Card #46: “Nadie le falta el respeto a la naturaleza sin el doloroso choque de retorno”.

¿Sería la pandemia actual uno de esos dolorosos choques de retorno?

Es sabido que los espíritus, en la etapa de humanidad, aún no han asumido su deber sagrado del trato con la Naturaleza al punto que el benefactor Aniceto advierta que “Desde hace milenios, la Naturaleza espera la comprensión de los hombres” y que “las fuerzas naturales continúan sufriendo la opresión de todas las vanidades humanas”. [1]

La racionalidad, aún enferma, construyó máquinas e ideologías que potenciaron la explotación de animales y ecosistemas, creando la llamada “sociedad de consumo” de deseos efímeros, banales y desechables como una pompa de jabón, que amenazan toda la vida en la Tierra.

Cambios climáticos; escasez de agua dulce; producción de residuos monumentales; desertificación del suelo; destrucción rápida y sistemática de la diversidad biológica; sexta extinción masiva de especies animales; acidez de los océanos y demás han sido las huellas humanas en el planeta, lo que ha llevado a los científicos a declarar que estamos promoviendo un verdadero ecocidio. [2]

El consumo de animales para la obtención de proteínas es otro ejemplo evidente, cuyo benefactor Emmanuel ya en los años 40´, incluso antes de la socialización de las alertas de la comunidad científica sobre el consumo innecesario de animales, ya había dicho:

“La ingestión de las vísceras de las animales es un error de enormes consecuencias, del cual derivan numerosos vicios de la nutrición humana. Es una lástima semejante situación, así mismo porque, si el estado de materialidad de la criatura exige la cooperación de determinadas vitaminas, esos valores nutritivos pueden ser encontrados en los productos de origen vegetal, sin la necesidad absoluta de mataderos y frigoríficos” [3].

Es notorio el diálogo entre el “doloroso choque de retorno” de André Luiz y las “enormes consecuencias” de Emmanuel. Advertencias que han sido ignoradas por el propio movimiento espiritista, lamentablemente, que debería ser un centro de enseñanza de una ética animal y ambiental desde las actividades infantojuveniles.

Según un informe difundido por la http://www.fao.org/news/story/es/item/210764/icode/http://www.fao.org/news/story/es/item/210764/icode/ de las nuevas enfermedades que han infectado al ser humano en las últimas décadas están relacionadas con la creación y consumo de animales. No solo animales exóticos y salvajes, sino también aquellos estigmatizados como animales de granja, como ganado, cerdos y aves [4].

Esta cosificación de lo que Dios dio la gracia de la vida promueve “dolorosos choques de retorno” y “enormes consecuencias”, apuntando hacia un cambio necesario y urgente en el comportamiento individual y colectivo.

Tal desviación de conducta ya había sido advertida por Juana de Angelis: “los devastadores de la flora y los destructores de la fauna han perdido el rumbo de su vida y se enredan en el patrón de la ambición excesiva, autodestructiva, siempre que invierten contra las manifestaciones sencientes que existen”. [5]

La pandemia de Covid19 es otro “doloroso choque de retorno” producido por la acción humana. Pues si el origen del nuevo coronavirus se debió a la mutación del virus en algún huésped animal saltando a los humanos, la práctica de confinar, sacrificar, comercializar y consumir animales en condiciones lastimeras, insalubres e inmorales, muy apropiada para producir una serie de pandemias, es una elección humana.

Cabe recordar que el ébola se originó por el consumo de murciélagos, el VIH por la caza y el consumo de pequeños primates, la ECJ (enfermedad de las vacas locas) por la cría y el consumo de vacas, el H1N1/Influenza A (gripe porcina) por el consumo de cerdos, el H5N1 (influenza aviar) de la cría y consumo de aves, el MERS del consumo de camellos… Y ahora el COVID-19 de murciélagos y pangolines.

¿Cuántas vidas humanas y no humanas serán necesarias? ¿Cuántas pandemias? ¿Cuántos choques dolorosos de retorno? ¿Cuántas consecuencias enormes?

Sobre tales flagelos, Allan Kardec cuestionó a los Inmortales. Veamos: ¿No podía Dios emplear, para el mejoramiento de la humanidad, otros medios que no fuesen las plagas destructoras? “Sí, y los emplea a diario, puesto que ha dado a cada uno los medios de progresar mediante el conocimiento del bien y del mal. El hombre es quien no los aprovecha. Es preciso, pues, castigarlo en su orgullo y hacerle sentir su debilidad.” [6]

Que nuestra “debilidad”, es decir, la vulnerabilidad a la Naturaleza tan evidente en este tiempo de forzado aislamiento social, sea suficiente para cambiar hábitos que financian la destrucción de la vida en la Tierra.

Cambiar de hábitos es más sencillo de lo que parece. Los propios espíritus de la Codificación le habían dicho a Allan Kardec:

“Pregunta 909. El hombre, ¿podría en todos los casos vencer sus malas inclinaciones mediante su esfuerzo? “Sí, y a veces mediante un pequeño esfuerzo. Lo que le falta es voluntad. ¡Ah! ¡Cuán pocos de vosotros os esforzáis!”

Referencias:

[1] XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Los mensajeros. Versión digital. Trad. Alipio González Hernández. Cap. 42. “Evangelio en el ambiente rural”, pp. 235-241. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/2YFogMa

[2] TRIGUEIRO, A. Espiritismo e Ecologia. [Espiritismo y Ecologia] 3ª ed. 2 imp. Brasília: FEB, 2013. Capítulo “Sinais de Alerta”. [Señales de Advertencia] pp. 15-16.

[3] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador. Versión digital. Trad. Enry Chara. 122 p. Capítulo 2 “Filosofía”, ítem 2.1. “Vida”, subítem 2.1.1. “Aprendizaje”, pregunta 129, pp. 43. Acceso el 19-06-2020. https://bit.ly/2Y2U5j1

[4] http://www.fao.org/news/story/es/item/210764/icode/ 

[5] FRANCO, D. P.; JOANNA DE ÂNGELIS (Espíritu). Garimpo de amor. [Minería de amor]. 6 ed. Salvador: LEAL, 2015. 200 p. Capítulo 16 “Amor y plenificación”, pp. 119.

[6] KARDEC, A. El libro de los Espíritus. Trad.: José María Fernández Colavida. Ed. digital, FEE, set. 2018. 497 pp. Pregunta 738. Libro tercero. Leyes morales. Capítulo VI – Ley de Destrucción. Plagas destructoras. Acceso el 12-09-2020  https://n9.cl/ywezb

[7] KARDEC, A. El libro de los Espíritus. Trad.: José María Fernández Colavida. Ed. digital, FEE, set. 2018. 497 pp. Pregunta 909. Libro tercero. Leyes morales. Capítulo XII –  Perfección moral. Acerca de las pasiones. Acceso el 12-09-2020   https://n9.cl/ywezb

Referencia del Card  XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Los mensajeros. Versión digital. Trad. Alipio González Hernández. Cap. 41. “Entre árboles”, pp. 229-234. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/2YFogMa

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