Artículo #19: Veganismo desde la perspectiva del triple aspecto del Espiritismo

Es un hecho histórico que el siglo XIX estuviera signado por la consolidación de una nueva sensibilidad de la humanidad en relación a los animales y la Naturaleza en un contexto europeo, teniendo como hito la creación de varias instituciones internacionales de protección animal, incluyendo campañas antiseparatistas, apelaciones al vegetarianismo y elaboración de leyes para combatir los más diversos tipos de malos tratos, así como numerosos trabajos publicados que defienden explícitamente que los seres humanos tienen importantes deberes morales hacia los animales. En este contexto se encuentran las raíces del veganismo, con la formación de varias entidades que se han globalizado en Occidente.

Y es precisamente en el siglo XIX cuando el Espiritismo echa raíces. Allan Kardec, con su maestría y elevación moral, asistido por una plétora de espíritus superiores, codificó la Doctrina Espírita y legó al mundo un verdadero tratado de ciencia, filosofía y religión que dirige y eleva los intereses de las criaturas a Dios al amor universal, sin dejar afuera tampoco el amor por los animales y la naturaleza, como hemos demostrado ampliamente aquí en el MOVE.

Por lo tanto, tanto el Veganismo como el Espiritismo florecieron en aquel entonces, delimitados por la creciente ola de protección de los derechos humanos, animales, vegetales, paisaje y de la Naturaleza en la era moderna. En la agenda de Jesús, Gobernador Planetario, había un propósito superior para dicho momento.

En este contexto descrito hasta aquí los invito a conocer en este artículo las correlaciones entre Veganismo y Espiritismo, dos movimientos que apuntan a un mismo fin: el amor a toda la Naturaleza y el reconocimiento de que cada criatura humana o no humana tiene un valor intrínseco y no y puede ser puesto a precio por otros.

Veganismo: ¿Qué es?

El vegetarianismo estricto ya era practicado por muchas personas, pero fue en el año 1944 que recibió un nombre, veganism, a través del vegetariano Donald Watson, en Inglaterra. Watson distribuyó una revista que trataba indirectamente de la creación de una nueva sociedad vegetariana, la Vegan Society, que nació de la discusión entre los miembros de la Vegetarian Society of Gran Bretaña y se convirtió, entonces, en la primera institución vegana del mundo, con la siguiente definición de veganismo:

El veganismo es una forma de vida dedicada a excluir, en la medida de lo posible y practicable, todas las formas de explotación y crueldad con los animales para la alimentación, vestimenta y cualquier otro propósito”.

Esta definición, elaborada en un contexto europeo, recibió críticas constructivas en Brasil y se ha ampliado, en el sentido de que es necesario superar la idea de cambio meramente individual y politizar el veganismo como una lucha por la justicia social, para que sea económica y popularmente accesible a la realidad brasileña.

El objetivo general del veganismo, por lo tanto, es aportar a la abolición de todas y cada una de las tradiciones de explotación animal e inferiorización de los animales no humanos en relación con los animales humanos. Se basa en un principio ético: reconocer que los animales no humanos son merecedores de nuestro respeto y derechos fundamentales, como el derecho a la vida, la libertad, la integridad física y psicológica, la socialización y no ser propiedad de los humanos. El veganismo también se basa en un objetivo político: combatir y erradicar el especismo, el prejuicio y la tradición que considera que los animales no humanos son moralmente inferiores a los humanos y sus implicaciones prácticas (explotación animal, violencia contra los animales, tratamiento de los animales como propiedad y mercancía), etc. [1]

Espiritismo: ¿Qué es?

Allan Kardec define, en El libro de los Espíritus, que “el espiritismo tiene como principio las relaciones del mundo material con los espíritus o seres del mundo invisible”. [2] Se basa en un triple aspecto, ya que se basa en principios filosóficos, científicos y religiosos. “El Espiritismo es tanto una ciencia de observación como una doctrina filosófica. Como ciencia práctica, consiste en las relaciones que se pueden establecer entre nosotros y los Espíritus; como filosofía, comprende todas las consecuencias morales que resultan de tales relaciones”. [3]

De manera concisa, tenemos el aspecto científico como método de desarrollo de la Doctrina, estableciendo hipótesis y relacionándolas con datos empíricos para probar la inmortalidad del espíritu, el intercambio mediúmnico y sus consecuencias. El aspecto filosófico analiza la relación entre Dios y el hombre, buscando establecer, de manera racional, un sentido de su origen y su destino, reflexionando sobre las causas de la felicidad y la infelicidad humanas. El aspecto religioso, que no debe confundirse con las religiones ordinarias, trata sobre la moral del ser humano y cuáles son las consecuencias de su comportamiento basado en el uso del libre albedrío, regido por la ley de causa y efecto.

