Card #22: “También los seres humanos deben sacrificarse con amor y compasión en beneficio de todas las otras vidas”. Juana de Angelis

¿Qué seres se sacrifican más por el equilibrio de la vida en la Tierra?

¿Estamos, como humanidad, cooperando o destruyendo la naturaleza?

Dijo Emmanuel: “En la Tierra, sin que haya ningún sacrificio de vuestra parte, tenéis gratuitamente cielo azul, fuentes pletóricas, abundancia de oxígeno, árboles amigos, frutos y flores, color y luz, en santas posibilidades de trabajo a las que EL HOMBRE HA SIDO INDIFERENTE en todos los tiempos”. [1]

Lamentablemente, de todos los seres que habitan la Tierra, la humanidad (que se jacta de la razón) es la que menos ha cumplido con su papel. Mientras que la fauna, la flora y todo el ecosistema trabajan incesantemente para el colectivo, en régimen de sacrificio.

El cambio climático, la escasez de agua dulce, la producción de desechos monumentales, la desertificación del suelo, la destrucción sistemática y rápida de la biodiversidad, la acidez de los océanos, etc. han sido las huellas humanas en el planeta, lo que llevó a los científicos a declarar que ¡estamos promoviendo un ecocidio! [2]

La benefactora Juana de Angelis advirtió que “los devastadores de la flora y los destructores de la fauna han perdido el rumbo de la vida y se han enredado en el patrón de la ambición excesiva, autodestructiva, siempre que invierten contra las manifestaciones sencientes existentes”. [3]

De hecho, la benefactora ha advertido repetidamente que el sacrificio en favor de otras vidas no humanas es inherente al proceso de iluminación interior. Veamos: “No es posible amar y sentir compasión sólo por los seres pensantes, sin correspondencia con los demás que constituyen el orden universal, particularmente en el planeta madre, que es la Tierra”. [4]

Yendo más allá, Juana de Angelis anunció que el amor por los animales, los vegetales y los minerales es una necesidad necesaria para asumir verdaderamente la condición de humanos, a través del siguiente mensaje: “la búsqueda de la Naturaleza y sus diversas expresiones, como etapas de la evolución de la vida, deben ser consideradas ESENCIALES para lograr el sentimiento de humanidad”. [4]

Por tanto, Juana concluye que “el sacrificio más agradable a Dios es la transformación moral del individuo” [4]. Y esta transformación moral, en particular, implica la inclusión de los animales y los ecosistemas en las consideraciones morales humanas, en un esfuerzo gradual por sublimar los hábitos.

¡Que podamos cumplir nuestro sagrado oficio, colaborando con la Paz para todos los seres!

Finalmente, veamos el relato de los seres sacrificados para sustentar la vida de un solo ser humano, en este caso un joven ocioso de tan solo 21 años, narrado por el espíritu Neio Lúcio:

“– Mi amigo, vengo a traerte la cuenta de los seres sacrificados, hasta ahora, en tu provecho. 

– Hasta hoy, para sustentarte la existencia, murieron aproximadamente 2.000 aves, 10 bovinos, 50 puercos, 20 carneros y 3.000 peces diversos. 

No menos de 60.000 vidas del reino vegetal fueron consumidas por la tuya, haciendo una relación del arroz, del maíz, del fréjol, del trigo, y de variadas raíces y legumbres. 

En media calculada, bebiste 3.000 litros de leche, gastaste 7.000 huevos y comiste 10.000 frutas. 

Has explotado abundantemente las familias de los seres del aire y de las aguas, de los gallineros y establos, pocilgas y rediles. El precio de tus días en las huertas y frutales vale por una devastación. 

Más allá de esto, no relacionamos aquí los sacrificios maternos, los recursos y donaciones de tu padre, los obsequios de los amigos y las atenciones de varios benefactores que te rodean.

A cambio, ¿qué hiciste de útil?

No restituiste aún a la naturaleza la mínima parte de tu inmenso débito. ¿Crees por ventura, que el centro del mundo reposa en tus necesidades individuales y que vivirás sin cuenta de los dominios de la creación? ¡Produce algo de bueno, marcando así tu paso por la tierra. Acuérdate de que hasta la propia hierba se encuentra al servicio divino. No permitas que la ociosidad te paralice el corazón y te desfigure el espíritu!…” [5].

¡Ven a MOVErte con nosotros, por los animales, por las personas y toda la Natureza!

Referencias:

[1] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador. Trad. Henry Chara. Edición digital. 122 p. Capítulo 1 “Ciencia”, item 1.3. “Ciencias especializadas”, pregunta 72. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/2Y2U5j1

[2] TRIGUEIRO, A. Espiritismo e Ecologia. [Espiritismo y Ecología.] 3ª ed. 2 imp. Brasília: FEB, 2013. Capítulo “Sinais de Alerta”. [Señales de Alerta] pp. 15-16.

[3] FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Garimpo de amor. [Filón de amor]. 6 ed. Salvador: LEAL, 2015. 200 p. Capítulo 18 “Amor y plenificación”, pp. 106.

[4] FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Encontro com a Paz e a Saúde. [Encuentro con la Paz y la Salud]. 5 ed. Salvador: LEAL, 2016. 232 p. Capítulo 10 “Em busca da iluminação interior”, item “Processo de autoiluminação”, [En busca de la iluminación interior”, ítem “Proceso de autoiluminación”.], pp. 198-201.

[5] XAVIER, F. C.; NEIO LUCIO (Espíritu). Alborada Cristiana. Versión digital. Federación Espírita Española. Trad. Alipio González. 102 p. Capítulo “La cuenta de la vida”. Acceso el 26-06-2020 https://bit.ly/31kle31 

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