Artículo #04: El pensamiento de los animales: una cuestión para el siglo XXI

En abril de 2018, la AME-Brasil (Asociación Médico-Espírita de Brasil) publicó el libro “Una nueva mirada al problema del ser, del destino y del dolor 100 años después” [1], del cual tuve la alegría de participar como autor de uno de los capítulos junto con otros 28 autores del movimiento espiritista brasileño que se encargaron de rescatar las extraordinarias ideas del maestro Léon Denis, ahora basadas en los avances de los conocimientos actuales en los campos de la ciencia, la filosofía y la espiritualidad.

El libro es único no tan solo por su organización, portada, diseño gráfico y contenido, sino por su belleza, su fácil lectura y su poder de inspiración.  Yo diría que es ¡un tributo a la inmortalidad del alma! Y me ha servido (y a muchos) como una vasta fuente de consulta de las investigaciones y las evidencias científicas más actuales en el campo de los problemas espirituales revelados por la Doctrina de los Inmortales.

Para los que no lo conozcan, “El problema del Ser, del Destino y del Dolor” fue escrito por el maestro Léon Denis alrededor del año 1905 y forma parte de la lista de obras clásicas imprescindibles de la literatura espírita para todos nosotros, los aprendices de las Leyes de la Vida.

La presentación de la nueva obra corre a cargo de Décio Iandoli Jr., el prefacio de Irvênia Prada y la organización de Carlos Durgante y Marcus Vinícius Russo Loures. Y como ya se mencionó, 29 invitados fueron los encargados de un capítulo de la obra y trajeron lo más actual sobre los temas esbozados por Léon Denis, a manera de sencillo, pero sincero homenaje a Denis, el Apóstol de Tours, más conocido como el Consolidador del Espiritismo.

Pero, ¿qué tiene que ver el título de este artículo con ese libro?

Nosotros, que integramos el MOVE, buscamos siempre estar atentos a las cuestiones animalísticas que surgen en el movimiento espiritistay en el mundo, y para nuestro deleite, el nuevo trabajo mencionado no dejó de considerar el tema animal, habiendo sido ya abordado en el primer capítulo por el veterinario Vinícius Perez dos Santos [2].

Vinícius abordó la evolución del pensamiento, título del capítulo, y luego de una sublime explicación sobre el tema, dejó para el final un tema emblemático y destacado que así tituló: EL PENSAMIENTO DE LOS ANIMALES: UN INTERROGANTE PARA EL SIGLO XXI.

Narra o autor:

El autor narra:

“El conocimiento sobre la naturaleza espiritual de los animales y la búsqueda de relaciones cada vez más armoniosas están directamente relacionados con la evolución del propio pensamiento humano, ya que la forma en que nos relacionamos con toda la creación indica nuestro progreso y madurez espiritual.” [1]

Por lo tanto, al principio Vinícius insta a los seres humanos a centrarse en el conocimiento sobre los animales no humanos con el fin de mejorar nuestra relación con ellos, nuestros hermanos menores.

Es como decimos en el MOVE: el tema animal debe estar en la agenda del día del movimiento espiritista.

La desinformación, el interés económico y los conceptos antropocéntricos y especistas construidos a lo largo de la historia por la humanidad sobre la naturaleza animal nos han hecho relacionarnos con los animales a la manera de “verdugos crueles”, como el instructor Alejandro cita en Misioneros de la Luz. [3].

El autor también enfatiza que:

“Los estudios científicos más recientes han llegado a las mismas conclusiones que la Doctrina Espírita, la que, como de costumbre, nos había presentado hace casi dos siglos que los animales tienen inteligencia, conciencia y sentimientos”.

El caso es que nosotros, los espiritistas, no necesitábamos necesariamente la evidencia científica actual sobre la sensibilidad de los animales, ya que, en el marco de la revelación espiritista, Allan Kardec y las sublimes Voces del Cielo ya habían anunciado en la Codificación y en las obras complementarias que los animales son almas en evolución, sienten, piensan, tienen inteligencia, desarrollan vínculos afectivos y tantos otros atributos que aún no conocemos. A continuación, destaco dos extractos que ejemplifican estas informaciones, el primero del ilustre Cairbar Schutel [4] y el segundo de la querida Yvonne do Amaral Pereira [5]:

“Recuerden que los animales son seres vivos, que sienten, que se cansan, que tienen fuerzas limitadas, y finalmente, que piensan, y que, en un lenguaje limitado, acusan su impotencia, su fatiga irreparable a los golpes del cinturón y de los bastonazos  con que los oprimen!”