Conexiones entre Espiritismo y Veganismo

Para establecer las conexiones entre veganismo y espiritismo de manera efectiva procederemos con la exploración del triple aspecto de la Doctrina.

Aspecto científico: ¿Qué tiene que decir la ciencia sobre la alimentación vegetariana y la inteligencia animal?

En 2012, la Universidad de Cambridge publicó la Declaración de Cambridge sobre la Conciencia Animal, de la que destacamos:

“La ausencia de un neocórtex no parece impedir que un organismo experimente estados afectivos. La evidencia convergente indica que los animales no humanos tienen los sustratos neuroanatómicos, neuroquímicos y neurofisiológicos de los estados de conciencia junto con la capacidad de exhibir comportamientos intencionales. En consecuencia, el peso de la evidencia indica que los humanos no son los únicos que tienen los sustratos neurológicos que generan conciencia. Los animales no humanos, incluidos todos los mamíferos y aves, y muchas otras criaturas, incluidos los pulpos, también tienen estos sustratos neurológicos”. [4]

Lo mínimo que podemos rescatar como conclusión de este estudio es que los animales no humanos son seres sencientes, es decir, tienen la capacidad de sentir sensaciones y sentimientos de forma consciente, percibiendo lo que les sucede y lo que les rodea.

Este hallazgo científico no es nuevo para el Espiritismo, que desde la Codificación ha discutido la sensibilidad de los animales, pasando por la obra Alma evolutiva de Gabriel Dellane en 1895, la obra Alma de los Animales de Cairbar Schutel en 1910, y a partir de la década de 1930 en las cientos de obras psicografiadas por Francisco C. Xavier, entre otras que integran las obras subsidiarias espíritas. Veamos algunas citas:

Emmanuel:

“En los irracionales se desarrollan igualmente las facultades intelectuales. El sentimiento de curiosidad es, en la mayoría de ellos, muy avanzado, y muchas especies nos muestran sus altas cualidades, ejemplificando el amor conyugal, el sentimiento de paternidad, el apoyo a los demás, las facultades de imitación, el gusto por la belleza. Para verificar la existencia de estos fenómenos, basta con tener una sensación precisa de observación y análisis. Los animales tienen su lenguaje, sus afectos, su inteligencia rudimentaria, con innumerables atributos. Son los hermanos más cercanos al hombre, por lo que merecen su protección y amparo”. [5]

Gabriel Delanne:

“Ahora, como los animales poseen no solo inteligencia, sino también instinto y sensibilidad; y considerando el axioma de que todo efecto inteligente tiene una causa inteligente; así como la magnitud del efecto es directamente proporcional a la potencia de la causa, tenemos derecho a concluir que el alma animal es de la misma naturaleza que la humana, solo que se diferencia en el desarrollo gradual”. [6]

Cairbar Schutel:

“Recordad que los animales son seres vivos, que sienten, que se cansan, que tienen fuerzas limitadas, y finalmente, que piensan, y que, en un lenguaje limitado, acusan su impotencia, su fatiga irreparable a los golpes de quienes los oprimen! Sed benevolentes, porque también en comparación con los Espíritus Divinos, a quienes imploráis luz y benevolencia, ¡sois asnos sujetos a la acción reflexiva del bien y del mal! [7]

