Card #47: “Colabora en la extinción de la crueldad con la que aún basamos las relaciones con nuestros hermanos menores”.

Siglo XXI. Recursos intelectuales completos. Tecnología y conocimiento en lo alto. Entonces, ¿por qué insistimos en la explotación cruel de los hermanos animales?

¿Cuándo revertiremos la polaridad existencial, migrando del triste especismo a la plenitud del amor por la Creación, en homenaje de gratitud al reino animal, por los múltiples milenios durante los cuales el ser humano ha dispuesto de sus vidas para satisfacer sus desequilibradas necesidades?

Divino liberador de conciencias, Jesús toca las campanas de nuestros templos interiores, llamándonos: “Ayúdame a velar por los hombres, la vida, la naturaleza… Ayúdame con los ignorantes y los enfermos, los viejos y los niños, el animal y la tierna hierba ”[1].

Las campanas celestiales anuncian la llegada de nuevos tiempos, con lecciones dolorosas, como la pandemia actual, fruto de la explotación cruel y codiciosa de los animales, pero también con lecciones amorosas que señalan nuevos rumbos: “… a medida que prevalece el sentido moral, se desarrolla la sensibilidad, disminuye la necesidad de destruir, acaba desapareciendo, porque esa necesidad se vuelve odiosa. El hombre se horroriza con la sangre” [2].

El Espiritismo, avalado por la ciencia, la filosofía y la religión, levantó potentes faros, iluminando para siempre, el hecho de que “todos los atributos del espíritu humano se encuentran también en los animales, aunque menos desarrollados, lo que confirma nuestra tesis según la cual el animal tiene un alma inmortal, perfectible”, como afirma Cairbar Schutel [3].

Los animales cooperan dócilmente con el ser humano en el plano material e incluso en la espiritualidad, como Narcisa testifica a André Luiz: “Los perros facilitan el trabajo, las mulas cargan con paciencia y dan calor en las zonas donde es necesario”. [4]. Siendo así, ¿cómo es posible que la mayoría de la humanidad aún no reflexiona sobre esta ingratitud, asumiendo una posición recta y directa, en el sentido de defender la vida de los animales?

No es posible editar el pasado y nuestro historial exploratorio. Pero es inevitable proyectar y vivir un mundo nuevo, lleno de paz y amor entre todas las criaturas, con el fin definitivo del exterminio de las vidas animales, y la adopción de hábitos apegados al ideal de un cristiano puro, como ya ocurre en otras casas, como Marte, como informa el espíritu María Juan de Dios:

“El mentor espiritual desvelado me aseguró que la humanidad de Marte evolucionó más rápidamente que la de la Tierra y que desde el inicio de la formación de sus núcleos sociales nunca tuvo que destruir para vivir, lejos de las concepciones de los hombres terrenales cuya vida no transcurre sin muerte y cuyos estómagos están siempre llenos de vísceras y vituallas de otros seres de la creación”. [5]

¿Por qué el retraso en la extinción de la crueldad hacia los animales?

¿Por qué no reflexionar profundamente sobre el tema, cambiando los hábitos de consumo y respondiendo así a los llamados de Cristo a la cooperación para un mundo nuevo?

Las campanas del mundo de la regeneración ya suenan en el horizonte del tiempo. Es hora de pensar y actuar, por el bien de toda la Creación Divina.

Referencias:

[1] XAVIER, F. C.; Espíritus Diversos. Cartas do coração. [Cartas del Corazón]. Capítulo “O dom divino” [El don divino]. (Espíritu Hermano X).

[2] KARDEC, A. El Génesis. Ed. digital, FEE, set. 2018. 194 p. Capítulo III pp. 194. Acceso el 26-03-2020 https://bit.ly/2RrbRIp 

[3] SCHUTEL, C. “Gênese da Alma”. [Génesis del alma]. Página 39.

[4] XAVIER, F.C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Nuestro Hogar. Versión digital. Trad. Alípio González Hernández. Derechos de autor cedidos gratuitamente por la Federación Espírita Brasileña. 258 p. Capítulo 33. Acceso el 17-06-2020 https://bit.ly/2UTKQPY

[5] XAVIER, F. C.; MARIA JOÃO DE DEUS (Espíritu). Cartas de uma morta. [Cartas de una muerta]. 17 ed. São Paulo: LAKE, 2016. 197 p. 

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