“Bueno, aquellos animales sentidos y comprendidos por nosotros  en estado de semidesapego espiritual, aparecieron a nuestro entendimiento y a nuestra razón, casi como seres humanos, y sentimos por ellos una viva ternura e incluso una profunda compasión. Uno de ellos, el buey, incluso vio a nuestro fantasma, porque se asustó cuando nos acercamos a él y acariciamos su enorme cabeza. Nuestros maestros hindúes, que tienen predilección por los estudios de la naturaleza y la investigación sobre la evolución del alma, a veces nos llevan a visitar mataderos de ganado. Y el sufrimiento que contemplamos allí, involucrando a los pobres animales, las impresiones dolorosas de sorpresa, de terror y de angustia que ellos sufren, y que se infiltran en las complejidades de nuestra propia alma, no serían mayores o más dolorosas, tal vez, si se tratara de simples seres humanos.”

En este paso, Vinícius citó algunas evidencias científicas sobre el tema, destacando la famosa “Declaración de Cambridge sobre la Conciencia en Animales Humanos y No Humanos”, elaborada por Philip Low y un equipo internacional de 25 neurocientíficos, anunciada el 7 de julio de 2012 en presencia de Stephen Hawking, cuyo resultado final de la investigación declaró:

“[…] Hay evidencias convergentes que indican que los animales no humanos poseen los sustratos neuroanatómicos, neuroquímicos y neurofisiológicos de los estados de consciencia, junto con la capacidad de mostrar comportamientos intencionales. En consecuencia, el peso de la evidencia indica que los humanos no somos los únicos en poseer la base neurológica que da lugar a la consciencia. Los animales no humanos, incluyendo a todos los mamíferos y aves, y otras muchas criaturas, entre las que se encuentran los pulpos, también poseen estos sustratos neurológicos.” [6]

Aprovechamos esta oportunidad para citar extractos de la entrevista de Philip Low para la revista Veja [7]:

“Sabemos que todos los mamíferos, todas las aves y muchas otras criaturas, como el pulpo, cuentan con las estructuras nerviosas que producen la conciencia. Esto significa que estos animales sufren. Es una verdad incómoda: siempre era fácil decir que los animales no tienen conciencia. Ahora tenemos un grupo de neurocientíficos respetados que estudian el fenómeno de la conciencia, el comportamiento animal, la red neuronal, la anatomía y la genética del cerebro. Ya no se puede decir que no lo sabíamos.”

Y al final de la entrevista, cuando se le preguntó si las conclusiones del manifiesto tenían algún impacto en su comportamiento personal, el científico respondió: “Creo que voy a hacerme vegano. Es imposible no sentirse tocado por esta nueva percepción sobre los animales, en especial acerca de su experiencia del sufrimiento.”

La respuesta sincera y conmovedora del joven científico me recordó una cita muy conocida de Allan Kardec sobre el verdadero espírita:

“[…] los principios de la doctrina hacen vibrar en él las fibras que permanecen mudas en los primeros; en una palabra, tiene el corazón enternecido; su fe es también a toda prueba. El primero es como el músico que se conmueve por ciertos acordes, mientras el otro solo comprende los sonidos. Se reconoce el verdadero espiritista por su transformación moral y por los esfuerzos que hace para dominar sus malas inclinaciones; mientras el uno se complace en su horizonte limitado, el otro, que comprende alguna cosa mejor, se esfuerza en ir más allá, y lo consigue siempre, cuando para ello tiene una firme voluntad.” [8].

Cabe mencionar que volverse vegetariano o vegano es uno de los aspectos de la transformación moral, no significa que el vegano esté más evolucionado que los que aún no lo logran, porque en la Tierra todos estamos básicamente en las mismas condiciones evolutivas, todos luchando por superarse a sí mismos. Sin embargo, la apertura al tema animal y el esfuerzo en esta dirección son fundamentales para todos nosotros, tanto por el deber que tenemos con los animales [9], como por los impactos ambientales y sociales que provocan los productos de origen animal, e incluso por el vampirismo que es, en gran medida, sostenido en la Tierra por las energías de la matanza de animales [3].

Concluyendo nuestro análisis del capítulo escrito por el querido Vinícius Perez, sobre la sensibilidad animal:

“Si reconocemos que los otros órganos de los animales realizan funciones similares a las de los humanos (ojos para ver, pulmones para respirar, estómago para digerir, etc.), no debería resultarnos difícil entender el cerebro de los animales como un órgano de expresión de la mente. […] Esta discusión es necesaria dentro del entorno espiritista, que durante mucho tiempo subestimó la importancia de estudiar la naturaleza espiritual de los animales, así como nuestro papel en su proceso evolutivo”.

