Card #62: Día mundial de las abejas (20 de mayo)

Por Helder Canto, miembro del MOVE.

“Pero al amar el pasto, al hombre, al cielo, al animal, al insecto, a la vida en todas sus manifestaciones, e integrarse en la esencia de la sustancia divina, con el corazón abierto al amor, con pureza en todo. ¡Verán a Dios!”

XAVIER, F. C. AMÉLIA RODRIGUES (Espíritu). Las Primícias del Reino. 12 ed. Salvador: LEAL, 2015. Capítulo 3 “El excelso canto”. pp. 62.

El veinte de mayo se celebra el Día Mundial de las Abejas. ¿Y por qué un ser tan pequeño tiene un día especialmente dedicado a celebrar su existencia?


Las abejas son insectos que se alimentan exclusivamente de polen y néctar que recogen en las flores.


En este proceso, realizan la polinización, intercambiando granos de polen de una flor a otra, garantizando así la reproducción de miles de especies vegetales dependientes de la polinización.


El servicio ecosistémico de la polinización que realizan las abejas es fundamental para el mantenimiento de la biodiversidad y de la vida en el planeta.


Sin abejas y sin la polinización, las plantas con flores no producen frutos ni semillas.

Sin frutos, no hay comida para otros animales. Sin semillas no hay plantas nuevas.

Y así, en una cadena de interdependencia, la vida animal y vegetal depende de las abejas.

“(En la Tierra), sin que haya ningún sacrificio de vuestra parte, tenéis gratuitamente cielo azul, fuentes llenas, abundancia de oxígeno, árboles amigos, frutos y flores, color y luz, en santas posibilidades de trabajo a las que el hombre ha sido indiferente en todos los tiempos. [1]

“La Naturaleza es siempre el libro divino, donde las manos de Dios escriben la historia de su sabiduría” [2] y vean cuánto puede aprender la humanidad de las Leyes de Dios con solo observar las abejas.

Há cerca de 20.000 espécies de abelhas no mundo inteiro. A maioria são de espécies solitárias, que fazem seus ninhos no solo ou em troncos de árvores.

Hay alrededor de 20.000 especies de abejas en todo el mundo. La mayoría son especies solitarias, que hacen sus nidos en el suelo o en los troncos de los árboles.

La abeja madre trabaja arduamente para proporcionar todos los recursos esenciales para sus crías y no deja de trabajar ni un solo día en toda su breve existencia.


En las especies sociales, las que forman colonias, miles de abejas trabajan por el bien común de la colmena.


Obedientes a su tarea y con una organización ejemplar, desarrollan sus actividades.

Cuando jóvenes comienzan sus tareas limpiando sus propias casas como trabajadoras de limpieza, luego alimentan a las crías como trabajadoras niñeras y luego trabajan en la construcción de células de cría como trabajadoras constructoras.

Cuando son mayores, defienden la colonia como trabajadoras guardias y, finalmente, se dedican hasta el final de sus vidas como trabajadoras campesinas, visitando flores y recolectando el néctar, el polen, la resina y el agua para alimentar a sus hermanas.


Esa es la vida de las abejas, una vida de obediencia y trabajo constante.


“El primer camino para el cielo es la obediencia, y el segundo, el trabajo.” [3]


Seres sensibles y altamente inteligentes, las abejas son capaces de comunicarse entre sí dentro de las colmenas, y en el famoso baile del meneo comunican la ubicación, la distancia e incluso la calidad de las fuentes de alimento que encuentran en sus vuelos, reclutando así la cooperación de sus hermanas.


La ciencia descubre cada vez más la complejidad del pequeño cerebro de las abejas y su inmensa capacidad cognitiva, demostrando que las abejas son capaces de aprender y resolver problemas numéricos para obtener el alimento deseado [4].


Nuestra alimentación depende en gran medida de la vida de las abejas y de la polinización.

Imagina un plato sin esta obra divina de nuestras hermanitas.

Con la polinización consumimos almendras, castañas, naranjas, manzanas, duraznos, frutillas, sandías, melones y tantos otros manjares para enriquecer y nutrir de vida el plato diario.


Por todo el beneficio que recibimos de las abejas, no hay nada más justo que tener un Día Mundial solo para ellas.


Hagamos nuestra parte y sigamos el ejemplo de Francisco de Assis, que “Recoge del camino los gusanillos para que no los pisoteen; y manda poner a las abejas miel (…) para que en los días helados de invierno no mueran de hambre.” [5]

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“Decía incluso que el hermano hortelano debería cultivar en algún rincón de la huerta un bonito jardincillo donde poner y plantar toda clase de hierbas olorosas y de plantas que produzcan hermosas flores, para que a su tiempo inviten a cuantos las vean a alabar a Dios.” [6].

Plantemos flores para las abejas y alabemos juntos la obra y su Creador. Larga vida a las abejas.

Referencias:

[1] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador. Trad. Henry Chara. Edición digital. 122 p. Capítulo 1 “Ciencia”, ítem 1.3. “Ciencias Especializadas”, pregunta 72, p. 29. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/39wxmRE 

[2] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). El Consolador. Trad. Henry Chara. Edición digital. 122 p. Capítulo 1 “Ciencia”, ítem 1.1. “Ciencias Fundamentales”, subítem 1.1.3. “Biologia”, pregunta 27, p. 29. Acceso el 15-06-2020 https://bit.ly/39wxmRE 

[3] XAVIER, F. C.; NEIO LÚCIO (Espíritu). Alborada Cristiana. Versión digital. 140 p. Capítulo “El aprendiz desilusionado” Acceso el 11-09-2020 https://bit.ly/3hnwrEi

[4] ¿Hasta dónde llega la inteligencia de las abejas? Acceso el 22-05-2021 https://bit.ly/3oScj2F 

[5] CELANO, Tomás de. Segunda vida de San Francisco. Op. cit., Segundo Libro, cap. CXXIV, sent. 165. Acceso el 22-05-2021 https://bit.ly/3oHasNU 

[6] ESPEJO DE PERFECCIÓN. Número 118. Amor especial que profesó al agua y a las piedras, a los árboles y a las flores. Acceso el 22-05-2021 https://bit.ly/3fFXDiG 

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