Para la ciencia, ya existe un conocimiento irrefutable de que la mayoría de las muertes por enfermedades en la actualidad están relacionadas con la forma en que comemos. Actualmente vivimos más que en el pasado, sin embargo, eso no garantiza que seamos necesariamente más saludables. En 1990, las principales causas de muerte en el mundo fueron la neumonía, la tuberculosis y la diarrea. [8] Hoy son las enfermedades cardíacas, cáncer y enfermedades pulmonares crónicas. [9] ¿Ocurrieron estos cambios simplemente porque los antibióticos nos ayudaron a superar estas enfermedades? No es así. La aparición de epidemias relacionadas con estas enfermedades crónicas ha venido acompañada de un cambio drástico en nuestra dieta. Tomamos a China como ejemplo, que ha pasado de una dieta tradicional basada en vegetales a una dieta occidental típica (rica en derivados animales y alimentos procesados) y ha visto incrementar sus índices de mortalidad por enfermedades crónicas como diabetes, obesidad, enfermedades cardiovasculares y cáncer. [10]

En la obra Conducta Espírita, el espíritu André Luiz ya había advertido sobre el cuidado del cuerpo físico, que, en su concepción, es “el primer préstamo que recibe el Espíritu traído a la carne” [11], y cómo comer inconscientemente provoca suicidios indirectos:

“Un gran número de criaturas humanas abandona prematuramente el plano terrestre debido a errores estomacales”.  [11]

Es importante resaltar la experiencia y legitimidad de André Luiz para hacer tales declaraciones, ya que él mismo desencarnó como suicida (indirecto), por irresponsabilidad con el cuerpo físico. En la obra Nuestro Hogar, André Luiz recibe con asombro la noticia del médico espiritual, cuando le dice: “- Es lamentable que haya venido por suicidio” [12]. En ese momento, el benefactor no sabía que los “errores del estómago” provocarían también un desarme prematuro y dificultarían la readaptación al plano espiritual. Luego de que el médico espiritual narrara los efectos del cáncer que lo llevaron a la muerte, enfatizó: “Todo el sistema gástrico fue destruido a expensas del exceso de comida y bebidas alcohólicas, aparentemente sin importancia. […] Como ves, el suicidio es indiscutible ”. [12]

Por tanto, combinando el conocimiento espírita con la ciencia moderna, como se muestra arriba, es necesario realizar la transición alimentaria a una dieta vegetariana estricta, tanto para la prevención de enfermedades como para obtener una mejor fuente nutricional, como veremos a continuación.

En diciembre de 2016 fue publicado por la institución más reconocida en el campo de la nutrición, la Academy of Nutrition and Dietetics (Asociación Dietética Estadounidense), la posición que figura a continuación sobre las dietas a base de vegetales. Además, vale la pena señalar que decenas de otras organizaciones de salud y nutrición respetadas en todo el mundo ya se han posicionado en la misma dirección, como el Servicio Nacional de Salud Británico, la Asociación Australiana de Nutricionistas, la Heart and Stroke Foundation (Corazón y derrame) de Canadá y la Harvard Medical School, entre otras.

“La posición de la Academia de Nutrición y Dietética es que una dieta vegetariana, incluida la vegana, debidamente planificada, es saludable, nutricionalmente adecuada y puede proporcionar beneficios para la salud en la prevención y el tratamiento de ciertas enfermedades. Estas dietas son adecuadas para todas las etapas del ciclo de vida, incluido el embarazo, la lactancia, la infancia, la adolescencia, la senilidad y los deportistas. Las dietas a base de vegetales son más sostenibles para el medio ambiente que las dietas ricas en productos animales porque utilizan menos recursos naturales y se asocian con mucho menos daño ambiental”. [13]

Este mismo estudio concluye que los vegetarianos y veganos tienen un riesgo reducido de ciertas afecciones de salud, como la cardiopatía isquémica, la diabetes tipo 2, la hipertensión, ciertos tipos de cáncer y la obesidad. El bajo consumo de grasas saturadas y el alto consumo de verduras, frutas, cereales integrales, hortalizas, derivados de la soja, frutos secos y semillas (todos ricos en fibra y fitoquímicos) son característicos de las dietas vegetarianas y veganas que producen niveles más bajos de colesterol. colesterol total y LDL y mejor control de la glucosa sérica. Tales factores contribuyen a la reducción de las enfermedades crónicas.

