocionales y mentales sobre la misma, las necesidades se han trasladado más hacia el campo de las expresiones superiores, alterando así su mecanismo funcional”.
166) PEREIRA, Yvonne. Devastando lo invisible, capítulo “Sutilezas de la mediumnidad”.
“Durante el desprendimiento parcial, bajo la acción de nuestros mentores espirituales, hemos tenido la oportunidad de ‘visitar’ (no hemos encontrado términos adecuados para aclarar lo que está pasando en ese momento) animales como el buey, el caballo, el perro y el gato.
(…)
Ahora bien, aquellos animales, sentidos y comprendidos por nosotros en un estado de semidesapego espiritual, aparecieron ante nuestro entendimiento y razón casi como seres humanos, y sentimos una profunda ternura e incluso una profunda compasión por ellos. Uno de ellos, el buey, incluso vio nuestro fantasma, porque se sobresaltó cuando nos acercamos a él y le acariciamos la enorme cabeza. Nuestros maestros hindúes, que tienen predilección por los estudios de la naturaleza y la investigación sobre la evolución del alma, a veces nos llevan a visitar mataderos de ganado. Y el sufrimiento que contemplamos involucrando a los pobres animales, las dolorosas impresiones de sorpresa, terror y angustia que sufren, y que se infiltran en los entresijos de nuestra propia alma, no sería mayor ni más doloroso, quizás, si se tratara de simples seres humanos .
(…)
Parece que tales estudios, trascendentes y de poca aceptación en la Tierra, junto a la Cosmología y otros, apasionantes, profundos, como Astronomía, Arqueología, etc., forman parte de la iniciación superior a la que estamos llamados, y que tanto serán permitidos al Espíritu desencarnado como al encarnado, durante el sueño, dependiendo solo de su aplicación al estudio y de la voluntad de progresar. De ahí provienen, entonces, los hallazgos que, de vez en cuando, sorprenden a nuestro globo”.
167) PIRES, Herculano. Mediumnidad – Vida y comunicación, cap. 11.
“La tendencia zoofílica está muy extendida en el ámbito espírita. Los espíritas añaden al sentimiento innato de amor por los animales los recursos doctrinales de su racionalización. Ven en cada animal un alma en desarrollo, un espíritu primario en el camino hacia la humanización. Esta visión es verdadera y contribuye mucho a mejorar la forma en que vemos a los animales como simples proveedores de carne para nuestra mesa.
(…)
El sacrificio brutal y brutalizador de animales en nuestro mundo es realmente repugnante. Pero estamos en un mundo inferior en el que sus propias condiciones naturales conducen a esto. Un grave problema para la difusión efectiva del vegetarianismo en la Tierra: el de la proteína en cantidad suficiente y en condiciones de fácil asimilación por nuestro organismo.
(…)
Sólo ahora los hombres comienzan a darse cuenta, gracias al avance de las ciencias en este campo, que una organización social más equilibrada y racional puede modificar este cuadro dantesco que llevó a Kardec a considerar la Tierra como un Purgatorio e incluso como un planeta infernal. Pero será necesaria una profunda transformación de las estructuras sociales y económicas para que las técnicas de renovación cambien las brutales condiciones de nuestro sistema alimentario, con el aprovechamiento de vegetales que, como la soja, pueden reemplazar la alimentación carnívora”.
168) KARDEC, Allan. La génesis, cap. 3.
“Entre los seres inferiores de la Creación el sentido moral no existe. En ellos la inteligencia no ha reemplazado al instinto, la lucha tiene por móvil la satisfacción de una necesidad material que es, en primer lugar, la de alimentarse. Luchan únicamente para vivir, es decir, para obtener o defender una presa, ya que no los estimula un objetivo más elevado. En este primer período se elabora el alma y se la prepara para la verdadera vida.
Hay en el hombre un período de transición en el cual muy poco lo distingue del animal. En las primeras edades el instinto animal domina y la lucha tiene aún por finalidad la satisfacción de las necesidades materiales. Más tarde, el instinto animal y el sentimiento moral se equilibran. El hombre todavía lucha, mas ya no para alimentarse, sino para satisfacer su ambición, su orgullo y su necesidad de dominio, que lo impulsan todavía a destruir. Sin embargo, a medida que el sentido moral va aumentando, la sensibilidad crece y la necesidad de destrucción disminuye, llegando ésta a desaparecer y mostrarse detestable: en esa hora el hombre comienza a sufrir horror ante la visión de la sangre.”
