Card #12: “El cementerio en la barriga es un tormento después de la gran transición”
¿Cómo hemos cuidado a nuestro cuerpo físico?
El espíritu André Luiz enseñó que “el cuerpo es el primer préstamo recibido por el Espíritu al reencarnar”. [1].
El propio benefactor, al comentar la primera epístola de Pablo a los Corintios, que dice “Glorifica, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales les pertenecen a Dios”, después de haber hecho un listado de los cuidados que debemos tener con el cuerpo físico, declaró:
“GRAN número de personas deja PREMATURAMENTE el plano terrestre por los errores de su alimentación.’’ [1]
Es importante resaltar la experiencia y la legitimidad de André Luiz para hacer tales declaraciones, ya que él mismo desencarnó como suicida (indirecto), debido a la irresponsabilidad con su cuerpo físico.
Es posible leer en la obra Nuestro Hogar, que André Luiz recibió con asombro y enojo la noticia del médico espiritual cuando le dijo: “– Es lamentable que hayas venido a través del suicidio” [2]. En ese momento, el benefactor no sabía que los “errores estomacales” también causan la desencarnación prematura y dificulta la readaptación al plano espiritual.
Y después de que el médico espiritual narrara los efectos del cáncer que condujeron a su muerte, enfatizó: “Todo el aparato gástrico fue destruido a causa de excesos en la alimentación y bebidas alcohólicas, aparentemente sin importancia. […] Como ves, el suicidio es incontestable”. [2]
Por tanto, el testimonio de André Luiz con las detalladas narraciones de los años que pasó sufriendo en el mundo espiritual, también fueron el resultado de la desregulación en la alimentación y son confirmadas en la afirmación de Humberto de Campos: “El cementerio en la barriga es un tormento después de la gran transición.” [3]
El “cementerio en la barriga” se refiere al cuerpo de los animales, miles de millones cruelmente sacrificados anualmente para el consumo humano, con todo el impacto ambiental resultante, además del daño a la salud humana y, como hemos visto, para el regreso al plano espiritual.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y otras ya afirmaron que el consumo de carnes procesadas ―como salchichas, longanizas, tocino y jamón―, es un factor de riesgo cierto para el cáncer de intestino, y el consumo de carnes rojas es un factor de riesgo probable.
Las carnes procesadas se clasificaron en el grupo 1 de carcinógenos. En la misma clasificación se encuentran el tabaco, el asbesto y el humo de óleo diesel. Aquí, debemos preguntarnos: si el movimiento espírita no alienta el consumo y no vende tabaco, ¿cómo podemos, por ejemplo, ofrecer en espacios espiritistas alimentos al mismo nivel de riesgos para la salud? ¿No sería incompatible ofrecer tratamientos espirituales para la salud y al mismo tiempo comercializar alimentos que causan enfermedades?
Son muchas las lecciones de la Espiritualidad enfatizando que la matanza de animales y su consumo facilita, por ejemplo, la obsesión, el vampirismo, el descarne prematuro (debido a las energías enfermas que son absorbidas por el cuerpo espiritual y físico). Por eso, entendemos que los Centros Espíritas necesitan mancomunar la dieta vegetariana y las actividades ofrecidas en sus espacios.
De hecho, la ciencia, a través de estudios de población que comparan grupos vegetarianos y no vegetarianos con un estilo de vida similar, ha demostrado que los vegetarianos tienen una menor incidencia de todas las enfermedades crónicas no transmisibles, como las dislipidemias (alteración de los lípidos en la sangre), hipertensión, enfermedad cardíaca isquémica (infarto agudo de miocardio), diabetes, varios tipos de cáncer y obesidad. [4]
Aquí vale la pena recordar a Emmanuel, cuando enfatizó que “la ingestión de las vísceras de los animales es un error de enormes consecuencias, del cual derivan numerosos vicios de la nutrición humana. Es lastimable semejante situación…” [5]. No consumir animales y derivados es aportar al fin del sufrimiento de los animales y a la destrucción del medio ambiente y de la propia salud.
Por último recurramos una vez más a André Luiz, ahora bajo la instrucción del benefactor Alejandro:
“- ¡Oh! ¡Qué grande es la responsabilidad del hombre ante el cuerpo material!
– Dices bien ―agregó el orientador― al referirse con semejante admiración a ese soberano deber de la criatura reencarnada.
Sin atender las pesadas responsabilidades que le competen en la preservación del cuerpo físico, ningún hombre podrá realizar el progreso espiritual. El Espíritu renace en la carne para la producción de valores divinos en su naturaleza, pero, ¿cómo atender a semejante imperativo, destruyendo la máquina orgánica, base fundamental del servicio a realizar?”. [6]
Por el bien de todos, los humanos, los animales y toda la naturaleza, nos esforzamos por abolir gradualmente el consumo de animales y derivados de nuestros hogares y espacios espiritistas.
Referencias:
[1] VIEIRA, W. ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Conducta Espírita. Versión digital. Federación Espírita Española. 70 p. Cap.34 “Frente al cuerpo”, p. 51. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/37vPEQZ
[2] XAVIER, F.C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Nuestro Hogar. Versión digital. Trad. Alípio González Hernández. Derechos de autor cedidos gratuitamente por la Federación Espírita Brasileña. 258 p. Capítulo 4 “El médico espiritual”, p. 29. Acceso el 17-06-2020 https://bit.ly/2UTKQPY
[3] XAVIER, F. C.; IRMÃO X (Espíritu). Cartas e Crônicas. [Cartas y crónicas] 14 ed. 3a. imp. Brasília: FEB, 2015. 167 p. Capítulo 4 “Entrenamiento para la muerte”, pp. 18.
[4] https://www.svb.org.br/vegetarianismo1/saude
[5] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador. Versión digital. Trad. Enry Chara. 122 p. Capítulo 2 “Filosofía”, ítem 2.1. “Vida”, subítem 2.1.1. “Aprendizaje”, pregunta 129, p. 43. Acceso el 19-06-2020. https://bit.ly/2Y2U5j1
[6] XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Misioneros de la Luz. 1ª ed., 2007. Derechos de autor cedidos gratuitamente por la Federación Espírita Brasileña. 352 p. Capítulo 13 “Reencarnación”, p. 181-236, por el benefactor Alejandro. Acceso el 14-03-2020 https://rb.gy/axviv9
Compártelo con quien amas