Card #68: “Los destructores de la flora y la fauna han perdido su rumbo.”

¿Por qué perdemos el rumbo de la comunión con Dios, diezmando la Naturaleza?

Juana de Angelis ofrece una respuesta: «La falta de respeto a la Naturaleza, debido al desconocimiento inicial y los intereses mezquinos y plateros del momento, ha producido varios efectos graves para la propia existencia humana». [1].

Según el último informe del IPCC (Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático de las Naciones Unidas) [2]; La crisis ambiental sin precedentes que se vive actualmente es el resultado de la inequívoca influencia humana en el calentamiento global, que requiere cambios urgentes de responsabilidad individual y colectiva.

Además de la ciencia, la humanidad también fue previamente alertada por la Espiritualidad Superior, que en diferentes lugares y épocas, señaló el Camino hacia el respeto a la Vida humana y no humana, con letras y ejemplos muy claros.

La indiferencia humana hacia la fauna y la flora, y las advertencias científicas y espirituales, nos llevan a caminos contaminados y dolorosos, como dice Casimiro Cunha [3]:

«Sabiendo que la naturaleza

Es el libro de la Eternidad.

El mundo esta perdido ahora

En la oscuridad y la desolación 

En los males provenientes del exceso

De los vicios educativos».

En la misma obra ya citada, Juana de Angelis enseña sobre un principio cuya presencia en el «GPS» de la moral humana es esencial: «La vida es trabajada por un principio de ética divina, que no puede ser manipulado al placer de la locura, sin esas consecuencias imprevisibles para sus infractores».

La locura y la indiferencia moral se firman bajo obras devastadoras, cuyos efectos están llamando a nuestras puertas: fenómenos meteorológicos extremos; incendios; inundaciones; bosques diezmados para la creación de pastos, moviendo la industria del exterminio de miles de millones de hermanos animales; la extinción masiva de flora y fauna; y la loca búsqueda de lo económico desemboca en el vacío de los hábitos de consumo y ocio, centrados por un lado en la satisfacción del ser humano, y por otro, en el desprecio por todo el sufrimiento impuesto a los hermanos no humanos.

Es necesario corregir la ruta, abandonando el camino egoísta de las cajas fuertes y la satisfacción de las pasiones nocivas, para tomar la dirección amorosa de la conexión existente entre todos los seres, como afirma Emmanuel:

«Frente a la Sabiduría Eterna, todos estamos interconectados, –las piedras y las flores, los animales y los hombres, los ángeles y las estrellas– en una cadena de amor infinito». [4].

¿Hasta cuándo pisaremos las flores del mundo y sacrificaremos los animales? ¿Hasta cuándo alimentaremos los fuegos del antropocentrismo? «La vida es el resultado del amor, y este trabaja a favor de la solidaridad con todas las formas existentes: minerales, vegetales y animales», según Juana de Angelis [5].

Seamos trabajadores incansables y puntos difusores de ejemplos.

El Cristo cuenta con nosotros en esta reacción de fraternidad activa en cadena.

Referencias:

[1] FRANCO, D. P.; JOANNA DE ÂNGELIS (Espíritu). Dias gloriosos. [“Días gloriosos”]. 5 ed. Salvador: LEAL, 2015. 200 p. Capítulo 9 Engenharia genética [“Ingeniería genética”] , pp. 61.

[2] Informe IPCC:  https://bit.ly/3bh6ghW 

[3] XAVIER, F. C.; CASIMIRO CUNHA (Espíritu). Cartas do Evangelho [Cartas del Evangelio], capítulo “Carta aos homens do campo” [“Carta a los hombres del campo”].

[4] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Paciência. [“Paciencia”]. Capítulo: Indicações da Paz. [“Indicaciones de la Paz”]. 4a ed. Ed. Cultura Espírita União, SP, 1990. p. 24

[5] FRANCO, D. P.; JUANA DE ANGELIS (Espíritu). 3 ed. Salvador: LEAL, 2016. 200 p. Constelação familiar. [“Constelación familiar”]. Capítulo 16 Relacionamentos sociais [“Relaciones sociales”], pp. 113..

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