169) KARDEC, Allan. Revista Espírita de abril de 1858, “Conversaciones familiares del Más Allá”, pregunta 23.
“Pregunta 23: ¿Cuál es la base de la alimentación de los habitantes? ¿Es animal y vegetal como aquí?
R: Puramente vegetal; el hombre es el protector de los animales”.
170) KARDEC, Allan. Revista Espírita de agosto de 1862 (Georges).
“Sus habitantes (de Venus) solo se alimentan de frutas y lácteos; desconocen la costumbre bárbara de comer cadáveres de animales, ferocidad que solo existe en los planetas inferiores.”
171) KARDEC, Allan. El Libro de los Espíritus, pregunta 724.
Pregunta 724: ¿Es meritoria la abstención de la alimentación animal o de otra clase por vía de expiación?
R: «Si se priva por los otros, sí; pero Dios no puede fijarse en la mortificación cuando no existe privación seria y útil, y de aquí que digamos que son hipócritas los que solo se privan en apariencia.»
172) KARDEC, Allan. El Libro de los Espíritus, pregunta 729.
Pregunta 729: Si la destrucción es necesaria para la regeneración de los seres, ¿por qué la naturaleza los rodea de medios de preservación y de conservación?
R: «Para que la destrucción no tenga lugar antes del tiempo necesario. Toda destrucción anticipada estorba el desarrollo del principio inteligente, y por esto Dios ha dado a cada ser la necesidad de vivir y reproducirse.»
173) KARDEC, Allan. El Libro de los Espíritus, pregunta 734.
Pregunta 734: En su actual estado, ¿tiene el hombre derecho ilimitado de destrucción sobre los animales?
R: «Este derecho está reglamentado por la necesidad de atender a su alimentación y seguridad. El abuso nunca ha sido un derecho.»
174) XAVIER, F. C.; BACCELLI, C. A.; Espíritus diversos, (Espíritu Hermano José). Creer y actuar, capítulo “Plenitud”.
“Nas mínimas atitudes
A elevação te aguarda.
A Lei jamais se esquece
Do que muitos desprezam.
Socorrer um animal ferido
É grande amor a Deus.
Aquele que cultiva uma flor
Reverencia a vida.
Nada é pequeno,
Quando se ama o bastante.
Para alcançar a plenitude
É preciso servir.”
175) XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. Antología mediúmnica de la Navidad, capítulo 44 “Los animales y la Navidad” (Espíritu Hermano X):
Mantuvimos una animada conversación, alrededor de la mesa de los abusos en las celebraciones navideñas, con la opinión del serio Jonathan ben Asser, quien afirmó la conveniencia de mantener al hombre al sacrificio de animales sólo cuando sea estrictamente necesario, cuando el viejo Ebenezer ben Aquim, asesor de grupos hebreos en el mundo espiritual, tomó la palabra y se expresó de manera concisa:
– Quizás no sepas cuánto les debemos a los animales en la manifestación del Evangelio …
Y, ante nuestra curiosidad, narró, emocionado:
– Hace muchos años, escuché del rabino Eliúde, que ahora está en las esferas superiores, detalles interesantes sobre el nacimiento de Jesús. Este ex mentor de israelitas desencarnados nos dijo que la ubicación de José de Galilea y su compañero en las afueras de Belén de Judá no era tan fácil.
La pareja, que estaba compuesta por la joven María, tocada por una belleza singular, y el patriarca que la había recibido como esposa, en madurez madura, ingresaron a la ciudad cuando las calles y posadas estaban llenas.
Los descendientes de la rama de David se reunieron con la multitud para asistir al censo determinado por el gobierno de Augusto.
Los conductores de camellos del desierto curtidos confraternizaron con los enólogos de Gaza, los comerciantes con sede en Jericó estaban de acuerdo con los comerciantes que residían en Egipto.
Acompañado de una digna legión de espíritus sabios y magnánimos, frente a los cuales se destacó el desinteresado Gabriel, que había anunciado a María la venida del Señor, José y la consorte llamaron primero a las puertas de la posada de Abías, hijo de Sadoc, quien pronto los rechazó. con lo negativo; sin embargo, poniendo sus ojos malévolos sobre la joven, ensayó una broma irreverente que hizo que José, aprensivo, detuviera su paso hacia adelante.
