Card #19: “Con un alma agradecida y serena, bendice la naturaleza que te nutre, protegiendo, en la medida de lo posible, a todos los seres y todo lo que hay en la región donde respiras”.
¿Hemos agradecido y cooperado con la naturaleza?
Al comentar sobre la orientación de Paulo de Tarso a los Corintios, “Porque somos colaboradores de Dios”, el benefactor André Luiz recuerda el deber sagrado de colaborar con la naturaleza que le da sustentación a toda la vida en la Tierra. [1]
La ley de cooperación es una máxima universal.
La naturaleza, su esplendoroso escenario.
Es suficiente observar atentamente las funciones ecológicas de la lluvia, de los insectos, de la vida marina, del sol, de las plantas, de los microorganismos y otros seres que trabajan incesantemente para el equilibrio del Todo de manera interdependiente.
Desde el micro hasta el macrocosmos, el alumno consciente puede contemplar la lección divina de la dedicación silenciosa al otro, una verdadera materialización del amor a Dios y al prójimo, que nos debería hacer doblar las rodillas todos los días y agradecer, con lágrimas serenas, la bondad del Creador y de sus criaturas reflejadas en la naturaleza.
Emmanuel dijo: “sin cooperación no podría existir amor, y el amor es la fuerza de Dios que equilibra el Universo”. [2]
¡Sin embargo, desafortunadamente es fácil ver que, como humanidad, hemos violado la ley de cooperación!
El cambio climático, la escasez de agua dulce, la producción monumental de residuos, la desertificación del suelo, la destrucción sistemática y rápida de la biodiversidad, la acidez de los océanos, el crecimiento caótico y desordenado de las ciudades, los transgénicos irresponsables, etc., han sido las huellas humanas en el planeta, que sufre una crisis ambiental sin precedentes en la historia, lo que lleva incluso a los científicos a declarar que estamos experimentando la sexta extinción masiva, que inauguramos una nueva era geológica llamada antropoceno y que, en resumen, ¡estamos promoviendo un ecocidio! [3]
En defensa de la vida, el movimiento espírita se manifiesta contra el suicidio, la eutanasia, el aborto y el uso de drogas, por ejemplo, pero contra el ecocidio, ¿qué hemos hecho?
Ya había advertido el benefactor Aniceto de que hemos tardado en asumir el deber divino de protección, cuando enfatizó:“Desde hace milenios, la Naturaleza espera la comprensión de los hombres.” con “ardiente expectativa“, y que “las fuerzas naturales continúan sufriendo la opresión de todas las vanidades humanas”. [4]
En la misma línea, el benefactor Alejandro, al explicar los abusos de André Luiz contra los animales, enfatizó: “–Querido André, –dijo Alejandro con benevolencia–, debemos afirmar la verdad aunque resulte en contra de nosotros mismos. En todos los sectores de la Creación, Dios, nuestro Padre, colocó a los superiores y a los inferiores para el trabajo de evolución a través de la colaboración y del amor, de la administración y de la obediencia. ¿Acaso nos atreveríamos a declarar que hemos sido buenos para con los seres que nos son inferiores?” [5]
Y terminó el benefactor advirtiendonos sobre nuestra condición de infractores de la ley de cooperación: “si abusamos largamente de su incapacidad de defensa y de conservación, ¿cómo exigir el amparo de superiores benévolos y sabios, cuyas más sencillas instrucciones son para nosotros difíciles de soportar, por nuestra lamentable condición de infractores de la ley de auxilios mutuos?”. [5]
Como bien dijo el espíritu Hammed, “Nuestro planeta es la residencia que nos acoge actualmente; por lo tanto, amarlo y protegerlo es nuestro lema”. [6]
Por lo tanto, que nos esforcemos para desarrollar el pensar y actuar ecológico, sistémico, cooperativo, que percibe la perfecta interrelación entre flora, la fauna y la humanidad, componiendo un vínculo sagrado de funciones y relaciones integradas.
¡Todos somos Naturaleza, somos vida en abundancia interconectadas! Cumplamos entonces el papel que nos corresponde como seres en la fase de humanidad, en las regiones donde estamos ubicados, preservando a las generaciones presentes y futuras.
Referencias:
[1] VIEIRA, W. ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Conducta espírita. Versión digital. Federación Espírita Española. 70 p. Capítulo 32 “Frente a la Naturaleza”, p 42. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/37vPEQZ
[2] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Pablo y Esteban. Primera edición. Trad. Manuel Valverde. 485 p. Notas Preliminares. pp. 9. Acceso el 20-06-2020 https://bit.ly/3f1b4IH
[3] TRIGUEIRO, A. Espiritismo e Ecologia. [Espiritismo y Ecologia] 3ª ed. 2 imp. Brasília: FEB, 2013. Capítulo “Sinais de Alerta”. [Señales de Advertencia] pp. 15-16.
[4] XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Los mensajeros. Versión digital. Trad. Alipio González Hernández. 288 p. Capítulo 42 “Evangelio en el ambiente rural”, pp. 235-240, por el benefactor Aniceto. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/2YFogMa
[5] XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Misioneros de la Luz. 1ª ed., 2007. Derechos de autor cedidos gratuitamente por la Federación Espírita Brasileña. 352 p. Capítulo 4 “Vampirismo”, pp. 38-48, por el benefactor Alejandro. Acceso el 14-03-2020 https://rb.gy/axviv9
[6] NETO, F. E. S.; HAMMED (Espíritu). Renovando Atitudes. [Renovando las Actitudes] 30 ed. Catanduva, SP: Boa Nova Editora, 2012. Capítulo “Belo Planeta Terra”. [Hermoso Planeta Tierra] Capítulo pp. 159-161.
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