O MOVE faz coro ao texto do querido amigo Vinícius Perez e homenageia a sua iniciativa de inserir a temática animal num livro tão importante para a literatura espírita, convocando a nós todos cristãos-espiritistas ou não a se engajarem no conhecimento, proteção e defesa dos animais, dando, consequentemente, os primeiros passos nas mudanças de hábitos para que não mais envolvam sofrimento animal, libertando nossos irmãozinhos de tão pesado jugo, como o próprio Léon Denis destacou no livro homenageado [10]:

El MOVE se hace eco del texto del querido amigo Vinícius Perez y rinde homenaje a su iniciativa de insertar el tema animal en un libro tan importante para la literatura espiritista, llamándonos a todos los cristianos-espiritualistas o no a involucrarnos en el conocimiento, protección y defensa de los animales, dando así los primeros pasos en los cambios de hábitos para que ya no impliquen sufrimiento animal, liberando a nuestros hermanitos de un yugo tan pesado, como el mismo Léon Denis destacó en el libro homenajeado [10]:

“El animal está sujeto a la lucha ardiente por la vida. Entre las hierbas del prado, las hojas y las ramas de los bosques, en el aire, en el seno de las aguas, por todas partes se desarrollan dramas ignorados. En nuestras ciudades prosigue sin cesar la hecatombe de pobres animales inofensivos, sacrificados para nuestras necesidades o entregados en los laboratorios al suplicio de la vivisección”.

¡Que podamos cambiar este escenario!

¡Sigamos avanzando en busca de la liberación animal!

Referencias:

[1] LOURES, M. V. R.; DURGANTE, C. E. A. Um novo olhar sobre o problema do ser, do destino e da dor 100 anos depois. [Una nueva mirada al problema del ser, del destino y del dolor 100 años después]. São Paulo, 2018. AME-Brasil.

[2] Médico veterinario egresado de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la Universidad de São Paulo (USP). Cofundador del Movimiento Cultural de Medicina Veterinaria y Espiritualidad (MED-VESP). Residencia en Clínica Médica de Pequeños Animales del Hospital Veterinario de la USP. Estudiante de postgrado en el área de Dolor en el Hospital de las Clínicas de la Facultad de Medicina de la USP y en Cuidados Paliativos en el Instituto Paliar. Miembro de la Junta Directiva del Núcleo de Medicina Veterinaria y Espiritualidad (NUVET) de la AME-SP.

[3] XAVIER, F. C.; ANDRÉ LUIZ (Espíritu). Misioneros de la Luz. 1ª ed., 2007. Derechos de autor cedidos gratuitamente por la Federación Espírita Brasileña. 352 p. Capítulo 4 “Vampirismo”, pp. 38-48, por el benefactor Alejandro. Acceso el 14-03-2020 https://rb.gy/axviv9

[4] SCHUTEL, C. “Gênese da Alma”. [Génesis del alma]. 7 ed. Matão: O CLARIM, 2011. 136 p. Capítulo “Apelo em favor dos animais”. [Recurso a favor de los animales], pp. 111-113.

[5] PEREIRA, Y. A. Devassando o invisível. [En busca de lo invisible] 15 ed. 5 imp. Brasília: FEB, 2017. 213 p. Capítulo “Sutilezas da mediunidade” [Sutilezas de la mediumnidad], pp. 172-173.

[6] https://www.animal-ethics.org/declaracion-consciencia-cambridge/

[7] https://bit.ly/2Dt9Lo7

[8] KARDEC, A. El Evangelio Según el Espiritismo. Ed. digital, FEE, set. 2018, Capítulo XVII  “Sed perfectos”. Ítem 4 “Los buenos espiritistas”, pp. 280-282 Acceso el 14-03-2020 https://rb.gy/dwwmuq

[9] XAVIER, F. C.; EMMANUEL (Espíritu). Alvorada do Reino. [Alborada del reino.] 1 ed. São Paulo: IDEAL, 1988. 102 p. Capítulo 15 “En el camino de la ascensión”, pp. 78-82.[10] DENIS, L. El problema del ser, del destino y del dolor. Ed. digital, 160 pp. Tercera parte “Las potencias del alma” Cap. XXVI “El dolor”, pp. 147-148. Acceso el 22-07-2020 https://bit.ly/39kWLg4