De igual manera, solo que muchas décadas antes de estas publicaciones científicas, renombrados benefactores espirituales recomendaban el vegetarianismo. Espíritus como Emmanuel, Humberto de Campos, André Luiz y sus desinteresados ​​instructores no medían palabras. Veamos:

“Primero, admito que debo referirme a nuestros viejos malos hábitos. Su cristalización aquí es una plaga tiranizante. Comienza la renovación de tus costumbres con el plato del día. Disminuye gradualmente el deseo de comer carne de animales. El cementerio en la barriga es un tormento después de la gran transición. El lomo de cerdo o el bife de ternera, sazonados con sal y pimienta, no nos alejan mucho de nuestros antepasados, los tamoios y los caiapós, que se devoraban unos a otros” [14].

Emmanuel:

“La ingestión de las vísceras de las animales es un error de enormes consecuencias, del cual derivan numerosos vicios de la nutrición humana. Es una lástima semejante situación, así mismo porque, si el estado de materialidad de la criatura exige la cooperación de determinadas vitaminas, esos valores nutritivos pueden ser encontrados en los productos de origen vegetal, sin la necesidad absoluta de mataderos y frigoríficos”. [15] 

Alejandro, un espíritu de elevada grandeza, enfatiza que el consumo de animales para obtener proteínas es un mero pretexto, una excusa:

Con el propósito de buscar recursos proteicos, exterminábamos incontables pollos y carneros, lechones y cabritos. Chupábamos los tejidos musculares, roíamos los huesos. No satisfechos con matar a los pobres seres que nos pedían rutas de progresos y valores educativos para mejorar la Obra del Padre, aumentábamos el refinamiento de la explotación milenaria y a muchos de ellos les infligíamos determinadas molestias, para que nos sirvieran al paladar con la máxima eficiencia. Exagerábamos, con toda la responsabilidad de la Ciencia, la necesidad de proteínas y grasas diversas, pero olvidábamos que nuestra inteligencia, tan fértil para el descubrimiento de comodidades y confort, hallaría recursos, sin recurrir a la industria de la muerte, para encontrar nuevos elementos y nuevos medios para conseguir suministros proteicos al organismo”. [16]

De este modo, es menester cuestionarnos sinceramente, armados con bases tan racionales y lógicas, espiritistas y científicas, si realmente necesitamos consumir animales, seres sensibles, con todos los costos ambientales, sociales y espirituales que estos hábitos conllevan, a sabiendas que tenemos en el reino vegetal todos los nutrientes que necesitamos para nuestro sustento. Este campo de indagación, en busca de respuestas racionales, está generalmente relegado a la filosofía, como veremos más adelante.

Aspecto filosófico: Humanidad y animales, hijos de un mismo Dios, unidos en un amor incondicional.

Ante la posición científica de que no necesitamos alimentos derivados de animales para sobrevivir, que las dietas vegetarianas son más saludables y nos protegen contra las enfermedades que suman más muertes en el mundo, la pregunta sigue siendo: ¿Por qué todavía nos alimentamos de animales?

Aquí hay cinco razones básicas: sabor, tradición, gusto, cultura y conveniencia.

Sí, todos fuimos criados para degustar la carne de los animales y sus secreciones, precisamente porque estamos insertos en un contexto cultural, de tradición o conveniencia. Hemos aprendido erróneamente que necesitamos estos productos para nuestro sustento. Si no podemos abdicar de los derivados animales por el sabor, entonces llegamos a considerar que nuestras papilas gustativas son más importantes que la vida de ese animal que murió para servirnos un trozo de carne. Aunque no creemos necesariamente en la proposición anterior, no hemos aprendido a cuestionar ciertas actitudes y nunca hemos tenido que afrontar el hecho de que a través de nuestras acciones estamos anteponiendo nuestras papilas gustativas a la vida animal. La búsqueda del placer no valida la moralidad de un acto.

Cuando miramos nuestra cultura y tradición, sí, podemos decir que nos hemos estado alimentando de animales durante muchos siglos, pero ¿puede la longevidad de una acción basada en la cultura justificar su moralidad, existencia y continuidad? Si tomamos como ejemplo la esclavitud, el machismo y el consumo de perros en el festival de Yulin en China, es fácil ver que no podemos moralizar una acción solo por las tradiciones y costumbres sociales. Aunque en el pasado, por motivos de subsistencia, existía la necesidad de matar animales inocentes para poder alimentarnos, esto ya no es una realidad para nuestra sociedad, como demostramos anteriormente.