Recurrieron a los servicios de Jorão, un usurero que alquilaba habitaciones a forasteros. El rico consideró de inmediato la imposibilidad de darles la bienvenida, pero, examinando la belleza de la niña nazarena, llamó a un lado al arrugado carpintero y le preguntó si la niña era hija de esclavos que se pudieran obtener a un precio razonable … José, mais angustiado, exigió que el frente se topara con la pensión de Jacob, hijo de Josias, un ex posadero, que declaró inviable el alojamiento de los viajeros; sin embargo, al fijarse en el recién llegado, preguntó descaradamente cómo era que un hombre, tan viejo, tuvo el valor de mostrar a una joven de esa rareza en la plaza pública. Deprimido, el anciano trató de llegar a una posada cercana; sin embargo, la invectiva de Jacob atrajo a personas curiosas y extraviadas que rodeaban a la pareja, acribillándolo de heridas.
Los recién llegados de Nazaré, al verse a sí mismos como blanco de risas y burlas, tropezaron humillados …
Gabriel, sin embargo, recurrió a la oración, pidiendo el Divino Amparo, y varios emisarios del Cielo se manifestaron, en nombre de Dios, decidiendo que la única seguridad para el nacimiento de Jesús estaba en el establo, por lo que llevaron a José y María a la casa rústica de ovejas y bueyes …
Ebenezer luego comentó de buen humor:
– ¿No fueron los anfitriones del establo y quizás la Buena Nueva tuvo su aparición tardía …
Y terminó preguntando:
– ¿No es esa una de las razones por las que los animales de la Tierra se salvan del exterminio, al menos el día de Navidad?
176) XAVIER, F. C.; JAIR PRESENTE (Espíritu). Escenario iluminado. Mensaje “Alimentos y animales”.
“Mi estimado Neca da Silva
después de tus andanzas
en pocilgas y corrales,
ahora me preguntas
si vale la pena comer
la carne de los animales.
Tú haces notas a kilos,
cuando comentas sobre el tema,
dices que has visto a gente vendiendo
carne de perro y gato.
y demostrando un gran susto,
preguntas con disgusto
si este hábito es justo.
Incluso en las fiestas con parrillada,
eso ya lo sabes: mientras uno
está en el mundo, después de todo,
casi nadie le da valor
a la existencia del animal.
Comemos, sin respeto
serpientes, monos, cabritos
ovejas en abundancia,
que mueren llorando de angustia.
Matamos bueyes a granel
y pobres vacas enfermas
que caen desesperadas.
Devoramos pecaríes,
caimanes, ratas de campo,
osos hormigueros y armadillos.
Al amigo Juca Mendoza,
en su casa en la granja
le encanta la carne de jaguar.
De ranas y lechones regordetes,
la demanda siempre es grande
y están los que les encantan las migas
con traseros de hormigas cortadoras.
De esta práctica en general,
de agresión a tantas vidas
están apareciendo por todas partes
enfermedades desconocidas.
La solución al problema
para nosotros todavía no está claro;
esperemos una nueva vida
que aparezca en el futuro.
Por ahora es tener paciencia…
y proteger a los animales,
la calma es un remedio bienvenido.
el hombre mata
y las enfermedades siguen apareciendo…”
177) VIEIRA, W. ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Conducta espírita, capítulo 33 “Ante los animales”.
“En el socorro a los animales enfermos, usar los recursos terapéuticos necesarios, sin olvidar incluso aquellos de naturaleza mediúmnica que aplique en su propio bien”.
178) VIEIRA, W. ANDRÉ LUIZ (Espíritu), Conducta espírita, capítulo 32 “Ante la Naturaleza”.
“Con alma agradecida y serena bendecir a la Naturaleza que lo arrulla, protegiendo, en lo posible, a todos los seres y cosas del lugar en que viva.”
179) XAVIER, F. C. EMMANUEL (Espíritu). La semilla de mostaza.
“Haz tu mejor esfuerzo para no dejar pasar un solo día de tu vida sin prestar ningún servicio o asistencia a este o aquel ser vivo de cualquier tipo de la Naturaleza”.
180) XAVIER, F. C. AMÉLIA RODRIGUES (Espíritu). Primicias del Reino, capítulo 3 “El excelso canto”:
“Pero amar la hierba, el hombre, el cielo, el animal, el insecto, la vida en
todas sus manifestaciones, se integran en la esencia de la sustancia divina,
corazón abierto al amor, con pureza en todo.
“¡Verán a Dios!”
181) XAVIER, F. C.; EMMANUEL [Espíritu]. Fuente viva, capítulo “Si supiésemos”.
“Si el glotón, divisase los desequilibrios para los cuales se encamina el propio cuerpo, apresando la marcha para la muerte, rendiría culto invariable a la moderación y a la armonía”.
