Card #03: “Navidad… ¡Jesús muestra su rostro! … El mundo canta de alegría… ¡Navidad!… Si el pavo hablara, no se sabe lo que diría”.

Solo en Brasil se matan más de ocho millones de pavos para la celebración de la Navidad. El ave, que viviría naturalmente durante al menos diez años, muere poco más de dos meses, siendo todavía pequeño..

Los buenos espíritus ya le habían dicho a Allan Kardec que “Toda destrucción prematura osta el desarrollo del principio inteligente. De ahí que Dios haya otorgado a cada ser la necesidad de vivir y de reproducirse”. [1]

Además de tener sus vidas truncadas tan pronto, estos dos meses de vida son de intenso sufrimiento para estos seres sintientes. Primero para alcanzar el peso ideal deseado por la industria, luego en ayunas para el vaciado gástrico, para luego ser transportado al matadero en jaulas herméticas dentro de camiones. En el matadero, nos ahorraremos narrar cómo se realiza la matanza.

Como dijo el benefactor: “Si el pavo hablara, no se sabe lo que diría”. [2]

Sorprendentemente, ellos hablan a su manera, solo una parte de los humanos que aún no han aprendido a escucharlos, especialmente durante el período navideño, agravado por anuncios intencionados que apuntan a que los seres humanos consuman de manera irreflexiva, desconociendo los atributos divinos de los animales, nuestros hermanos menores.

Dichos anuncios buscan que el consumidor no asocie ese plato comercializado con el animal vivo que fue sacrificado, para que la buena sensación de no causar sufrimiento a los animales no contradiga su cuerpecito en ese plato, para que se consuma sin culpa ni remordimiento, disociado de la realidad.

En contraste, los benefactores espirituales han hablado exhaustivamente por los animales en la literatura espiritista, suplicando a la humanidad que asuma su obligación sagrada. Advirtió Emmanuel: “Recibí como una obligación sagrada el deber de apoyar a los animales en la escala progresiva de sus variadas posiciones en el planeta. Extiéndeles tu concepción de la solidaridad, y tu corazón comprenderá, más profundamente, los grandes secretos de la evolución, comprendiendo los maravillosos y dulces misterios de la vida”. [3].

Además, tuvimos la alegría de recibir del espíritu educador Neio Lúcio la historia del “Pavo predicador”, cuando el propio pavo, que tenía un vasto conocimiento evangélico, transmitió las enseñanzas de Jesús a otras aves. Sin embargo, cuando llegó la Navidad del Divino Maestro, llegaron unos hombres a los lagos, gallineros, corrales y, tras referirse excesivamente al amor que le dedicaban a Jesús, agarraron pollos, patitos y pavos, matándolos. [4]

Ante el asombro generalizado, las aves le preguntaron al pavo, como si le estuvieran preguntando a toda la humanidad:

“¿Cómo adorar a un Señor que aceptaba tantas manifestaciones de sangre en la fiesta de su natalicio? ¿Cómo explicar tanta maldad por parte de los hombres que se declaraban cristianos y operaban tanta matanza? ¿No cantaban ellos, himnos de homenaje al Cristo? ¿No se decían discípulos de Él? ¿Necesitaban, entonces, de tantas muertes y lágrimas, para reverenciar al Señor?”

El pavo predicador respondió que “la orden de matar, no venía de Jesús, que prefirió la muerte en el madero a tener que ajusticiar; que debían todos ellos continuar, por eso mismo, amando al Señor y sirviéndolo, añadiendo que les correspondía perdonar setenta veces siete”.

También advirtió que los hombres asesinos fueron anunciados en el versículo quince del capítulo siete por el apóstol Mateo, quien aclara:

— “Tened cautela, sin embargo, de los falsos profetas, que vienen hasta vosotros vestidos como ovejas, pero interiormente son lobos devoradores”. 

Por eso, hermanas y hermanos, les sugerimos que prueben una cena con productos vegetales, a favor de la Paz para todos, incluidos los animales, para que la alegría de la Navidad pueda finalmente vibrar en todos los corazones de todos los seres, dejando el pasado a la tristeza de los animalitos.

Que podamos celebrar la Navidad con vida en abundancia y no financiar la muerte prematura de los animales, cumpliendo lo que dijo el cumpleañero Jesús: “Yo he venido para que tengan VIDA, y la tengan en ABUNDANCIA”. [5]

Referencias:

[1] KARDEC, A. El libro de los Espíritus. Trad.: José María Fernández Colavida. Libro tercero “De las leyes morales”, capítulo VI “Ley de destrucción”, punto I “Destrucción necesaria y destrucción abusiva”, pregunta 729 Ed. digital, FEE, set. 2018. Acceso el 26-06-2020 https://tinyurl.com/y6x5uljn 

[2] XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. Os dois maiores amores. [Los dos amores más grandes]. Poesía del Espíritu Cornélio Pires.

[3] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Emmanuel. 28 ed. 5 imp. Brasília: FEB, 2016. 208 p. Capítulo 17 “Sobre los animales”, pp. 109-113.

[4] XAVIER, F. C.; Espíritus diversos. Antología Mediúnica de Navidad. 6 ed. Rio de Janeiro: FEB, 2009. 208 p. Capítulo 71 “El pavo predicador” (Neio Lúcio), pp. 179-180.

[5] El nuevo testamento. versión digital Evangelio de Juan, capítulo 10, versículos 10, S. Juan 10 | RVR1960 Biblia | YouVersion (bible.com) 

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