Ahora bien, conscientes del problema de la nutrición animal, ¿tenemos que considerar los derechos de los animales más importantes que los derechos humanos? ¿Tenemos que dejar de preocuparnos por el hambre, la desigualdad, el racismo, la violencia y preocuparnos solo por los animales?

Todos convivimos en la Tierra. Cuando dejemos de consumir alimentos de origen animal, estaremos contribuyendo a abordar uno de los mayores problemas de derechos humanos en la actualidad, el hambre. En 2016, los datos de la FAO (Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación) mostraron que el mundo ya producía suficientes alimentos para alimentar a todos los seres humanos. Somos 7.500 millones y todavía tenemos más de 800 millones muriendo de hambre. Hay comida disponible, pero la estamos asignando principalmente a animales no humanos para que podamos alimentarnos de ellos. Para empeorar las cosas, alrededor del 82% de los niños hambrientos viven en países que cultivan alimentos para el ganado.

Si los humanos dejaran de explotar a los animales, tendríamos el potencial de acabar con la explotación de las personas que trabajan en los mataderos para satisfacer sus necesidades. Esta clase de trabajadores tiene una alta tasa de abuso de alcohol y drogas, suicidio, síndrome de estrés postraumático, depresión y ansiedad. Podríamos ver el fin de la explotación en las curtidurías de India, Bangladesh y otros países en desarrollo, donde alrededor del 90% de los empleados mueren antes de los 50 años y cuyos hijos nacen con discapacidades graves debido al contacto con productos químicos venenosos para la producción de cuero. Podemos inferir que, al valorar la vida de los animales, llegamos a tener más contacto con nuestra compasión interior. Al fin y al cabo, quien garantiza y respeta la vida de la menor de las gallinas, ciertamente tiene más capacidad para alejarse del racismo, la homofobia o cualquier otra forma de subyugación del ser humano. En resumen, todos estaríamos contribuyendo a una sociedad más justa y amable.

Todo ello contribuiría enormemente a despertar en las potenciales criaturas humanas que se encuentran latentes, esperando que asuman su sagrado deber como hermano de la Naturaleza. En este sentido, la benefactora Juana de Angelis afirma:

“El ser humano también debe sacrificarse con amor y compasión en beneficio de todas las demás vidas, contribuyendo así a que todo exprese su realidad colectiva, sin pérdida de individualidad.

(…)

Nuevamente, el aspecto de la compasión adquiere sentido, ya que la búsqueda de la Naturaleza y sus diversas expresiones, como fases de la evolución de la vida, deben ser consideradas imprescindibles para alcanzar el sentimiento de humanidad.

No se puede amar y sentir compasión solo por los seres pensantes, sin correspondencia con los demás que constituyen el orden universal, particularmente en el planeta madre, que es la Tierra”. [17]

Finalmente, también vale la pena señalar que a principios de la década de 1970, la filosofía desarrolló el concepto de especismo, que es la base de los movimientos modernos por los derechos de los animales. En definitiva, el especismo es la discriminación que practica la especie humana contra otras especies no humanas, similar al racismo, el sexismo y otras formas de inferiorizar a los demás.

Este concepto surgió cuando un grupo de filósofos de la Universidad de Oxford comenzó a cuestionar por qué el estatus moral de los animales no humanos era necesariamente inferior al de los humanos. El grupo incluía al psicólogo Richard D. Ryder, quien acuñó el término “especismo”. Fue a partir de un texto suyo que el mencionado Peter Singer decidió, en 1975, lanzar Liberación animal, un famoso libro que impulsa el movimiento por los derechos de los animales.

Por tanto, si el Espiritismo desde su nacimiento pide una Ética Animal Espírita, como hemos presentado aquí en el MOVE, basada en el conjunto literario fundamental espiritista, la filosofía también cuestiona la discriminación que se hace a los animales y hace hincapié en una consideración moral para con ellos, de modo que la criatura humana comience a atribuir el mismo peso a los intereses de los animales, independientemente del criterio de especie.