182) SOLER, A. D. PADRE GERMANO (Espíritu). Fragmentos de las memorias del Padre Germano, capítulo 23 “La última esquina”.
“El hombre que ama a sus semejantes, ama la naturaleza y, al amarla, adora a Dios”.
183) FRANCO, D. P. JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Luz en la oscuridad, capítulo 8 “Las bendiciones de la alegría”.
“Su flora y fauna, ricas en encantadores ejemplares, exigen un mejor conocimiento del ser humano para continuar en el afán por lo que fueron creadas por Dios”.
184) XAVIER, F. C. EMMANUEL (Espíritu). Emmanuel, capítulo XXIII “La salud humana”.
“El estado precario de la salud de los hombres, en los días que pasan, tiene sus ascendentes en la larga serie de abusos individuales y colectivos de las personas, desviadas de la ley sabia y justa de la Naturaleza.
La Civilización, en su sed de bienestar, parece haber homologado todos los vicios de la alimentación, de las costumbres, del sexo y del trabajo. Con todo, los hombres caminan para las más profundas síntesis espirituales.
La máquina, que estableció tanta miseria en el mundo, suprimiendo al operario e intensificando la facilidad de la producción, ha de traer, igualmente, una nueva concepción de la civilización que multiplicó la máxima perfección del gusto humano, complicando los problemas de salud; ha de enseñar a las personas la manera de vivir en armonía con la Naturaleza”.
185) VIEIRA, W. ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Conducta espírita, capítulo 32 “Ante la Naturaleza”.
“El respeto a la Creación constituye un gran deber”.
186) VIEIRA, W. ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Conducta espírita, capítulo 33 “Frente a los animales”.
“Apoyar, en todo lo posible, a los movimientos y las organizaciones de protección a los animales, ejemplificando con actos de generosidad cristiana y humana comprensión.”
187) XAVIER, F. C. EMMANUEL (Espíritu). Hace dos mil años, capítulo VI “El rapto”.
“[…] los animales poseen los más elevados instintos, tratándose de la maternidad…”
188) FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Plenitud, capítulo VI “Altruísmo”.
“La ética de la generosidad centra su atención en la ley natural o del amor, que respeta la vida en todas sus etapas y apoya a todos los seres sintientes, permitiéndoles expandirse.”
189) XAVIER, F, C. EMMANUEL (Espíritu). Hace dos mil años, capítulo VI “Alboradas del Reino del Señor”
“…Exhaustos de recibir los fluidos venenosos de la ignominia y de la iniquidad de sus habitantes, el planeta mismo protestará contra la impenitencia de los hombres, rasgando las entrañas en dolorosos cataclismos… Las impiedades terrestres formarán pesadas nubes de dolor que reventarán, en el instante oportuno, en tempestades de lágrimas en la faz obscura de la Tierra y, entonces, de las claridades de mi misericordia, contemplaré mi rebaño desdichado y diré como a mis emisarios: “¡Oh Jerusalén, Jerusalén!…”
“¡Pero Nuestro Padre, que es la sagrada expresión de todo el amor y sabiduría, no quiere que se pierda una sola de sus criaturas, extraviadas en las tenebrosas sendas de la impiedad!…
“Trabajaremos con amor, en el taller de los siglos venideros, reorganizaremos todos los elementos destruidos, examinaremos detenidamente todas las ruinas buscando el material posible de nuevo aprovechamiento y, cuando las instituciones terrestres reajusten su vida en la fraternidad y en el bien, en la paz y en la justicia, después de la selección natural de los Espíritus y dentro de las convulsiones renovadoras de la vida planetaria, organizaremos, para el mundo, un nuevo ciclo evolutivo, consolidando, con las divinas verdades del Consolador los progresos definitivos del hombre espiritual”.
190) XAVIER, F. C. EMMANUEL (Espíritu). Renuncia, cap. 5.
“Otro día, Dolores trabajaba en la casa de campo, acompañada por Alcíone, que cavaba la tierra con un minúsculo instrumento. En cierto momento, surge el “Lobo” – gran perro de D. Diego – que intentaba perturbar, todos los días los trabajos de la muchacha.
Dolores toma rápidamente una larga vara y, valiéndose de la oportunidad, golpea al animal que inútilmente busca una salida.
– ¡No golpees así a “Lobo”! – exclama Alcíone perturbada y afligida.
Y como comenzó a gritar, la sierva habló bajito:
– ¡Cálmate, hija mía! Vamos a aprovechar mientras estamos sin vigilantes en el otro lado.
