Card #30: “El sufrimiento que contemplamos allí (mataderos) involucrando a los pobres animales, las impresiones dolorosas de sorpresa, de terror y de angustia que ellos sufren, y que se infiltran en las complejidades de nuestra propia alma, no serían mayores o más dolorosas, tal vez, si se tratara de simples seres humanos”.

¿Hasta cuándo seremos indiferentes al sufrimiento de los animales?

¿Cómo actuar, en pleno siglo XXI, como si los animales no sintieran?

¿Nos gustaría que fuera hecho con nosotros lo que hacemos con ellos?

Y como movimiento espírita, ¿qué hemos hecho de las antiguas informaciones de los espíritus sobre el alma de los animales y sus capacidades?

Narra la ilustre médium Yvonne do Amaral Pereira:

“Durante el desprendimiento parcial, bajo la acción de nuestros mentores espirituales, hemos tenido la oportunidad de ‘visitar’ (no hemos encontrado términos apropiados para aclarar lo que está sucediendo) animales como el buey, el caballo, el perro y el gato”.

(…)

Bueno, aquellos animales sentidos y comprendidos por nosotros  en estado de semidesapego espiritual, aparecieron a nuestro entendimiento y a nuestra razón, casi como seres humanos, y sentimos por ellos una viva ternura e incluso una profunda compasión. Uno de ellos, el buey, incluso vio a nuestro fantasma, porque se asustó cuando nos acercamos a él y acariciamos su enorme cabeza. Nuestros maestros hindúes, que tienen predilección por los estudios de la naturaleza y la investigación sobre la evolución del alma, a veces nos llevan a visitar mataderos de ganado. Y el sufrimiento que contemplamos allí, involucrando a los pobres animales, las impresiones dolorosas de sorpresa, de terror y de angustia que ellos sufren, y que se infiltran en las complejidades de nuestra propia alma, no serían mayores o más dolorosas, tal vez, si se tratara de simples seres humanos”. [1]

Si incluso con el velo de la materia es fácil percibir la subjetividad y la sensibilidad de estos animales, sin este velo uno se da cuenta de que son mucho más que cuerpos, mercancías, propiedades, sino espíritus inmortales, pensantes, sensibles.

La querida Yvonne destaca, para nuestro pesar, las sensaciones de sufrimiento, terror y angustia que sienten los animales en los mataderos, que de ninguna manera difieren si fueran seres humanos en sus lugares. En el siglo XIX, los espíritus ya habían confirmado a Allan Kardec que “los animales no son simples máquinas”. [2]

Frente a este contexto, y de las diversas investigaciones científicas que confirman las afirmaciones de la literatura espírita sobre la sensibilidad y la conciencia de los animales, es urgente repensar los hábitos.

La pandemia de covid 19 que ahora experimentamos como resultado de la cría y el consumo de animales, ¿no será suficiente para modificar esta relación enfermiza con estos seres?

Según un informe de la FAO publicado en 2013 [3], alrededor del 70 % de las nuevas enfermedades infecciosas que afectan a los humanos, se originan en los animales. En otras palabras, al industrializar y tratar a los animales como mercancías, colocándolos por miles en espacios muy pequeños, inyectando hormonas y antibióticos para acelerar su crecimiento y así obtener mayores ganancias, hemos creado, como consecuencia, condiciones que conducen a la aparición de nuevas enfermedades, como la enfermedad de la vaca loca, la gripe porcina, la gripe aviar y síndromes respiratorios agudos como el actual covid-19.

Si Jesús es nuestra Guía y Modelo, debemos esforzarnos por vivir Sus sublimes enseñanzas: “Así que, todas las cosas que queráis que los hombres hagan con vosotros, así también haced vosotros con ellos”. (Mateo 7-12).

Por lo tanto, sigamos la orientación del Maestro y pongámonos en el lugar de los animales, ejercitando la empatía. Imaginemos que estamos sujetos a los diversos entornos y modos que ellos son tratados, sea para la alimentación, el entretenimiento, la investigación científica, etc. Seguro que nos daremos cuenta de que no nos gustaría sufrir lo que les hemos hecho sufrir.

Dios y los buenos espíritus nos ayudarán a hacer los cambios necesarios. ¡Inténtalo! ¡Será bueno para ti mismo, para las otras personas, los animales, el medio ambiente y para todo el planeta!

Referencias:

[1] PEREIRA, Y. A. Devassando o invisível. [Invadiendo lo invisible] 15 ed. 5 imp. Brasília: FEB, 2017. 213 p. Capítulo “Sutilezas da mediunidade”, [Sutilezas de la mediumnidad] pp. 172-173.

[2] KARDEC, A. El libro de los Espíritus. Trad.: José María Fernández Colavida. Ed. digital, FEE, set. 2018. 497 pp. Libro segundo “Mundo espírita o de los Espíritus”, capítulo XI “Los tres reinos”, ítem II “Los animales y el hombre”, pregunta 595, pp. 269-270. Acceso el 26-06-2020 https://url2.cl/9g7wk

[3] http://www.fao.org/news/story/es/item/210764/icode/ 

Compártelo con quien amas