Aspecto Religioso: amor a Dios y al prójimo

En este último aspecto, primero verificaremos la comprensión de Kardec del mayor mandamiento del Evangelio:

“(…) no se puede verdaderamente amar a Dios, sin amar a su prójimo, ni amar a su prójimo sin amar a Dios; pues todo lo que se hace contra el prójimo, se hace contra Dios. No pudiendo amar a Dios, sin practicar la caridad con el prójimo, todos los deberes del hombre están reasumidos en esta máxima: SIN CARIDAD NO HAY SALVACIÓN”. [18]

Cómo debe entender el espiritista QUIÉN ES SU PRÓJIMO EN ESTE CONTEXTO? ¿Serían solo los hermanos de su especie o debería profundizar esta visión, entenderse a sí mismo como un espíritu milenario en un viaje por el universo y albergar en su corazón a todos los seres que están ascendiendo a la perfección? ¿Sería justo someter a nuestros hermanos en escalas evolutivas más bajas, entendiendo que están a nuestro lado solo para cumplir nuestros deseos?

Léon Denis responde:

“En esta laboriosa y penosa evolución que arrastra a los seres hacia la luz, hay un hecho consolador sobre el cual es bueno insistir: que en todos los grados de su ascensión el alma es atraída, ayudada y socorrida por las Entidades superiores. Todos los Espíritus en marcha son ayudados por sus hermanos más avanzados, y deben, a su vez, ayudar a aquellos que están por debajo de ellos. .

(…)

En las almas evolucionadas el sentimiento de la solidaridad llega a ser tan intenso, que se trueca en una comunión perpetua con todos los seres y con Dios. 

El alma pura comulga con la Naturaleza entera; se embriaga con los esplendores de esta obra infinita. Todo, los astros del cielo, las flores de la pradera, el murmullo del agua en los arroyuelos, la variedad de los paisajes terrestres, los horizontes esfumados del mar, la serenidad de los espacios, todo le habla un armonioso lenguaje. 

En todas estas cosas visibles el alma atenta descubre una manifestación del pensamiento invisible que anima al Cosmos. Éste reviste para ella un aspecto seductor; es el teatro de la vida y de la comunión universal, comunión de los seres entre sí y de éstos con Dios, su Padre”. [19]

En la pregunta 873 del Libro de los Espíritus, Kardec pregunta si el sentimiento de justicia se encuentra en la naturaleza, a lo que obtiene como respuesta: “Tan natural es, que os indignáis a la sola idea de que se cometa una injusticia”. [20] En respuesta a la pregunta 875, los espíritus definen la justicia como el respeto por los derechos de los demás. [21] ¿Qué criatura no tiene derecho a mantener su propia vida dada por Dios? El instinto de conservación se encuentra en todos los seres en evolución. Como seres sentientes, los animales cuidan de sus vidas, evitan el sufrimiento y no desean morir para convertirse en objetos de explotación humana. Si seguimos siendo indiferentes a los animales que sufren en mataderos, laboratorios, confinamientos o en cualquier otro campo de exploración, André Luiz nos invita a seguir el camino de la compasión y la responsabilidad:

“Evitar todo tipo de tiranía sobre la vida animal, no procediendo con exigencias desmesuradas para satisfacción de caprichos del paladar, como tampoco con refinamientos condenables en investigaciones de laboratorio, limitándose solamente a las necesidades de la vida y a los imperativos justos del bien”. [22]

Igualmente, enfatiza Emmanuel:

“Recibid como obligación sagrada el deber de amparar a los animales en la escala progresiva de sus posiciones variadas en el planeta. 

