Card #08: “Para el hombre, el ángel es el genio que representa la Divina Providencia y, para el animal, el hombre es la fuerza que representa la Divina Bondad”.
Para los animales ¿será verdad que hemos representado la Divina Bondad?
El benefactor Emmanuel, después de decir que el animal camina hacia la condición del hombre, tanto como el hombre evoluciona en la búsqueda del ángel; y recordar los vínculos sagrados que nos conectan entre sí en el camino evolutivo hacia la perfección, advierte:
“De esta manera, si pides protección y apoyo a quienes te precedieron en la vanguardia del progreso y esperas la ayuda de benefactores que, desde lo más alto, observan tus esperanzas, también ten compasión por las humildes criaturas que laboriosamente se mueven en la retaguardia peregrinando hacia tu encuentro.”
Después de todo, ¿cómo pedirles ayuda a los superiores siendo crueles con los inferiores?
Desafortunadamente, es un hecho histórico que la indiferencia moral ha sido la forma en que la humanidad se ha relacionado con los animales, lo que ha resultado en actos de crueldad indescriptibles. El historiador Keith Thomas, por ejemplo, después de una investigación exhaustiva, enfatizó que “la crueldad más común al comienzo del período moderno era la indiferencia. Para la mayoría de las personas, los animales estaban fuera de los términos de referencia moral”. [2]
Asimismo, vale la pena recordar una afirmación del espíritu Lázaro en El Evangelio según el espiritismo: “La virtud de su generación es la actividad intelectual; su adicción es la indiferencia moral”. [3]
Otros autores han clasificado los resultados de esta indiferencia moral en “cinco campos de concentración”, a saber: estimación; entretenimiento; instrumentos de investigación; utensilio y comida. En cada uno de ellos describieron los sufrimientos de los animales a partir del abuso de la humanidad de su condición de hermanos mayores en edad evolutiva. [4]
Necesitamos volver a significar nuestra relación con nuestros hermanos menores, superar esa indiferencia moral y comenzar a tratarlos con justicia, amor y caridad. Es lo que la ciencia ha estado defendiendo en todo el mundo de manera interdisciplinaria, ya sea en la Filosofía para la ética animal, en el Derecho para la ley animal e, igualmente, en la Doctrina Espírita desde su nacimiento.
Volviendo al texto de Emmanuel, el benefactor nos demanda:
“Colabora en la extinción de la crueldad con la que aún basamos nuestras relaciones con nuestros hermanos menores. […] Ayuda a aquellos que siguen tus pasos y mantén la certeza de que recibirás en pago la paz y la luz de aquellos que te precedieron para acceder a la cúspide de la gran vida”.
Por lo tanto, respondiendo la pregunta inicial de este texto, colectivamente todavía no hemos representado la Divina Bondad para los animales, con la excepción de las excepciones, de las criaturas que ya han entendido que la vida de los animales es tan importante como lo es para sí misma.
Esta reflexión la confirma el instructor Alejandro, quien en la obra Misioneros de la Luz advirtió respetuosamente al espíritu André Luiz:
–Querido André, –dijo Alejandro con benevolencia–, debemos afirmar la verdad aunque resulte en contra de nosotros mismos. En todos los sectores de la Creación, Dios, nuestro Padre, colocó a los superiores y a los inferiores para el trabajo de evolución a través de la colaboración y del amor, de la administración y de la obediencia. ¿Acaso nos atreveríamos a declarar que hemos sido buenos para con los seres que nos son inferiores? ¿No les hemos arrebatado la vida, personificándonos como diabólicas figuras en sus caminos?
Los seres inferiores y necesitados del planeta no nos consideran superiores generosos e inteligentes, sino verdugos crueles. Confían en la furiosa tormenta que perturba las fuerzas de la naturaleza, pero huyen desesperadamente del enfoque del hombre de cualquier condición, con la excepción de los animales domésticos que, confiando en nuestras palabras y actitudes, aceptan la cuchilla en el matadero, casi siempre con lágrimas de aflicción, incapaz de discernir con razonamiento embrionario dónde comienza nuestra maldad y dónde termina nuestra comprensión. Si no protegemos o educamos a aquellos que el Padre nos ha confiado, como gérmenes frágiles de racionalidad en los pesados vasos del instinto; si estamos abusando en gran medida de su incapacidad para defender y preservar, ¿cómo podemos exigir el apoyo de superiores benévolos y sabios, cuyas instrucciones más simples son difíciles de llevar, debido a nuestra lamentable condición de infractores de la ley de ayuda mutua?”. [5]
Aprovechemos las advertencias de los sabios instructores espirituales y sigamos juntos desarrollando y vivenciando la ética animal espiritista para los animales, las personas y toda la Naturaleza.
Referencias:
[1] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Alvorada do Reino. [Alborada del reino.]1 ed. São Paulo: IDEAL, 1988. 102 p. Capítulo 15 “En el camino de la ascensión”, pp. 78-82.
[2] THOMAS, Keith. O homem e o mundo natural – mudanças de atitude em relação às plantas e aos animais [El hombre y el mundo natural: cambios de actitud hacia las plantas y los animales.] (1500-1800). São Paulo: Companhia das Letras, 1988.
[3] KARDEC, A. El Evangelio Según el Espiritismo. Capítulo IX – Bienaventurados los mansos y los pacíficos. »Instrucciones de los Espíritus » Obediencia y resignación. Ed. digital, FEE, set. 2018. Acceso el 14-03-2020 https://rb.gy/dwwmuq
[4] SUSIN, L. C.; ZAMPIERI, G. A vida dos outros: ética e teologia da libertação animal. [La vida de los demás: ética y teología de la liberación animal.] São Paulo: Paulinas, 2015.
[5] XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Misioneros de la Luz. 1ª ed., 2007. Derechos de autor cedidos gratuitamente por la Federación Espírita Brasileña. 352 p. Capítulo 4 “Vampirismo”, pp. 38-48, por el benefactor Alejandro. Acceso el 14-03-2020 https://rb.gy/axviv9
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