La niña, entretanto, esbozó un gesto significativo y recordó:
– Pero nosotras no estamos aquí solitas. Jesús está con nosotras.
Notando la advertencia, la criada permitió que el animal se escapase del círculo en el que se hallaba rodeado, y esclareció, como quien se veía obligada a dar una explicación de su acto:
– Éste perro, Alcíone, es vagabundo y ladrón. La pequeña no respondió de pronto, pero se dirigió al interior de la casa a pasos lentos, tomó el crucifijo de Doña Margarita, que siempre estaba en la cabecera de la cama y se encaminó nuevamente al quintal. Se aproximó a Dolores que la observaba, muy admirada, señaló, con mucho cariño, la escultura y esclareció en su lenguaje infantil:
– ¿Estás viendo, Dolores? Mamá me contó que, cuando Jesús murió, estaba entre dos hombres que robaban.
– Pues bien – dijo la empleada sonriendo frente a la profunda advertencia – después hablaremos con Doña Magdalena sobre el caso de ese perro.
Y Alcíone volvió a guardar el crucifijo, con la impresión de que había cumplido una gran tarea”.
191) KARDEC, A. LÁZARO (Espíritu). ESE, capitulo XI. La ley de amor:
“Es entonces cuando, comprendiendo la ley del amor que une a todos los seres, en ella encontrarás los dulces gozos del alma, que son el preludio de los gozos celestiales”.
192) FRANCO, D. P; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Espejos del Alma: una jornada terapéutica.
“Junto a las terapias que minimizan y ralentizan el proceso de la enfermedad (Alzheimer), se encuentra una dieta cuidada, vegetal y rica, aunado a oraciones, reflexiones y buenas acciones, cuando aún hay discernimiento.”
193) Mensajes más allá de la tumba: serie de reportajes históricos sobre Chico Xavier en 1935, capítulo XIV. Respuesta de Emmanuel sobre la diabetes.
“En gran parte, la diabetes debe su causa a adicciones dietéticas y puede ser curable cuando los pacientes están dispuestos a prescindir de todos los elementos de la carne, entregándose, aunque con sacrificio, al régimen vegetal, exclusivamente a la alimentación natural. porque la insulina, aunque aconsejable como proveedora de buenos resultados, no es suficiente para que la mejora se efectúe en gran medida en el tratamiento del paciente. Exija esta paciencia y perseverancia. Poco a poco, los hombres, a través del sufrimiento, irán adquiriendo la experiencia que les conducirá a la regeneración de la salud deteriorada desde tiempos inmemoriales por sus vicios y desviaciones.”
194) FRANCO, D. P; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Después de la tempestad.
“El programa, sin embargo, para sanar tan peligroso estado de cosas, ya ha sido presentado por Jesús, el Sublime Ecologista, quien hizo uso de la Naturaleza, preservándola, bendiciéndola y presentando los métodos y técnicas de la felicidad, de dichosa supervivencia en los incomparables discursos y logros que inundaron la historia, sentando las bases del reino del amor y la armonía sin fin, sin dolores, sin aprensión…”
195) FRANCO, D. P; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Vidas vacías.
“Es por estas razones que la Navidad es el momento en el que se teje la túnica nupcial de la humanidad para la gran unión con Él.
Utiliza las vibraciones de la Navidad para rehacer los caminos en los que has estado, para cambiar tu comportamiento a lo mejor de tu voz amorosa y para probar la inefable alegría del bien en tu propio corazón.
La Navidad es la representación del gran momento en el que la Humanidad recibió en su seno a Aquel que es vida, luz del mundo y excelente Hijo de Dios, uniendo a todos los seres humanos, animales y plantas como hermanos bajo la suerte del bien”.
196) XAVIER, F. C. ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Nuestro hogar (La vida en el mundo espiritual).
“Recordé que la señora Laura, en cierta oportunidad, afirmó que todo ser, en su testimonio, debe proceder como la abeja acercándose a las flores de la vida, que son las almas nobles, en el campo de los recuerdos, extrayendo de cada una la substancia de los buenos ejemplos, para adquirir la miel de la sabiduría”.
197) FRANCO, D. P; JOANNA DE ÂNGELIS (Espíritu). Autodescubrimiento: una búsqueda interior.
“La acción del bien a favor de uno mismo, del grupo social y de la comunidad, a la vista de todos los seres sintientes, constituye un principio ético inmejorable, porque es fruto del amor y del respeto a la ley natural vigente en todas partes”.
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