Extended hasta vuestra concepción de solidaridad y vuestro corazón comprenderá, más profundamente, los grandes secretos de la evolución, entendiendo los maravillosos y dulces misterios de la vida”. [23]

Apoyado en el triple aspecto de la Doctrina Espírita, el final de este estudio nos lleva a la creencia de que el Veganismo y el Espiritismo tienen profundas raíces en un movimiento de amor a la creación, que no podría ser diferente, ya que tanto valoran la ética como la justicia como conducta básica. Contra el orgullo que embota nuestros sentimientos y cierra nuestros ojos al sufrimiento de los demás, Kardec instruye:

“El orgullo llevó al hombre a decir que todos los animales fueron creados para subvenir a sus necesidades y en su honor. […]  Dios no pudo crearlas por un capricho de su voluntad y por el placer de luego aniquilarlas, ya que todas poseían instintos, el sentimiento del dolor y el bienestar. Entonces ¿qué finalidad pudieron haber tenido? Sin duda una finalidad soberanamente sabia a la que no estamos en condiciones de comprender aún”. [24]

Amigos, la Doctrina Espírita nos apoya en la construcción de un comportamiento armonioso y responsable con la Naturaleza. El propio MOVE ya ha creado un catálogo con más de 190 referencias en más de 100 obras clásicas para que podamos desarrollar, con la ayuda de la espiritualidad, la mejor forma de actuar contra todas las formas de maltrato a los animales. Que escuchemos los gritos de agonía y ayuda que están presentes en todos los rincones del mundo. Que la caridad sea la fuerza, sea hacia los animales humanos o no, la mansedumbre y el cariño con que abrazamos a todos nuestros hermanos. Que, en suma, nos vistamos de amor, para romper con las costumbres de antaño y así extender plenamente la caridad. Para concluir, sigue una hermosa enseñanza de Juana de Angelis, del libro Vida feliz:

“La máxima lección de la vida es el amor. 

Sin él los objetivos a alcanzar pierden la finalidad, dejando a la persona a merced de sus pasiones inferiores.

El amor diluye las sombras de los sentimientos negativos, imprimiendo el sello de la serenidad en todos los actos.

Ama, por tanto, todo y a todos. 

Ejercítate en el amor a la Naturaleza que resplandece en el Sol, aire, agua, árbol, flores, frutos, animales y hombres. 

Déjate enternecer por las invitaciones silenciosas que el Padre Creador te hace y esparce tus emociones sobre todas las cosas, dulcificándote interiormente. 

Cuanto más ames, menos serás alcanzado por las farpas del mal, pues que tu comprensión dilatada abrirá los espacios a la vida, recogiendo solamente los efectos de la paz”. [25]

Referencias

[1] ¿Qué es veganismo? Dudas frecuentes. https://tinyurl.com/y3cn7zct   

[2] KARDEC, A. El libro de los Espíritus. Trad.: José María Fernández Colavida. Ed. digital, FEE, set. 2018. Introducción al estudio de la Doctrina Espírita. Acceso el 26-06-2020 https://tinyurl.com/y6x5uljn  

[3] KARDEC, A. ¿Qué es el Espiritismo? Traducción de  José María Fernández Colavida. Ed. digital. FEE,  1. ed. jul. 2020. 234 p. Preámbulo. Acceso el 13-10-2020 https://tinyurl.com/y4gdbbsl  

[4] Declaración de Cambridge sobre la Conciencia Animal. Acceso el 13-10-2020 https://tinyurl.com/yyb5qekr

[5] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Emmanuel. Versión digital. Trad. R. Bertolinni. 108 p. Capítulo. XVII “Sobre los animales”, pp. 57-60. Acceso el 28-06-2020 https://bit.ly/2YH09hC

[6] DELANNE, G. A evolução anímica. [La evolución anímica]. 1a. ed. Limeira: EDITORA DO CONHECIMENTO, 2008. 239 p. Capítulo 1 “A vida” [La vida], item “A força vital” [La fuerza vital], pp. 30.

[7] SCHUTEL, C. “Gênese da Alma” [Génesis del alma]. 7 ed. Matão: O CLARIM, 2011. 136 p. Capítulo “Apelo em favor dos animais” [Recurso a favor de los animales], pp. 111-113.

[8] US Centers for Disease and Prevention. Leading causes of Death, 1990-1998. http://www.cdc.gov/nchs/data/dvs/lead-1900_98.pdf. Acceso el 29-4-2015.

[9] Kochanek KD, Murphy SL, Xu J, Arias E. Mortality in the United States, 2013. NCHS Data Brief 2014; 178

[10]  Zhai F, Wang H, Du S, et al. Prospective study on nutrition transition in China. Nutr Rev. 2009; 67 Suppl:S56-61.

