Card #44: “Estas simpatías, que forman familias de espíritus allá arriba, también agrupan en torno a las familias toda una procesión de animales devotos”.
¿Cuál es el concepto de familia? ¿Qué dimensión le damos? ¿Con quién mantenemos lazos de afinidad?
Si hay un sentimiento que puede simplificar cualquier concepto que adoptemos como familia, es la afinidad, la simpatía, un sentimiento que nos lleva a la devoción al otro.
Juana de Angelis, con el acervo de conocimientos que le es propio, advierte que “la relación social comienza cuando el ser humano comprende la estructura de todo lo que le rodea y se deja envolver por el entorno en el que vive, pasando a formar parte activa del mismo”. [1]
Ahora, cuanto más estrecho es nuestro círculo de devoción a los demás, menor es la fraternidad que nos rodea. Cuanto más ampliemos nuestro afecto, más acogeremos las obras de la Creación y más amorosos seremos hacia otros seres que comparten con nosotros la experiencia terrena.
En otra obra, Juana de Angelis afirma que “la vida es fruto del amor, y trabaja a favor de la solidaridad con todas las formas existentes: minerales, vegetales y animales”. [2]
Nuestros lazos de afinidad indican el tipo de pensamientos que tenemos, el patrón de nuestros comportamientos y el tipo de entorno en el que nos sentimos más acogidos, más involucrados, “en familia”. En resumen, indican nuestro patrón vibratorio.
Como nos advierte el Hermano X: “el imán que atrae al hierro no atrae la luz. Quien devora animales, incorporando sus propiedades a la herencia orgánica, debe ser presa apetecible de seres que se animalizan. Los semejantes buscan a sus semejantes. Esta es la Ley”. [3].
Así, para nuestra evolución espiritual es fundamental incluir en el círculo de simpatía a las otras vidas que componen la gran familia planetaria, para que podamos ser más solidarios, sin las manchas del egoísmo y el orgullo, haciéndonos menos toscos.
Despertar empatía en relación con todas las formas de vida es dar un paso más hacia la Luz, como lo hicieron nuestros hermanos que habitan en Júpiter, según informa Allan Kardec en la Revista Espírita de 1858, de la que se extrajo el fragmento resaltado en el “card”. Allí también encontramos un relato fascinante del mundo que podemos crear cuando superamos nuestra ignorancia, incluida la brutalidad con la que tratamos a los animales [4].
En palabras de Emmanuel: “busquemos reconocer los lazos infinitos que nos unen en los valores paulatinos de la evolución y suscitemos en nuestro corazón el santuario eterno de la fraternidad universal” [5], teniendo el valor de hacer todo lo posible para integrar una familia de Espíritus en la que la sumisión se transformó en devoción, en la que el abuso de la fuerza se transformó en misericordia, en Amor.
¡Paz y Bien a todos los Seres!
Referencias:
[1] FRANCO, D. P. JOANNA DE ÂNGELIS (Espíritu). O despertar do Espírito [El despertar del espíritu], cap. 7.
[2] FRANCO, D. P. JOANNA DE ÂNGELIS (Espíritu). Constelação familiar. [Constelación familiar], Cap. 16.
[3] XAVIER, F. C.; IRMÃO X (Espíritu). Contos e apólogos [Cuentos y apólogos], cap. 15.
[4] KARDEC, A. Revista Espírita de agosto de 1858, “Habitaciones del planeta Júpiter” (Victorien Sardou).
[5] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador. Versión digital. Trad. Enry Chara. 122 p. Capítulo 1 “Ciencia”, ítem 1.3 “Ciencias especializadas”, pregunta 79. Acceso el 19-06-2020. https://bit.ly/2Y2U5j1
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