[11] VIEIRA, W. ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Conducta espírita. Versión digital. Federación Espírita Española. 70 p. Capítulo 33 “Frente al cuerpo”, p. 51. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/37vPEQZ

[12] XAVIER, F.C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Nuestro Hogar. Versión digital. Trad. Alípio González Hernández. Derechos de autor cedidos gratuitamente por la Federación Espírita Brasileña. 258 p. Capítulo 4 “El médico espiritual”, p. 29. Acceso el 17-06-2020 https://bit.ly/2UTKQPY

[13] Position of the Academy of Nutrition and Dietetics: Vegetarian Diets. Disponible en https://tinyurl.com/y88gvt7s

[14] XAVIER, F. C.; IRMÃO X (Espíritu). Cartas e Crônicas. [Cartas y crónicas] 14 ed. 3a. imp. Brasília: FEB, 2015. 167 p. Capítulo 4 “Treino para a morte” [Entrenamiento para la muerte], pp. 18.

[15] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador. Trad. Henry Chara. Edición digital. 122 p. Capítulo 2 “Filosofía”, ítem 2.1. “Vida”, subítem 2.1.1. “Aprendizaje”, pregunta 129. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/2Y2U5j1 

[16] XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Misioneros de la Luz. 1ª ed., 2007. Derechos de autor cedidos gratuitamente por la Federación Espírita Brasileña. 352 p. Capítulo 4 “Vampirismo”, pp. 38-48, por el benefactor Alejandro. Acceso el 14-03-2020 https://rb.gy/axviv9  

[17] FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). Encontro com a Paz e a Saúde. [Encuentro con la Paz y la Salud]. 5ª ed. Salvador: LEAL, 2016. 232 p. Capítulo 10 “Em busca da iluminação interior”, item “Processo de autoiluminação”, [En busca de la iluminación interior”, ítem “Proceso de autoiluminación”.], pp. 198-201., pp. 198-201.

[18] KARDEC, A. El Evangelio Según el Espiritismo. Ed. digital, FEE, set. 2018, pp. 453.  Cap. XV – Fuera de la caridad no hay salvación, pp. 248-257. Acceso el 14-03-2020 https://rb.gy/dwwmuq

[19] DENIS, L. El gran enigma. 1a. ed. digital. FEE, ene. 2006. 104 p. 1ª parte, cap. 3 “Solidaridad: comunión universal”, pp. 18-22. Acceso el 26-06-2020 https://tinyurl.com/yylnboj5   

[20] KARDEC, A. El libro de los Espíritus. Trad.: José María Fernández Colavida. Ed. digital, FEE, set. 2018. Cap. XI “Ley de Justicia, Amor y Caridad”, ítem I “Justicia y Derechos Naturales”, pregunta 873. Acceso el 26-06-2020 https://tinyurl.com/y6x5uljn   

[21] KARDEC, A. El libro de los Espíritus. Trad.: José María Fernández Colavida. Ed. digital, FEE, set. 2018. Cap. XI “Ley de Justicia, Amor y Caridad”, ítem I “Justicia y Derechos Naturales”, pregunta 875. Acceso el 26-06-2020 https://tinyurl.com/y6x5uljn 

[22] VIEIRA, W. ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Conducta espírita. Versión digital. Federación Espírita Española. 70 p. Capítulo 33 “Frente a los animales”, p. 50. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/37vPEQZ

[23] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Emmanuel. Versión digital. Trad. R. Bertolinni. 108 p. Capítulo. XVII “Sobre los animales”, pp. 57-60. Acceso el 28-06-2020 https://bit.ly/2YH09hC 

[24] KARDEC, A. La Génesis. Ed. digital, FEE, set. 2018. pp. 449. Capítulo 7 “Esbozo geológico de la Tierra”, item 32, pp. 179-180. Acceso el 26-03-2020 https://tinyurl.com/y69vhnoq 

[25] FRANCO, D. Juana de Angelis (Espíritu). Vida feliz. 224 p. Capítulo 181, pp. 59. Versión digital. Traducido por Fco Sanchez. 66 p. Acceso el 13-10-2020 https://tinyurl.com/yxshznqo.